Hace mucho tiempo me tocó traducir para la edición cultural de un periódico local un texto de la revista Sight & Sound donde el autor hacía una apología del llanto cinematográfico. Y no me refiero a las lágrimas de cocodrilo que vemos en pantalla, sino a las que derrama el espectador al ser tocado en esas fibras sensibles que de memoria se saben varios directores y que funciona dependiendo de las defensas que uno tenga ya desarrolladas.
Dichas defensas se llaman cinismo y hay que decirlo con todas sus letras: uno se cansa de emocionarse de lo mismo todo el tiempo sólo con diferente decorado. Eso equivale a la escapada que se da un matrimonio de la rutina doméstica, rentan un cuarto de hotel y el marido termina haciéndole el amor a su mujer en la misma pía posición de misionero: él viendo (cuando llega a abrir los ojos) cómo golpea la cabecera de la cama y ella comparando (entre bostezos) el impoluto techo del cuarto rentado con las manchas de humedad que decoran el suyo.
Yo, la verdad, hace mucho que no lloro en pantalla, pero si hay algo que uno pueda presumir es que ha llorado leyendo un libro. Sí, ese invento antiquísimo hecho de corteza de árbol, pasado por tinta y pegamento, relleno de palabras que, combinadas entre sí, te cuentan historias que tal vez sucedieron y tal vez no pero que una vez llegadas a tu cabeza se vuelven tan reales y tan falsas como las que ves en una pantalla de cine.
Lo que no es nada chic es que un libro te agarre descuidado, a la hora de la comida por ejemplo, y te encuentres de repente pidiéndole más servilletas al mesero que te ve como bicho raro cuando intentas esquivarle la mirada. Leer y comer no es una buena combinación, llorar comiendo era -hasta ahora- una anécdota hilarante de un amigo que consolaba su corazón roto con una torta de milanesa. He comprobado que sí se puede cuando leo entre chop-suey y arroz blanco cómo Calliope Stephanides busca en un diccionario el significado de un diagnóstico incomprensible para ella, formulado en griego por sus doctores, y que después de rastrear definiciones en inglés sigue la cadena de sinónimos hasta llegar al reducto más elocuente y categórico: "monster".
De pronto Callie no es más la adolescente larguirucha y extraña esperando que la naturaleza se acuerde de ella. Ahora es Cuasimodo buscando su Notre Damme. ¿De qué material hay que estar hecho para no conmoverse ante algo así?
viernes, febrero 24, 2006
jueves, febrero 23, 2006
Lista
Cayó el Muro de Berlín, fracasó el socialismo (por más que mucho marxista de bolsillo trasnochado deambule por ahí), el capitalismo cada vez muestra su peor cara, los musulmanes montados en su macho defendiendo el orgullo herido del susceptible Mahoma, cuya peor pesadilla según su seguidores es ser caricaturizado (ha de estar rogando por su musical Mohamed Superstar, tal vez así se contente), en nuestro país basta una grabadora para recordarnos lo que ya sabíamos: si la impunidad y la corrupción fueran deporte olímpico seríamos grandes medallistas (aquí un aplauso para Denise Dresser por su glosario publicado en Proceso). Eso sí, muy floridos de lenguaje y sobrados de misoginia y desfachatez machista.
Pues si todo eso pasa, ¿porqué no habría yo cambiar de opinión con respecto al futbol?, del que Lemebel dijo: es otra homosexualidad tapada, como el box, la política y el vino. Ay, cómo he perdido mi tiempo alimentando los clichés maricas teniendo servido en bandeja de plata un banquete cada domingo, o ya de perdida cada mundial.
Gracias a los azares de mi actividad laboral me he topado con un descubrimiento que se mantenía latente: los jugadores de futbol vienen a convertirse en mi fantasía más recurrente en estos días. Claro que no hablo de cualquier pelagatos, que para todo hay categorías. Hice mi Top-5 (well, they can switch to botttom-five if they feel like it, no prob here) de capitanes de equipos seleccionados y quedó así por arbitrario orden de preferencia.
V: Michael Ballack: el mediocampista alemán ya puede morirse tranquilo, entró al sagrado reino de mis fantasías sexuales gracias a esa irresistible combinación que es para mi el cabello oscuro con la piel clara.
IV: Fredrik Ljungberg: Supongo que con esa foto del sueco no hace falta decir más.
III: Mateja Kezman: Supongo que habrá quien me rebata esta elección, pero para mi, el serbio no sólo es sexy por ser atacante, sino por que entra en esa categoría que al menos tiene mejor reputación que el de la gorrita, el sexy-ugly. Me gusta para una versión porno de Kasspar Hausser.
