jueves, febrero 19, 2009

Help Wanted

El sol apenas toca de rebote en mi ventana y el cuarto es tan frío como La Rumorosa, así que he estado durmiendo mucho, generalmente después de las tres de la mañana cuando me vence la programación, misma que me levanta al siguiente día para ponerme al día con la treceava temporada de ER. Entre sueños caigo en cuenta lo mucho que Ellen DeGeneres me recuerda a Paco Stanley. Despierto para reírme a carcajadas con Two and a Half Men y hago como que me levanto con los capítulos viejos de Friends. A esa hora, y libre de culpa, empieza mi día: haciéndome desayuno, lavando los platos y preparándome para salir a la calle a ver si hay alguna oportunidad de trabajo desbalagada por ahí. Me justifico pensando en que si nunca he seguido al pié de la letra lo diez mandamientos, porqué habré de hacerle caso al dicho de “al que madruga, Dios lo ayuda”. Si el cristianismo fuera una agencia de empleos, este país fuera otra cosa.

Lo que me sigue sorprendiendo es el mundo burocrático (que pa'más INRI es el mejor pagado), pues por si todo lo que ya sabemos no fuera suficiente, el saber que la máxima fantasía de algunos burócratas es tener sexo en su lugar de trabajo hace que mis prejuicios se conviertan en facts. Independientemente del tipo de trabajo que haga la gente, lo último que debería ocurrírsele es llevar su vida sexual (así sea ésta mustia o prolífica) a su oficina, escritorio o lo que sea. Pero sobre todo no deberían, por nada del mundo, involucrarlo a uno, mucho menos con la excusa de ofrecernos trabajo para luego mostrarnos fotos disque eróticas para ponernos en mood. Eso es más naco que las medias deportivas blancas combinadas con zapatos de vestir negros, incluso mucho más que las botas vaqueras con traje y corbata. Podría seguir, pero esto no es Queer Eye for the Bureaucratic Closeted Gay.

Así es como me queda claro que, al menos que uno quiera ser stripper y tenga los atributos necesarios (que todos sabemos es un combo de poco seso y mucho músculo), no hay que involucrar ligues ocasionales con asuntos aspiracionales de cualquier tipo, sobre todo laborales. Lo malo es que ahora mi curriculum será mucho menos interesante.

viernes, febrero 13, 2009

Derroche de amor

Las calles están llenas de amor, como para que se venga a vivir aquí Walter Mercado sin ningún riesgo de desentonar, pues su peinado y guardarropa sería costumbrismo puro por acá. Hay sobrepoblación flórica. Las muchachas cargan con globos metálicos -llenos de helio que se desinfla como metáfora aguafiestas- tan torpemente como lidian sus tacones en estas aceras irregulares de tan congruentes. En la glorieta un grupo de Hare Krishna instan a la multitud a decir en sánscrito que todo es amor y por más que trato de diferenciar eso de los promocionales de televisión me rindo al minuto y camino pensando en lo que hacen falta en este mundo más Dawn's Davenport. En el metro se anuncia una gran manifestación del beso, porque en esta ciudad todo se maneja como mitin partidista y como no es difícil amontonar más de 1 millón de personas un fin de semana en el zócalo, que mejor que ponerle color, pancarta y motivo a esta mancha humana tan dispuesta a romper record Guiness. Trataré de estar en primera fila, atestiguando este masivo intercambio de bacterias salivares, pues no me parece suficiente con los espectáculos en plena vía pública de parejitas varias entradas en ganas no sé si de exhibirse o de qué, pero que hacen inutil voltear hacia otro lado: esto es un mural que ya lo quisiera Dante para alguno de sus purgatorios. Es tiempo de love profussion y bien haría yo en conseguirme a una fag-hag que me acompañe a ver las escenas en los restaurantes de manteles rojos y centros de mesa con claveles a tono, deambulando hasta encontrar a ese personaje con la impaciencia y el terror colgado de sus ojos, reacomodando regalos y tarjetas en una mesa que no soporta la ausencia que ha invadido el asiento de enfrente y que hace mover los dedos recién manicurados marcando números inexistentes y enviando mensajes desesperados al espacio, anhelando un rescate imposible o un agujero negro abriéndose a sus pies mientras nosotros ironizamos el ahorro de una entrada al cine y nos deleitamos en una miseria que creemos no es nuestra.

