Al parecer me persiguen los barrios infestados de transgéneros de teta al aire y vestuario delirante. La calle parece una verbena erótica y yo sólo veo pasar los coches y escucho de lejos las negociaciones en lo que voy de regreso al departamento o salgo a comprar cualquier cosa para cenar. Igual me pasó en mi anterior barrio y al principio me decían cualquier cantidad de cosas al pasar hasta que terminaron acostumbrándose a mi presencia tanto como yo a la de ellas.
Anoche me topé con una que parecía limpiarse las lágrimas cuando se toparon nuestras miradas, pero la sostuve lo suficiente para darme cuenta que era glitter lo que se acomodaba alrededor de un par de ojos negros magnificados por un maquillaje impecable y unas pestañas de vértigo. La venus de silicona, tanga y plataformón se saca de onda cuando le sonrío, pues al parecer sólo conocen dos reacciones, la de asco y la de deseo voraz.
2 comentarios:
Antier manejaba en Tijuana, bajando por la Colonia Postal, no sé por qué vi el nombre de una calle que crucé al manejar. Se llamaba Manuel Meza.
Sólo sonreí y me acordé de ti.
L.
Sí, yo la descubrí cuando vivía allá, pasaba diario por ahí de Otay a Zona Río a trabajar en El Sol de Tijuana (mi prmer trabajo formal, por eso no me avergüenza). Siempre me pregunté quién sería el batito y luego supe que fue un periodista local, que espero haya sido bueno pa tener de qué presumir.
Abrazo
M.
Publicar un comentario