II: Luis Figo: ¿Qué puede haber más sexy que una nariz pegada a un hombre? Este portugués estuvo a un pelo de ganarse el primer lugar pero cuando estuve a punto de comentar que me gustaba para suggar daddy me di cuenta de que somos de la misma edad y eso no se lo perdono.
I: Andriy Shevchenko: Espero que Ucrania tenga unas amables leyes migratorias porque yo por algo así puedo renunciar hasta a mi seguro para el retiro (antes que lo absorba otro Fobapora, claro). Este pastelito es una especie de David Beckham (que no clasificó a mi lista, saaarry) en Italia, así que si no habla español ni inglés, ya tenemos cómo comunicarnos, aparte del lenguaje corporal claro.
Hubo algunos que quedaron en el camino porque la competencia estuvo muy reñida: entre ellos el mexicano, el japonés y Zidane, que se merecería otra categoría y tal vez unos injertos de cabello. Además, quiero aclarar que si no hay afroamericanos en mi lista no es por racismo ni porque haya una lista negra, sino que simple y sencillamente se quedaron en el camino. Así es esto, en gustos se rompen géneros y no cabe lo políticamente correcto ni las acciones afirmativas.
Ahora mi imaginario erótico tiene muy buenas piernas (y como dice una amiga: por favor, pónganles el numero al jugador en la parte trasera del shorts, que nadie con dos dedos de frente se fija en la espalda).
Pues si todo eso pasa, ¿porqué no habría yo cambiar de opinión con respecto al futbol?, del que Lemebel dijo: es otra homosexualidad tapada, como el box, la política y el vino. Ay, cómo he perdido mi tiempo alimentando los clichés maricas teniendo servido en bandeja de plata un banquete cada domingo, o ya de perdida cada mundial.
Gracias a los azares de mi actividad laboral me he topado con un descubrimiento que se mantenía latente: los jugadores de futbol vienen a convertirse en mi fantasía más recurrente en estos días. Claro que no hablo de cualquier pelagatos, que para todo hay categorías. Hice mi Top-5 (well, they can switch to botttom-five if they feel like it, no prob here) de capitanes de equipos seleccionados y quedó así por arbitrario orden de preferencia.
V: Michael Ballack: el mediocampista alemán ya puede morirse tranquilo, entró al sagrado reino de mis fantasías sexuales gracias a esa irresistible combinación que es para mi el cabello oscuro con la piel clara.
IV: Fredrik Ljungberg: Supongo que con esa foto del sueco no hace falta decir más.
III: Mateja Kezman: Supongo que habrá quien me rebata esta elección, pero para mi, el serbio no sólo es sexy por ser atacante, sino por que entra en esa categoría que al menos tiene mejor reputación que el de la gorrita, el sexy-ugly. Me gusta para una versión porno de Kasspar Hausser.
II: Luis Figo: ¿Qué puede haber más sexy que una nariz pegada a un hombre? Este portugués estuvo a un pelo de ganarse el primer lugar pero cuando estuve a punto de comentar que me gustaba para suggar daddy me di cuenta de que somos de la misma edad y eso no se lo perdono.
I: Andriy Shevchenko: Espero que Ucrania tenga unas amables leyes migratorias porque yo por algo así puedo renunciar hasta a mi seguro para el retiro (antes que lo absorba otro Fobapora, claro). Este pastelito es una especie de David Beckham (que no clasificó a mi lista, saaarry) en Italia, así que si no habla español ni inglés, ya tenemos cómo comunicarnos, aparte del lenguaje corporal claro.
Hubo algunos que quedaron en el camino porque la competencia estuvo muy reñida: entre ellos el mexicano, el japonés y Zidane, que se merecería otra categoría y tal vez unos injertos de cabello. Además, quiero aclarar que si no hay afroamericanos en mi lista no es por racismo ni porque haya una lista negra, sino que simple y sencillamente se quedaron en el camino. Así es esto, en gustos se rompen géneros y no cabe lo políticamente correcto ni las acciones afirmativas.
Ahora mi imaginario erótico tiene muy buenas piernas (y como dice una amiga: por favor, pónganles el numero al jugador en la parte trasera del shorts, que nadie con dos dedos de frente se fija en la espalda).
martes, febrero 21, 2006
FOX
Parece que la única persona conciente y con sentido del timming dramático es la madre del gobernador de Puebla, Mario Marín Torres, quien murió ayer dejando en el aire la broma de pésimo gusto que pocos se resistirán a formular: ahora sí, el tristemente ilustre gober precioso NO TIENE MADRE.
