miércoles, marzo 24, 2010

Jerizonga y efemérides

Hoy, hace 16 años, en medio de mi clase de italiano me enteré de la muerte de Luis Donaldo Colosio por los gritos histéricos de Tere, una de mis compañeras: una clásica señora de clase media cuyas anécdotas socio-pintorescas cubrían a veces más de la mitad de nuestras clases de conversación. Por supuesto, la encantadora madrota lo único que sabía decir en la lengua de Dante era grazie o buona sera, pero la verdad es que sus historias eran tan jugosas y contadas con tanta gracia que maestra y alumnos pasábamos por alto el despropósito. Ese día entró como escapada de Las Troyanas, anunciando la noticia como quien divulga la pérdida de un hijo en medio de telenovela mexicana. La clase -obvio- se acabó y la sensación de desamparo no sé si sería la misma que cuando murió Luther King o Kennedy, pero seguro se le parecía. La vomitona de especulaciones empezó ese día y es hora que no se acaba. La precursora de la desinformación y la melodramatización de todo la inició Talina Fernández, una conductora de televisión canónica de un parecido preocupante con la mujer que nos dio la primicia sangrienta. Con alarde de histrionismo y muy poco profesionalismo, la Fernández vociferaba al teléfono con otra momia televisiva, Jacobo Zabloudovski, lo que aún no era noticia oficial: la muerte del candidato del PRI, un sonorense con ínfulas mesiánicas cuya cabeza se atravesó en el camino de algo mucho más grande que una bala. El conductor fue la réplica perfecta con su rostro de espasmo y un torpe intento de guardar la compostura, acorralado entre cables y almidón.
Ese fue el cierre de un ciclo, el final de la inocencia para mucha gente (incluyéndome) y el principio de lo que muchos creímos era la agonía de un mafioso partido político que nos ha demostrado una capacidad de regeneración envidiable… y aterradora.
Poco después yo cambié de lugar de residencia y en medio de una revolución de declaraciones, teorías que se diseminarían como puestos ambulantes y que generarían riqueza y prestigio a quienes supieran aprovechar la coyuntura, nos topamos con otro evento que provocaría una conmoción casi del mismo impacto: el asesinato de Selena. Yo, igual que la mitad del mundo, apenas y sabía quién era esa mujer cuando ya un amigo me regalaba su teoría conspiradora al ver las noticias en los lockers de los baños de la calle 10: según él, Ana Bárbara -otra cantantucha grupera de mediana popularidad- había mandado matar a su principal competencia… yo no sé si reí por la descabellada idea o porque venía de una Agatha Christie velluda, en toallita percudida y sandalias azules de 10 pesos.
Ayer que pasaba por las instalaciones de la fundación Colosio y hoy que me bombardeaban con una selección cansona de los éxitos de Selena me decía a mi mismo que los caminos a la gloria se labran igualito que como escribe Dios: en renglones torcidos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Pensé que ya nadie recordaría ésta fecha, me hiciste acordarme de cómo viví ésa tarde/noche y el sentimiento de desamparo que se dejó sentir como bien dices. Recuerdo que salí casi corriendo a casa de mis padres en cuanto dieron las primeras noticias y no sé, era una estupidez pensar que si llegaba pronto allí, las noticias no serían tan malas. No nos depegamos de la televisión y hablando y haciendo mil conjeturas (casi todos mis hermanos pensamos lo mismo y todos coincidimos allí) cuando anunciaron oficialmente la muerte, nos fuimos yendo de la casa, uno a uno cargando cada quien con su tristeza. Diana Laura era prima hermana nuestra.

Y de Selena, canito!, también lo asocio con ésos días...con ésa pesadumbre y ése final de la inocencia.

Manuel, en muchas cosas que escribes (y como lo escribes) eres un punto de referencia para mí. Un abrazo.

Manuel dijo...

¡Diana Laura!, ni la quise mencionar de tan triste que me parece todo el asunto. Como leiste, no quise entrar en detalles políticos porque para mi la experiencia tiene mucha resonancia personal, sin siquiera estar emparentado con ellos, porque son un referente popular y un parteaguas.
Saludos, y gracias por el comment, anóncimo (aunque asumo quién eres).

pal dijo...

hasta yo asumo quién es...
Y yo tampoco me acordaba... pero pa eso estás tú y wikipedia... no soy mexicana pero la capacidad de sobrevivencia del pri es claro un objeto interesante de observación... y me imagino que se siente en casos como esos, uno cree que "algo pasó", y si, algo pasó, solo que uno no se espera que a pesar de lo que acaba de pasar estemos al día siguiente con las cosas arregladitas y listos a seguir.La conciencia de que algo anda mal, es solo eso y ni un poquito más. Qué se creían?
Raro los caminos del señor. Cierto.

Con Selena me pasó como a ti, pero sin los discos... claro, en Alemania no hay discos de ella. Y España está tan lejos... más lejos que nunca. Además no es que me den ganas de saber más. Es la película lo que la hizo "famosa" por acá.
A ver, repitamos todos juntos: los caminos del señor son inescrotables, digo inescrutable (perdón por la broma mala,no me lo pude reprimir)
Ahí quedaron, los referentes populares.

Anónimo dijo...

... prima hermana... uf! qué significado tan extraño tiene ahora la frase "tener que ver con la política".
Pal2

sylvíssima dijo...

ay pues yo no puedo evitar recordar qu estaba en la escuela de letras ese día y una morra llegó gritando: que se murió beltrones, se murió beltrones, dicen que salió la noticia en el hermosillo flash.

Anónimo dijo...

Jerizonga no existe; jerigonza sí. Bucee no se acentúa.