martes, enero 26, 2010

Deshilvanando

No sé si haya alguien que se pregunte porqué soy cada vez menos confesional en este espacio. Yo sí, y creo que tiene que ver con esa tendencia mía a la autoconciencia, que es pariente cercana de lo predecible. Y no es que tenga nada en contra de eso -sería como estar en contra de los componentes químicos del agua- pero llega un momento en que uno se cansa de tanta autocomplacencia, esa que se regodea en sus propios desatinos como el papá fascinado por la palabrota en boca del niño de 4. Y sí, tampoco reniego de mi infantilismo patológico ni de mi nihilismo de celofán, simplemente ya no me hace tanta gracia. La escala creativa se ha atorado en una nota y eso le quita diversión a ese ejercicio tan dosmilero de “postear”, y aquí es donde me queda claro que yo no soy tan bueno para inventar como para ocultar o disimular, para obligar al escapismo a travestirse de atrevimiento sin reconocerlo. Releyendo algunas cosas me queda claro que revelé más cosas de las que me propuse, pero mi desvergüenza pasa por otros caminos, me sonrojo con cosas tan simples como la vulgaridad, el miedo al ridículo tan victoriano como un cuello alto con encajes, pero aquí mismo me sorprendo arropándome a una excentricidad prefabricada y mi laberinto se revela aún más denso. El rizo se me enreda entre las piernas y tal vez ese sea mi nuevo ejercicio: exponer lo simple y lo obvio y tratar de desmadejar esa futilidad que esconde mi ombligo sin fondo.

3 comentarios:

pal dijo...

Te voy a leer dos veces. Esta fue la primera.

Yo simplemente CREO -para variar- que esto es un ejercicio, que nos obliga a pensar todo el tiempo en una especie de redefinición de... de qué?... de uno mismo? de lo que escribe? de la escencia de uno mismo? de lo que uno es capaz de producir como texto? no sé, pero es algo que debe ser "verdadero", desde alguna perspectiva. A lo mejor es el antiguo caso del ser o no ser, de Hamlet.
Yo, por mi parte, escribo. Aunque no le interese a nadie. Tampoco le interesa a todo el mundo que yo sea, y sin embargo no dejo de querer ser.
(Pérate nomáh que te lea otra vez!)
Estas en tu derecho.

pal dijo...

(te debeo una historia, ya te la cuento.)

mar adentro dijo...

Cuando te leo, pienso que todo es posible. Puede ser ficción o realidad lo que dejaste en este sitio e igual lo disfruto. Nunca me he preguntado si el que aquí escribe es el mismo que sonríe. Te he leído y me reído o angustiado y quizá siempre he pensado que en cada post hay un poco o un mucho de ficción, o tal vez es una anécdota real disfrazada de ironía, porque aquí, en este espacio, todo se puede.