Creo que ni sobra ni está fuera de lugar darle una palmadita virtual en la espalda y decirle: mi más sentido pésame, porque madre sólo hay una y le tiene que tocar a uno, pero ya pare de compararse con el benemérito, que él no inventó el bad-hair style ni la paranoia mediática que el arzobispo Ulises Macedo tan bien está utilizando para su protagonismo delirante.
Uno no puede alegrarse por ese tipo de desgracias (al menos no públicamente, que para eso está el fuero interno, que no conoce de espionaje), pero tampoco deja de reconocer el sentido del humor de esa zorra llamada destino: tan oportuna, tan mala leche y tan elocuente ella.
Creo que ni sobra ni está fuera de lugar darle una palmadita virtual en la espalda y decirle: mi más sentido pésame, porque madre sólo hay una y le tiene que tocar a uno, pero ya pare de compararse con el benemérito, que él no inventó el bad-hair style ni la paranoia mediática que el arzobispo Ulises Macedo tan bien está utilizando para su protagonismo delirante.
Uno no puede alegrarse por ese tipo de desgracias (al menos no públicamente, que para eso está el fuero interno, que no conoce de espionaje), pero tampoco deja de reconocer el sentido del humor de esa zorra llamada destino: tan oportuna, tan mala leche y tan elocuente ella.
jueves, febrero 16, 2006
Realidad
martes, febrero 14, 2006
En algunos idiomas, la palabra "amor" no existe
(el amor según Wikipedia)
Tradicionalmente se le considera como un afecto, sentimiento o emoción que hace desear el bien y la compañía de otro. El amor es, bajo esta perspectiva, un sentimiento que la mayor parte de las veces ayuda a aumentar la autoestima y el sentimiento de felicidad. En cambio, para Erich Fromm, el amor es una acción voluntaria que se emprende y se aprende, no una pasión que se impone contra nuestra voluntad. El amor es, así, decisión y elección.
El amor es un estado mental que crece o decrece a partir de factores que nos son más o menos conocidos: ya sea por el comportamiento de la persona amada, por sus atributos involuntarios o por las necesidades particulares de la persona que ama (deseo sexual, humor, soledad).
Empleamos la palabra "amor" para designar fenómenos muy diferentes entre sí pero relacionados en mayor o menor grado. Por ejemplo:
1. Amor entre familiares: amor de un padre a un hijo, etc.
2. Amor hacia los amigos.
3. Amor romántico. Cuando en nuestra psiquis se sigue un patrón, y el ser humano cercano cumple con ese patrón, siendo en cierto grado idealizado
4. Amor sexual (deseo).
5. Amor al prójimo.
6. Amor a los animales.
7. Amor hacia algo abstracto o inanimado, como una idea o una meta.
8. Amor a los principios de uno, a la patria (patriotismo) o al lugar de nacimiento, a la propia vida (dignidad), al honor y a la independencia (integridad).
9. Amor hacia un dios o una deidad (devoción).
10. Amor personal.
11. Amor platónico.
12. Amor Universal (el que todas las personas podemos llegar a sentir por la Creación y que los grandes místicos experimentan como Nirvana).
Lo que parece unir todos estos tipos de amor es el deseo consciente o inconsciente hacia alguien o algo o la realización de sus objetivos.
Algunos idiomas, como en el griego antiguo, distinguen entre los diferentes sentidos del amor mejor que el español. Por ejemplo, en griego antiguo existen las palabras filia, eros, agape y storge, las cuales significan amor entre amigos, amor romántico o sexual, amor incondicional y amor afectivo o familiar respectivamente. Sin embargo, tanto en griego como en muchos otros idiomas, históricamente ha resultado muy difícil separar los significados de estas palabras totalmente, por lo que es posible encontrar la palabra agape (amor incondicional) siendo utilizada con el mismo significado que eros (amor sexual o romántico).
Perspectiva Biológica
El concepto de amor no es una noción técnica en biología sino un concepto del lenguaje ordinario que es polisémico (tiene muchos significados), por lo cual resulta difícil explicarla en términos biológicos. Sin embargo, desde el punto de vista de la biología, lo que a veces se llama amor parece ser un medio para la supervivencia de los individuos y de la especie. Si la supervivencia es el fin biológico más importante, es lógico que nuestra especie le confiera al amor un sentido muy elevado y trascendente (lo cual contribuye a la supervivencia). Sin embargo, en la mayoría de las especies animales parecen existir expresiones de lo que llamamos amor que no están directamente relacionadas con la supervivencia. La homosexualidad y las relaciones sexuales por placer, por ejemplo, no son exclusivas de la especie humana; comportamientos altruistas son observados desde individuos de una especie hacia los de otras especies (las relaciones milenarias entre el hombre y el perro son un ejemplo). Algunos biólogos tratarán de explicar dichos comportamientos en términos de cooperación para la supervivencia o de conductas excepcionales, poco significativas.
