Y demos gracias a dios y a la santísima virgen que no nacimos un 12 de diciembre en plena basílica de Guadapupe, porque muy a la El Diosero, nos llamaríamos Basílico Guadalupe. Y si a la virgencita, como es mujer therefore caprichosa, le da por aparecerse en un refrigerador o en un ladrillo, tendrá que llamarse uno Refriguadalupe o Ladrilupe si se le ocurre nacer con el timming puesto en la ridiculez. Son las prerrogativas de la fe o la necedad de una tradición que confunde -acertadamente- devoción con pintoresquismo.
¿Dónde estabas cuando las mañanitas a la virgen? Pues tan dormidísimo que ni me enteré, así que de penitencia caminaré con sendas pencas de nopal atadas a mis rodillas rumbo a la cantina, como buen mexicano que soy y que lleva los accidentes geográficos a extremos de épica kitsch.
1 comentario:
Manuel,
Me gustaría conocerte.
mikepadillag@hotmail.com
igual puedes agregarme a tu msn y sería padre poder platicar...
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