domingo, febrero 28, 2010

Horas Desesperadas

No puedo dejar de ver los titulares de los periódicos y pensar en lo patas arribas que ha estado todo siempre. Que no es lo mismo un terremoto en un país como Chile que en uno como Haití, que cuando las cosas están jodidas dan más de sí para estar siempre peor. Y que justo en momentos como estos haya un poquito de luz para mi vida llena de incertezas pues no deja ni de asombrarme ni de maravillarme en cantidades iguales. Obvio no dejas de pensar que mientras menos tienes menos necesitas y la filosofía Virginie Despentes de dejar siempre vacío el auto que no tengo por si fuerzan la cerradura no haya nada que llevarse, claro que ella se refería a soltar el cuerpo en una violación sexual, y no creo que algo de eso ande yo necesitando.

El caso es que después de mi sabático forzoso, vuelvo a las andadas laborales formales, que ni la piratería ni la prostitución han sido nunca lo mío. Ni siquiera cuando tuve la edad para eso. En cierto momento me di cuenta que eso de vender la mercancía es una cosa más de temperamento y estómago que de ligereza moral, de la que puedo ser fan pero que nunca es suficiente cuando en realidad lo de uno es el esnobismo.

Es como todo. Por ejemplo, en mi búsqueda de nuevos horizontes vocacionales fui capaz de hacer de niñero por una noche y no es que sea lo más difícil del mundo -que no lo es- pero que tortures tu vejiga por el temor a dejar sólo al escuincle y que se caiga por el balcón del cuarto piso puede que sea buen argumento para una película de Von Trier o Julio Medem, pero no algo que podrías en tu curriculum. Ahí me quedó claro también que la paternidad no es lo mío, que eso de colgar tu autonomía en el clóset hasta que el chamaco sea aceptado en alguna universidad no está programado en mi ADN.

Lo que sí debo reconocer es que me fascina la tiranía infantil. Más bien la envidio, porque no es fácil ejercer impunemente esa tiranía cuando tienes más de 3 años, aunque hay mujeres que siempre encuentran la forma, hay que admitirlo, aunque para eso tengan que pagar una factura demasiado gorda.

6 comentarios:

Zoftrock dijo...

Wow. De un terremoto al cuidado de un niño. Y creí que yo divagaba.

pal dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
pal dijo...

Loco, son los hombres los que se quedan de niños de pecho. No has visto nunca a uno preguntando por dónde le pusieron los calcetines? a la sra! y con 50!! o qué hay de comer? con 30 o más, o que ya llegó y que no le hablen? cómo si la vida tuviera que hacer una pausa para mesié.

Las únicas que siempre, siempre dejamos de ser bebitas somos las mujeres, aunque más no sea en el momento del pago.

Y lo del terremoto ni lo comento, es el primero de los de a de veras (los grado 6 pa'abajo no cuentan) en el que me toca estar afuera, y estoy hecha mierda.

Ayer por fin me pude comunicar, después de 2 días, y fue peor. La gente está muy descorazonada, algo que nunca antes vi tan claramente.
(Sin desmerecer a Haití, que igual son otra cosa... que mierda, hay que reconocerlo... pero 8,8??? Como dijo Erlich, el dibujante argentino en el País: dios es de derechas.)

Y lo de los niños es una experiencia personal, cierto que "te das" con vejiga incluida pero- y ojo que lo digo una sola vez por persona- no sabes como recibes, nunca en tu vida recibes tanto como con un hijo.

Un beso.

Unknown dijo...

Si Von Trier adaptara tu historia de niñera, a como va, el edificio estaría hecho de espinas y el niño se caería de verdad, jeje.

Manuel dijo...

Sí que es terrible todo lo que pasa en Chile, Pal. Y eso que todo mundo decía al principio que no era para tanto y ahora se están dando cuenta que sí lo era. Me platican de todo el caos que se ha generado en algunas regiones y cómo el terremoto ha venido a recordarles todas las divisiones y los rencores de antes. Parece que no hay manera de romantizarlo, como fue el caso del terremoto del México del 85, que fue terrible, pero que dio para muchas historias conmovedoras que aún se recuerdan.
Lo de la paternidad no hay manera en que lo compre, así que lo dejamos ahí.
Te mando un abrazo y deseo que todo esté bien con tus queridos de allá.

pal dijo...

Se romantizará, no te preocupes, con eso vivimos, así nos lo echamos a la espalda. Ayer sacaron los bomberos (todos voluntarios) a 79 personas vivas... y así se va formando la historia. Aunque, claro, la ciudad de Concepción no existe más y eso es lo trágico. Y el mundo se movió 8 centímetros, lo notaste? No nos pida convertirnos en ángeles tan pronto. Danos un par de meses.

Lo de la paternidad, no lo compres, porque estoy segura que quien no hace la experiencia no sabe y no tiene porque aceptar la experiencia ajena. (Y esto te hago el honor y la confianza de decírtelo, normalmente me lo callo para que no se crea que es cachetazo.)
Pero no hay racionalidad en ese asunto y por lo tanto no se llega a ninguna parte si se trata de buscar la "verdad". No exíste, es un experiencia, o sea una oportunidad abierta, y puede ser hasta mala. Es como si me diera por explicar lo que es tirarse con paracaídas, no tengo idea y no quiero hacer la experiencia esa NI LOCA.

Muchas gracias por el abrazo, ando necesitada de ellos. Y si, están bien los de mi casa, todos son de Santiago. Por eso mismo me molesta tanta "depresión"... deberían mirar para Conce.