He estado pensado en tatuarme un salmo. No he decidido cuál. Pero luego cambio de opinión y considero la posibilidad de tatuarme las marcas del sexo que tuve ayer... claro que de aquí a que tome una decisión ya se me habrán borrado y tendré que llamar por teléfono para repetir la sesión. Ay la procrastinación.
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