Perspectiva Histórica y Cultural
Si bien el amor está fundado en capacidades y necesidades biológicas (como el placer sexual y el instinto de reproducción), tiene también una historia cultural. A veces se atribuye su invención a alguna tradición particular (a los sufis, a los trovadores, etcétera), pero los vestigios arqueológicos de todas las civilizaciones confirman la existencia de afecto hacia los familiares, la pareja, los niños, los coterráneos, etcétera. Desde el punto de vista cultural, el amor sexual se ha manifestado históricamente hacia las personas del sexo opuesto como hacia aquéllas del mismo sexo. Para los griegos y durante el Renacimiento, los ideales de belleza eran encarnados en particular por la mujer y por los adolescentes de sexo masculino.
En algunos idiomas, la palabra "amor" no existe.
Tradicionalmente se le considera como un afecto, sentimiento o emoción que hace desear el bien y la compañía de otro. El amor es, bajo esta perspectiva, un sentimiento que la mayor parte de las veces ayuda a aumentar la autoestima y el sentimiento de felicidad. En cambio, para Erich Fromm, el amor es una acción voluntaria que se emprende y se aprende, no una pasión que se impone contra nuestra voluntad. El amor es, así, decisión y elección.
El amor es un estado mental que crece o decrece a partir de factores que nos son más o menos conocidos: ya sea por el comportamiento de la persona amada, por sus atributos involuntarios o por las necesidades particulares de la persona que ama (deseo sexual, humor, soledad).
Empleamos la palabra "amor" para designar fenómenos muy diferentes entre sí pero relacionados en mayor o menor grado. Por ejemplo:
1. Amor entre familiares: amor de un padre a un hijo, etc.
2. Amor hacia los amigos.
3. Amor romántico. Cuando en nuestra psiquis se sigue un patrón, y el ser humano cercano cumple con ese patrón, siendo en cierto grado idealizado
4. Amor sexual (deseo).
5. Amor al prójimo.
6. Amor a los animales.
7. Amor hacia algo abstracto o inanimado, como una idea o una meta.
8. Amor a los principios de uno, a la patria (patriotismo) o al lugar de nacimiento, a la propia vida (dignidad), al honor y a la independencia (integridad).
9. Amor hacia un dios o una deidad (devoción).
10. Amor personal.
11. Amor platónico.
12. Amor Universal (el que todas las personas podemos llegar a sentir por la Creación y que los grandes místicos experimentan como Nirvana).
Lo que parece unir todos estos tipos de amor es el deseo consciente o inconsciente hacia alguien o algo o la realización de sus objetivos.
Algunos idiomas, como en el griego antiguo, distinguen entre los diferentes sentidos del amor mejor que el español. Por ejemplo, en griego antiguo existen las palabras filia, eros, agape y storge, las cuales significan amor entre amigos, amor romántico o sexual, amor incondicional y amor afectivo o familiar respectivamente. Sin embargo, tanto en griego como en muchos otros idiomas, históricamente ha resultado muy difícil separar los significados de estas palabras totalmente, por lo que es posible encontrar la palabra agape (amor incondicional) siendo utilizada con el mismo significado que eros (amor sexual o romántico).
Perspectiva Biológica
El concepto de amor no es una noción técnica en biología sino un concepto del lenguaje ordinario que es polisémico (tiene muchos significados), por lo cual resulta difícil explicarla en términos biológicos. Sin embargo, desde el punto de vista de la biología, lo que a veces se llama amor parece ser un medio para la supervivencia de los individuos y de la especie. Si la supervivencia es el fin biológico más importante, es lógico que nuestra especie le confiera al amor un sentido muy elevado y trascendente (lo cual contribuye a la supervivencia). Sin embargo, en la mayoría de las especies animales parecen existir expresiones de lo que llamamos amor que no están directamente relacionadas con la supervivencia. La homosexualidad y las relaciones sexuales por placer, por ejemplo, no son exclusivas de la especie humana; comportamientos altruistas son observados desde individuos de una especie hacia los de otras especies (las relaciones milenarias entre el hombre y el perro son un ejemplo). Algunos biólogos tratarán de explicar dichos comportamientos en términos de cooperación para la supervivencia o de conductas excepcionales, poco significativas.