lunes, febrero 09, 2009

Tivudependente

El desempleo y la adiccion televisiva son como el piojo y el pobre. Mi estrategia para que sea menos patologico o al menos lo parezca es ver los canales en otros idiomas diferentes al espagnol o al ingles (este teclado no entiende de acentos y yo in english me vuelvo mas disperso), lo que me ha permitido redescubrir lo pesima que es la television italiana y lo poco que entiendo de frances, lo cual no importa si se ve una pelicula de Bresson o algun otro asi medio pretencioso-autista, pero desafortunadamente los noticieros de todos los idiomas estan construidos por palabras que rebaten el dicho de que una imagen dice mas que mil. Por el momento me quedo con las canciones de la Bruni que me dice que soy le plus beau du quartier y acomodo la sensualidad de su acento a mi estado de animo y disfruto cuando mete frases en su natal italiano que entiendo mucho mas. La RAI a veces me hace desear no entender un carajo. Pasa de una version nacional de Dacing with the Stars a un rosario de sinsentidos alrededor de Eluana, una especie de Terri Schiavo italiana de quien nadie supo nada durante sus 17 agnos de coma en un hospital, solo que cuando su padre quiso desconectarla saltaron las conciencias del Vaticano y uno que otro politico oportunista apostando al corazon cristiano que tan facil es de manipular a la hora de condicionar su futuro voto. Obvio se presenta al padre como una persona fria, pues no llora al defender su posicion, en contraste con las monjas de cutis terso y robustez casi obscena que aprovechan la luz del reflector para soltar una que otra lagrima saludando a Eluana y deseandole la vida, diciendole que la quieren mucho y que se ve lindisima postrada en cama, haciendo lo mejor que puede su papel de fiambre y que si no tuvieron el gusto de conocerla en vida, en veggie les cae de maravilla.
Los italianos se parecen tanto a los mexicanos, aunque afortunadamente aca la infraestuctura medica no se puede dar esos lujos y los providas estan mas obsesionados por controlar las matrices de las mexicanas que en quitarle el trabajo a las morgues y las casas funerarias. No cabe duda que el tercermundismo tiene sus ventajas. Una pregunta solamente: Porque cada vez que se habla de Eluana se pone la mejor foto, sonriente y rozagante, en vez de poner la actual, entubada, con la piel llagosa y el padre consumiendose al tiempo que se le crucifica mediaticamente?

domingo, febrero 08, 2009

As if...

...I've swallowed a bunch of razor blades without chewing them properly, reading three different newspapers and skipping the classified section -as if I don't really need a job- I seat in front of the TV, keeping the remote close to turn the volume down when all the crap shows up at the Grammy ceremony and hopefully preparing myself for M.I.A., Radiohead or at least Adele's (the literal opposite of our Amy in many different ways, but nonetheless enjoyable) performances. This may be the closest that I would be from Thom York since I'm not sure to be in position to grace with my presence his upcoming concert in this city… By the way, isn't the music industry sick of Justin Timberlake already? I mean, he's cute and all, even with some talent, but seeing him everywhere do not necessarily make him a genius.
I've been on my back these last two days that it aches, the shower misses me, my hair looks like shit and my horoscope says I'm my own worst enemy, as if it's saying something I don't know already... Tomorrow I got to wake up to fight all predictions, wear my optimism mask and walk out of the apartment to sweep off all the bad news as if I really believe in such thing as luck.

martes, febrero 03, 2009

Lepore

No se conoce todos los días a un afiche, ni le preguntas si le gusta la ciudad y si adora la expectación que genera su presencia. Pocas veces pasa también que no puedes dejar de mirar un escote pronunciado y unos labios carnosos pintados de rojo vibrante.
Como un pin-up andante, rebosando encanto y seguridad, como quien se ha construído a sí misma a imagen y semejanza de sus deseos más desbordados, Amanda se adueña del suelo que pisa y de las miradas que pasan con la misma facilidad que se dibuja a sí misma a diario, reinventándose a cada pincelada.