Por fin nuestro Ex econtró algo que sabe hacer perfectamente: turismo (es)
catól(log)
ico. ¿Cuántos votos útiles y años de desempeño mediocre se necesitan para encontrar le verdadera vocación?
Y la pregunta: ¿porqué tiene uno que pagar ese propedéutico vocacional?
México ha perdido un (mal) presdidente, pero Santiago ha ganado un (gran) devoto.
3 comentarios:
no cabe duda manolito, tu expresident es un pendejo profundo.
Luego, nuestra democracia consecutiva y polietápica parece más una expresión foxista de religión que de jornadas electorales y vigencia de derechos --sin entrarle al ánimo de las relaciones internacionales y mucho menos al de la democracia ampliada--. Gabachada: no podría estar más de acuerdo contigo. ¡Saludos!
Bien dicho.Saludos!
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