Perspectiva Histórica y Cultural
Si bien el amor está fundado en capacidades y necesidades biológicas (como el placer sexual y el instinto de reproducción), tiene también una historia cultural. A veces se atribuye su invención a alguna tradición particular (a los sufis, a los trovadores, etcétera), pero los vestigios arqueológicos de todas las civilizaciones confirman la existencia de afecto hacia los familiares, la pareja, los niños, los coterráneos, etcétera. Desde el punto de vista cultural, el amor sexual se ha manifestado históricamente hacia las personas del sexo opuesto como hacia aquéllas del mismo sexo. Para los griegos y durante el Renacimiento, los ideales de belleza eran encarnados en particular por la mujer y por los adolescentes de sexo masculino.
En algunos idiomas, la palabra "amor" no existe.
lunes, febrero 13, 2006
Todos ponen, todos ganan
Hay en el firmamento siempre vasto de las ocu-filias (amor a las ocurrencias) una nueva palabra que es sinónimo de un optimismo radical, a prueba de balas y de malos entendidos. Se llama poliamor:
“Este concepto defiende la posibilidad de amar a varias personas al mismo tiempo; establecer relaciones afectivas y/o sexuales con ellas, se tenga o no otras parejas; el manejo de los celos y la comunicación, ya que es válido hablar de todas las relaciones que se entablan con los otros...”
Osea, no tiene nada que ver con el movimiento swinger que se basa principalmente en experiencias sexuales, el poliamor es amor multiplicado a la ene potencia, porque según esa nueva corriente, que tiene cierto componente neo-hippie pero aplicado a la clase media ilustrada (es decir: no hace falta tener el pelo largo y no usar desodorante, aunque supongo que no hay mejor prueba de amor que aguantar el olor de cuatro o seis axilas en lugar de dos).
El poliamor reniega de los celos y la mejor fórmula poliamorosa, peleada con ese fantasma amenazador que es la monogamia, es que las múltiples parejas se amen entre sí, inviertan todos en el monstruo de varias cabezas que es el amor para derrumbar esas ideas tradicionales de pertenencia y exclusividad, tan burguesas ellas.
Poliamor “cuestiona la estructura social de que la familia es la base de la sociedad; las estadísticas demuestran que la monogamia no funciona. En este concepto no se le pone el cuerno a la pareja, eso lo que hacen los demás, no los poliamor”
Se trata, por lo visto, de una elite que sí sabe lo que es amar y multiplicar los sentimientos en lugar de administrarlos con cautela.
Uno perdiendo el tiempo buscando el significado de una palabra que da urticaria, satanizada o santificada según sea el caso, perdiéndose en los laberintos de la promiscuidad y la culpa (en ese orden) y ahora resulta que hemos estado perdiendo el tiempo porque además de que podemos seguir esos patrones sólo ajustándolos a la medida de nuestra articulación ideológica podemos sentirnos parte de una tendencia vanguardista y profundamente progresista.
¿Han tenido problemas de pareja alguna vez? Pues olvídense de ellos, se han acabado ahora que lo que se lleva son las tríejas y cuatriejas, pero que no se malinterprete que el sexo en grupo con amor es una cosa muy distinta a la orgía tradicional, donde al anonimato y la falta de compromiso son componentes mucho más estimulantes, pero nada bien vistos.
Osea, a todo lo que usted haga (bueno, no todo) póngale mucho amor e interés en los otros y usted es un poliamoroso en potencia: sólo le falta salir del clóset y hágalo antes que alguien se le adelante, porque en este circo de las varguardias sexo-amorosas el que pega primero pega más fuerte.
¿Y la credibilidad? Se preguntará usted. Pues el asunto precisamente es ese: mientras usted se lo crea es más que suficiente.
El Amor tendría que ser como el euro pues.
“Este concepto defiende la posibilidad de amar a varias personas al mismo tiempo; establecer relaciones afectivas y/o sexuales con ellas, se tenga o no otras parejas; el manejo de los celos y la comunicación, ya que es válido hablar de todas las relaciones que se entablan con los otros...”
Osea, no tiene nada que ver con el movimiento swinger que se basa principalmente en experiencias sexuales, el poliamor es amor multiplicado a la ene potencia, porque según esa nueva corriente, que tiene cierto componente neo-hippie pero aplicado a la clase media ilustrada (es decir: no hace falta tener el pelo largo y no usar desodorante, aunque supongo que no hay mejor prueba de amor que aguantar el olor de cuatro o seis axilas en lugar de dos).
