A mi me tocó ser el último, todos me empujaban para que siguiera en la línea, pero siempre me pasaba al final, como esperando tirar el último penalti.
No hubiera podido hacer nada al verle sus ojos desorbitados por el terror, esa expresión que ni acompañada por el lodo del campo empañaban su belleza. Llegó un momento en que sentí que sólo me miraba a mi, sin importar cuál de mis compañeros estuviera encima de ella, pero cuando tocaba mi turno y vi que ella estaba inconsciente me puse como loco y les grité que se fueran... le cubrí el cuerpo desnudo con los pedazos que quedaban de su uniforme escolar, limpié su rostro y la besé en los labios.
Sentí que empezaba a despertar, como en el cuento de la bella durmiente, y en ese momento mi verga empezó a hincharse y a palpitar debajo de mi trusa... cuando ella abrió los ojos sentí tanta vergüenza que le cubrí la boca con mi mano izquierda mientras con la otra la volteaba para metérsela por detrás...
Me vine unos segundos después, me subí el shorts y salí corriendo dejándola a ella tirada debajo de la oscura portería. Entré a casa sin saludar a nadie, directo a la regadera para lavar los restos de sangre, semen y lodo de mi cuerpo.
Lloré toda la noche... nunca he vuelto a tener un orgasmo como el de mi primera vez.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario