Aquellos que pregonan con sabiduría de bolsillo que la salud de uno refleja el estado de ánimo pueden tragarse sus palabras con agua mineralizada del Tíbet. Mi reciente resfriado convertido en crisis sinusítica tiene nombre y apellido: puede adjudicarse fácilmente a mis enfriadas (las cervezas y los cambios bruscos de temperatura), mis malpasadas que en realidad son bienpasadas pero de cosas poco nutricionales, mis desveladas voluntarias e involuntarias y mi necedad en vivir en una ciudad cuya calidad de aire deja tanto que desear como sus gobernantes, sus ciudadanos gelitizados y su miopía urbana (agruéguele a esto uno que otro cigarro).
Hoy la crisis se agudizó tanto que tuve que ir de farmacia en farmacia comparando precios de medicamentos hasta darme cuenta que las apariencias engañan. Los lugares que menos esperas te dan los mejores precios. Si, los mismos que te fuerzan a comprar todo orgánico como si cada sateluco fuera una Gwynet fucking Paltrow, también tienen los mejores precios farmacéuticos de la zona (unas por otras I guess). Lo peor no fue la desembolsada ni el peregrinaje etno-trágico-musical sino que al llegar a casa a tiempo para Project Runway! me entero que uno de los medicamentos es inyectable tenkiu very much! Y ni siquiera intravenoso para más glamour o rectal para más diversión sino intra-fucking-muscular: aplausos! Y encuéntrenme a esa hora una farmacia o clínica que aplique inyecciones sin una receta firmada o al menos el recibo de compra que asegure que mi dinero se fue a sus arcas (ni siquiera tuve la delicadeza de grabar mi consulta telefónica).
Pues ahí me tienen googleando la mejor manera de auto inocularse uno by myself. Nomás faltaba que vinieran a alburearme! casi me dijo Mr. Google, pero ya que croleaba pa'bajo me encontré con las reglas básicas de la utoinyeccionalización. Y ahí me tienen en el baño con los pantalones abajo, frente al espejo, como posando para Manhunt, con el delineador de mi hermana dividiendo mi nalga derecha en cuatro, como pa'jugar al gato: Inicio mi juego dibujando un círculo en la parte superior derecha y saco la jeringa de su envoltorio y dudo si leyendo en voz alta las instrucciones pueda aguantarme la risa de verme en semejante postura niurkezca, pero aprovecho ese pensamiento malagüero (cada vez que retumbe ese nombre en mi cabeza, escupiré) para agarrar desprevenido al glúteo en cuestión y aplicar un líquido caliente que en el momento no dolió nadita, pero que ahora me tiene al borde del sillón, en un sentado que me envidiaría cualquier debutante serreña.
Si en los días venideros no posteo nada será porque apliqué el Simi-Harakiri. Es decir, el autoaniquilamiento accidental a lo Mishima con sentido del humor… porque qué le queda a uno cuando escasea el talento?
5 comentarios:
JUAJAJAJaaaaaaaaaaaa!!!
(Sorry perri pero no lo puedo evitar... eres lo más bruto que conozco después de un amigo español- lo digo por caracterizar de mejor manera la capacidad de brutalidad- que se cortó la uña, entre otras cosas, con una tijera de podar el pasto ante mis incrédulos ojos. En fin.
Ahora ya sabes poner inyecciones intramusculares con nervio ciático incluido. No cualquiera.
Otrosi: el post anterior fue tan bueno y humano que mejor me callé.)
Dolor mata dolor, Pal! That´s my new motto.
yo he hecho eso mismo dos veces en mi vida, las dos veces por mucho que he medido, he sido cuidadosa y he evitado decir la palabra niurka por razones obvias, me ha quedado una como bolita en la nalga, bolita peque dura que se me quitó al año la primera vez y la segunda vez pues, vive en mí aún. lo bueno es que la bolita no es más grande que mi nalga (cosa que era muy posible por supuesto).
get well
y para callar a Pal, tiene mérito ;o)
(y Manu, eres una beeeestia!!! -adorable,eso sí- pero bestia ¿aquiénseleocurreee??)
Syl, a mi me funcionó de maravilla. NO me quedaron secuelas, sólo que constaté que tengo dos estrías apenas visibles a la luz directa. Ese fue el verdadero, drama. Cero bolitas mas que las de rigor...
Luisa, de acuerdo contigo.
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