El poliamor reniega de los celos y la mejor fórmula poliamorosa, peleada con ese fantasma amenazador que es la monogamia, es que las múltiples parejas se amen entre sí, inviertan todos en el monstruo de varias cabezas que es el amor para derrumbar esas ideas tradicionales de pertenencia y exclusividad, tan burguesas ellas.
Poliamor “cuestiona la estructura social de que la familia es la base de la sociedad; las estadísticas demuestran que la monogamia no funciona. En este concepto no se le pone el cuerno a la pareja, eso lo que hacen los demás, no los poliamor”
Se trata, por lo visto, de una elite que sí sabe lo que es amar y multiplicar los sentimientos en lugar de administrarlos con cautela.
Uno perdiendo el tiempo buscando el significado de una palabra que da urticaria, satanizada o santificada según sea el caso, perdiéndose en los laberintos de la promiscuidad y la culpa (en ese orden) y ahora resulta que hemos estado perdiendo el tiempo porque además de que podemos seguir esos patrones sólo ajustándolos a la medida de nuestra articulación ideológica podemos sentirnos parte de una tendencia vanguardista y profundamente progresista.
¿Han tenido problemas de pareja alguna vez? Pues olvídense de ellos, se han acabado ahora que lo que se lleva son las tríejas y cuatriejas, pero que no se malinterprete que el sexo en grupo con amor es una cosa muy distinta a la orgía tradicional, donde al anonimato y la falta de compromiso son componentes mucho más estimulantes, pero nada bien vistos.
Osea, a todo lo que usted haga (bueno, no todo) póngale mucho amor e interés en los otros y usted es un poliamoroso en potencia: sólo le falta salir del clóset y hágalo antes que alguien se le adelante, porque en este circo de las varguardias sexo-amorosas el que pega primero pega más fuerte.
¿Y la credibilidad? Se preguntará usted. Pues el asunto precisamente es ese: mientras usted se lo crea es más que suficiente.
El Amor tendría que ser como el euro pues.
miércoles, febrero 08, 2006
Maniático a la 5ta. Potencia
1) Mi primera y más recurrente manía es sacarme los mocos en los lugares más inoportunos, sobre todo cuando estoy en una plática interesante (me encanta pegarlos en los asientos y juro -en vano-que nadie se da cuenta).
2) La segunda se la aprendí a Linda Fiorentino y se trata de auscultar al incauto en turno con los dedos para saber que el instrumento está en buen estado (dedos al glande e inmediatamente después a la nariz para ver si hay algo evidente que evitar).
3) La misma segunda manía se aplica a los alimentos que voy a consumir: siempre que me sirven de comer huelo antes lo que me voy a comer, sobre todo si es alguna verdura cruda. Me he evitado varios problemas gástricos por esta costumbre tan de mal gusto para muchos.
4) De repente me da por morderme las uñas o arrancarme los cueritos de los dedos (el problema empezó cuando esta manía quería brincarse a los dedos de los pies).
5) La peor de todas tal vez sea la necia costumbre que tengo de juzgar a las personas a la primera impresión, la cual es totalmente correspondida por los objetos de mi manía: se empeñan constantemente en darme la razón con su comportamiento. Ni como ayudarme.
Se lo paso a la Negra, el vichu, Barro y Caro.
2) La segunda se la aprendí a Linda Fiorentino y se trata de auscultar al incauto en turno con los dedos para saber que el instrumento está en buen estado (dedos al glande e inmediatamente después a la nariz para ver si hay algo evidente que evitar).
3) La misma segunda manía se aplica a los alimentos que voy a consumir: siempre que me sirven de comer huelo antes lo que me voy a comer, sobre todo si es alguna verdura cruda. Me he evitado varios problemas gástricos por esta costumbre tan de mal gusto para muchos.
4) De repente me da por morderme las uñas o arrancarme los cueritos de los dedos (el problema empezó cuando esta manía quería brincarse a los dedos de los pies).
5) La peor de todas tal vez sea la necia costumbre que tengo de juzgar a las personas a la primera impresión, la cual es totalmente correspondida por los objetos de mi manía: se empeñan constantemente en darme la razón con su comportamiento. Ni como ayudarme.
Se lo paso a la Negra, el vichu, Barro y Caro.
