Adivinar el contenido del mensaje por el vibrar de un celular debe ser un talento. O debe ser que el usuario no esté pensando en otra cosa, o que la explicación en español roto del portugués no es suficientemente entretenida, o que las copas de vino estén surtiendo efecto. Pero leerlo en medio de tanta solemnidad y elegancia sin soltar la carcajada tiene su mérito, como también lo tiene levantarse sin que se note la felicidad queriendo salir del pantalón. Lo soez resuena en el cráneo como si sucediera de nuevo la teoría del Big Band dentro de él.
Lástima que la mayoría sea incapaz de sostener tanta voluptuosidad lejos del teclado...
1 comentario:
(no comento, es privado.)
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