viernes, noviembre 24, 2006

Boyfriend in a Coma

Eso de ser Pop Star tiene sus bemoles, sobre todo cuando la camisa siempre te queda chica. Así le pasó a Morrisey en el concierto de la semana pasada en el DF, donde cada camisa que se ponía -que fueron varias- le quedaba chica. Le pasa como a mi, que sin ser estrella Pop, me quedé con la idea que era delgado, pero al menos yo no tengo todo un estadio enfrente de mi esperando que lo entretenga ni la hago de pedo porque venden carne en mi evento (wait, am I a Perfomer?... don’t we all are?).
La Morrisey se la pasó todo el concierto jalándose la camisa, abriéndose los botones, volviéndosela a fajar para después desfajársela. Daba la impresión de que se habría sentido más cómodo desnudo... cada vez que la abría con las dos manos con complejo de la chiquitibúm parecía querer sacarse el corazón y aventarlo al público que, afortunadamente, no estaba bailando slam. Ya ven que los chilangos no pueden ver estadio lleno porque inmediatamente arman su numerito de ritual troglodita.
También me di cuenta que su majestá -la reina- utiliza esos micrófonos con alambre como sustituto de una falda olanesca pidiendo su jarabe tapatío.
Pero lo que me quedó más claro es que este señorón de casi 50 años todavía la levanta (obviando el Viagra que lo mío es una metáfora) y que su encanto no está en lo atormentado de sus letras y lo pegajoso de sus melodías sino en su saludable y refrescante sentido del humor.
Nada en él es impostado, todo fluye con elegancia e intensidad al mismo tiempo y su relación con el público roza continuamente lo sexual, pero no por la pose o la actitud explícita, sino por esa entrega bien administrada de los buenos amantes. Cuando terminó el concierto me dije a mi mismo:
-Mimismo, sí le andas dando a Morrisey.
Te lo quieres coger y la verdad, eso debería estar incluido en el precio nada despreciable del boleto.


PD: Mención aparte merece la Kristeen Young, una vieja que hace maravillas con su garganta (y eso que quedaba lejos), un teclado y el acompañamiento de una batería. Para darse una idea, junten a Tori Amos, Kate Bush, PJ Harvey y Björk en una licuadora, póngale como pa’moler hielo, le espolvorean un poquito de Diamanda Galás y el resultado es ella. Buenísima, pero no para todos los gustos (como si eso existiera).

lunes, noviembre 13, 2006

El grillete del "Dinky"

Para él, que no es un perro (a su manera)

Nadie me enseñó a decir Te Quiero y no sé si sea una gran falta, pues hay muchas más cosas que no sé aun y que tal vez nunca sabré. El asunto aquí sería: ¿es necesario aprender a decir esas cosas que los demás esperan eventualmente escuchar de nosotros?
Siempre he pensado que así como esa parte de la educación sentimental es una tara en mi familia, hemos aprendido a demostrar de muchas y muy bizarras maneras el cariño que indudablemente nos tenemos (así como también la falta de éste, pues el desamor es la más transparente de las criaturas). Ha habido ocasiones en que de verdad me he sentido miembro de Los Locos Adams, sobre todo cuando de adolescente salí de mi casa y empecé a convivir con otros desertores de las diferentes versiones de familia Monsters que existen.
En casa, si no eras un bebé de pañal o un perro no recibías un solo arrumaco (a no ser que fuera a manera de burla). La transición de niño a pre-púber era de las más críticas si eras hijo o nieto de mi padre, pues dejabas de ser el rey de la casa y pasabas a ser uno más del montón. A menos que fueras mi hermano mayor, el primer varón de la casa, la niña de los ojos del patriarca, el depositario de todas las expectativas de una hipotética dinastía cuyo principal trabajo era estar a la altura del papel, ya fuera cumpliendo con torpeza sus máximas o defraudándolas sistemáticamente para ser igualmente compensado, pues el machismo es un saco sin fondo, una trampa para incautos y la más grande muestra de amor propio.
Mientras más problemas ocasionaba, más era la atención que el vástago merecía, mientras más dinero despilfarraba y más novias tenía más se henchía el pecho de quien confundía el verbo dar con colmar a través de su hijo aquello que a él le había faltado... Nadie ha sido marcado tanto por el amor desbordado de mi padre como mi hermano mayor (salvo uno que otro perro familiar que murió empachado) y agradezco tanto que hubiera estado él para hacer ese trabajo, pues así mi otro hermano y yo pudimos hacer nuestra vida sin ese grillete.

Desde que murió mi padre sólo he visto una vez a mi hermano. Fue en un parque de Los Ángeles y reconocí en su mirada la nostalgia de estar lejos mientras me abrazaba diciéndome que he ganado peso (en nuestro idioma eso quiere decir que le da gusto verme, que me ha extrañado y que decirlo sonaría tan tópico como decir que el viento sopla).
Yo lo observo y lo recuerdo de adolescente: grande y apuesto como un toro embellecido por el amor y las atenciones del amo, un temerario animal con alma de niño, obligado a ser el bully por una extraña ley tatuada en su tobillo.

martes, noviembre 07, 2006

Sucedáneos

Desnudo, veo a través de la ventana las palmeras moviéndose, siento el viento frío sobre mi pecho y cómo se va erizando mi piel. Disfruto las bocanadas de aire que hacen que los poros de mi piel se contraigan y mis pezones se endurezcan, como si llovieran cubos de hielo.

Me digo hacia adentro que sería lindo voltear y responder cada palabra romántica con recípocra sinceridad pero mis prerrogativas no armarían una canción deMontaner y detengo las palabras con con mis labios, repitiéndome a mi mismo el error consumado a cada lenguetada.
-¿Cómo te gusta?, me pregunta.
Miento y digo RUDO, creyendo en el dolor como el sucedáneo perfecto pero convencido de que creer es una empresa tan ridícula como asegurar que la vida no es una cadena de sucedáneos infinitos.
-Para –le digo- no puedo, después del torpe intento de coreografía SM.
-Tu problema es que te cuesta trabajo entregarte. Me contesta despojándose de su capa de verdugo, y sigue:
-El asunto es entregarte desde aquí -me dice tocándome el centro del pecho con la palma de su mano- pero supongo que lo has hecho antes y te han hecho daño.
Yo sólo sonrío pensando en que el unico daño que pueden hacerle a uno es ignorarlo, que el resto se lo hace uno mismo...
Se me juntan en la memoria todas sus frases llenas de sentido en el perímetro de su cráneo y me regreo a la última parte del diálogo que nos trajo aquí:

-Me gustas mucho.
-A mi me gusta tu verga.
-A mi me gustas tu.
-...

viernes, noviembre 03, 2006

CUERO

EL CUERO GENUINO PROVIENE DE LA PIEL QUE HA SIDO EXPUESTA A UNA VIDA TURBULENTA. SU PIEL HA SUFRIDO LATIGAZOS, RASGUÑOS Y PICADURAS DE INSECTOS QUE DEJAN MARCAS Y CICATRICES.
ESTAS MARCAS DE LA NATURALEZA SON PARTICULARMENTE APRECIADAS POR LOS CONOCEDORES Y AMANTES DE LO GENUINO, COMO SELLO DE LEGITIMIDAD Y BELLEZA. *


*Texto tomado de una tienda de artículos de piel de la localidad.