PD: Me faltó poner que me encanta voltear a ver lo que cago y verlo irse cuando le bajo (no me da tristeza ni eew, para los psicólistas de bolsillo), también tengo la costumbre de estirar las piernas y los brazos en los lugares más insospechados, me gusta limpiarme el ombligo con el dedo y olerlo, exprimirme las espinillas hasta sangrary ver como se estrella la pus en el espejo, sacarme la cerilla de las orejas mientras desayuno, etc. etc. etc. La lista es tan larga como la cuaresma, así que ahi la dejo mejor.
martes, febrero 07, 2006
Lets get Physical
Las hordas integristas del culto al cuerpo tienen un nuevo integrante, uno que -a su manera- ha despotricado contra todo ese bombardeo mediático que te impone un ideal de belleza sustentado en un estilo de vida indigesto de conteos calóricos, tonificaciones musculares, masas corporales, niveles de grasa, etcétera. Es decir, un estilo de vida sustentado en la neurosis pequeño-burguesa (para hacer uso de la jerga demodé).
Todo inició así: un día me levanté y en mi camino a la ducha me topé con una imagen reflejada en un espejo de cuerpo entero que casi me causa un desmayo. De pronto se me vino a la mente Goldie Hawn en Death Becomes Her como futuro cercano. Así como la realidad superará siempre a la ficción, recordé las últimas fotos que vi de Isabella Roselini y me quedó claro que esa idea de la fuente de la eterna juventud era un mito tan peregrino como el paraíso prometido por todas las religiones y sucedáneos. La imagen en el espejo me habló, pero no entendí lo que decía y seguí el consejo que nunca me dieron mis padres de no hacer caso de los extraños que te prometen cosas inaccesibles o paraísos express, habiendo tantas cosas accesibles y paraísos artificiales que se consiguen a la vuelta de la esquina. La realidad, al igual que la ficción (si no es que más), ocupa una buena ayudadita.
Un día antes había recibido una muy mala noticia y decidí que en lugar de esconderme unas semanas entre mis sábanas en una depresión muy glamorosa pero nada práctica, me inscribiría en el gimnasio y empezaría a engañar al dolor emocional con el físico. El problema es que el dolor físico se vuelve un poco adictivo y le agarra uno cariño hasta a la entrenadora, quien pone tanto empeño en su trabajo que pareciera haber reencarnado en ella una celadora de la Gestapo. Al sadismo de ella uno responde con un masoquismo a prueba de balas.
Ahora me queda claro que las relaciones sadomasoquistas son las ideales y las que tienen asegurada la persistencia: no hay nada como tener los terrenos bien delimitados, tu me pegas, yo te quiero, más me duele, más me quieres...y todos felices, todos contentos.
Y en el camino se te hace un cuerpazo.
¿Qué más puede uno pedir?
Todo inició así: un día me levanté y en mi camino a la ducha me topé con una imagen reflejada en un espejo de cuerpo entero que casi me causa un desmayo. De pronto se me vino a la mente Goldie Hawn en Death Becomes Her como futuro cercano. Así como la realidad superará siempre a la ficción, recordé las últimas fotos que vi de Isabella Roselini y me quedó claro que esa idea de la fuente de la eterna juventud era un mito tan peregrino como el paraíso prometido por todas las religiones y sucedáneos. La imagen en el espejo me habló, pero no entendí lo que decía y seguí el consejo que nunca me dieron mis padres de no hacer caso de los extraños que te prometen cosas inaccesibles o paraísos express, habiendo tantas cosas accesibles y paraísos artificiales que se consiguen a la vuelta de la esquina. La realidad, al igual que la ficción (si no es que más), ocupa una buena ayudadita.
Un día antes había recibido una muy mala noticia y decidí que en lugar de esconderme unas semanas entre mis sábanas en una depresión muy glamorosa pero nada práctica, me inscribiría en el gimnasio y empezaría a engañar al dolor emocional con el físico. El problema es que el dolor físico se vuelve un poco adictivo y le agarra uno cariño hasta a la entrenadora, quien pone tanto empeño en su trabajo que pareciera haber reencarnado en ella una celadora de la Gestapo. Al sadismo de ella uno responde con un masoquismo a prueba de balas.
Ahora me queda claro que las relaciones sadomasoquistas son las ideales y las que tienen asegurada la persistencia: no hay nada como tener los terrenos bien delimitados, tu me pegas, yo te quiero, más me duele, más me quieres...y todos felices, todos contentos.
Y en el camino se te hace un cuerpazo.
¿Qué más puede uno pedir?
sábado, febrero 04, 2006
A better version of her
Cuando apareció en los noventas, Fiona Apple me pareció una versión malencarada de Tori Amos: ambas detrás de un piano, ambas con un pasado de abuso sexual en un momento donde hasta la comediante Rosane Barr hacía públicos abusos en su infancia que justo recordó en momentos en que su carrera se iba por el caño y su comportamiento dejaba mucho que desear.
De pronto la profundidad psicológica mezclada con cierto oportunismo feminista me pareció más que sospechosa, pero no dejaba de disfrutar sus canciones que, aunque un tanto pretenciosas, evidenciaban los intentos de la joven neoyorquina por defender su individualismo, dotando a su música de una fuerza que tenía mucho que ver con el reclamo existencial adolescente, pero influenciada por clásicos de la música negra.
La recuerdo en alguna entrega de premios tratando torpemente de dar la nota alternativa con un discurso en el que incitaba a los jóvenes a no dejarse influenciar por la industria de la moda y la música, industria a la que pertenece y con la que ha mantenido una relación tirante. Lo único que logró con su loable intención fue alimentar el recurrente dicho sexista de calladitas se ven más bonitas.
Después de desaparecer seis años del mercado (Tidal, 1996, When the pawn..., 1999) por problemas contractuales con la multinacional Sony, Fiona regresó el año pasado con Extraordinary Machine, un disco realizado anteriormente pero que la disquera se negó a editar en su momento por considerarlo invendible en momentos donde el hip-hop y el revival ochentero empezaba a inundar el mercado.
Como mero berrinche, la cantautora decidió difundirlo gratuitamente por Internet para después llegar a un arreglo con la compañía y aceptar a Mike Elizondo y Brian Kehew como co-productores de la versión oficial del disco que ahora circula y que cosecha las mejores críticas y nominaciones a varios premios importantes del medio.
Lo curioso del asunto es que la versión no-autorizada de Extraordinary Machine es muy superior a la que venden en las tiendas, es mucho más congruente estilísticamente y tiene una intensidad que se siente hasta cierto punto domesticada -o estandarizada- en el disco oficial, cuya única ventaja (en su versión dual cd-dvd) son los videos de presentaciones en vivo donde Apple sorprende con esas versiones neo-folk de Fast as you can y River, Stay Away from my Do de Frank Sinatra, entre otras.
Fiona Apple no sólo ha dado un paso a la madurez artística sino al parecer también a la emocional. Extraordinary Machine bien pudiera ser tomado como un disco de autoayuda post-ruptura amorosa, una oda al egocentrismo como el refugio más seguro del corazón roto. Después de todo, no creo que sea cualquier cosa perder a un novio como Paul Thomas Anderson.
De pronto la profundidad psicológica mezclada con cierto oportunismo feminista me pareció más que sospechosa, pero no dejaba de disfrutar sus canciones que, aunque un tanto pretenciosas, evidenciaban los intentos de la joven neoyorquina por defender su individualismo, dotando a su música de una fuerza que tenía mucho que ver con el reclamo existencial adolescente, pero influenciada por clásicos de la música negra.
La recuerdo en alguna entrega de premios tratando torpemente de dar la nota alternativa con un discurso en el que incitaba a los jóvenes a no dejarse influenciar por la industria de la moda y la música, industria a la que pertenece y con la que ha mantenido una relación tirante. Lo único que logró con su loable intención fue alimentar el recurrente dicho sexista de calladitas se ven más bonitas.
Después de desaparecer seis años del mercado (Tidal, 1996, When the pawn..., 1999) por problemas contractuales con la multinacional Sony, Fiona regresó el año pasado con Extraordinary Machine, un disco realizado anteriormente pero que la disquera se negó a editar en su momento por considerarlo invendible en momentos donde el hip-hop y el revival ochentero empezaba a inundar el mercado.
Como mero berrinche, la cantautora decidió difundirlo gratuitamente por Internet para después llegar a un arreglo con la compañía y aceptar a Mike Elizondo y Brian Kehew como co-productores de la versión oficial del disco que ahora circula y que cosecha las mejores críticas y nominaciones a varios premios importantes del medio.
Lo curioso del asunto es que la versión no-autorizada de Extraordinary Machine es muy superior a la que venden en las tiendas, es mucho más congruente estilísticamente y tiene una intensidad que se siente hasta cierto punto domesticada -o estandarizada- en el disco oficial, cuya única ventaja (en su versión dual cd-dvd) son los videos de presentaciones en vivo donde Apple sorprende con esas versiones neo-folk de Fast as you can y River, Stay Away from my Do de Frank Sinatra, entre otras.
Fiona Apple no sólo ha dado un paso a la madurez artística sino al parecer también a la emocional. Extraordinary Machine bien pudiera ser tomado como un disco de autoayuda post-ruptura amorosa, una oda al egocentrismo como el refugio más seguro del corazón roto. Después de todo, no creo que sea cualquier cosa perder a un novio como Paul Thomas Anderson.
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