-Siguiente día: Levantarme temprano para empezar a ver la 3ra temporada de The L Word, llena de giros inesperados y luego ir a comer a un buffet de comida libanesa, cortesía del matrimonio Bojórquez-Monsiváis. La comida me cayó un poco pesada (tal vez fue la cantidad), pero la plática fue entretenida y sustanciosa. Me enteré que soy leído por quien no me imaginaba y a pesar de darme cierto apuro al principio soy bueno para tumbarme el rollo. Conocí por dentro Villa Olímpica y descubrí como es posible encontrar deefes agradables dentro del caos metropolitano. Claro que para acceder a esos paraísos hay que pagar el precio.
-Cine: como no se reportaba la hostess para ir al centro, decidí meterme a ver Shortbus, que me sorprendió estuviera en cartelera. A primera vista la película es una puesta al día de los postulados hippiosos, como dice uno de los personajes: es como los 60, sólo que con menos esperanzas. Harto sexo explícito y bien intencionado pansexualismo, pero no deja de hacerme ruido ese concepto del poliamor. La película es divertida, original y muy americana (con todo lo que eso implica), pero no sé si su mirada a las relaciones gay es autoparódica o romántica (en eso y es ambas). El mérito lúcido podría ser mío, pero debería ser del director, ¿no?
-Cama (bueno, sofá): De regreso al departamento y rechazando dos propuestas eróticas en el camino (eso del ligue en el DF es al menos refrescante para el ego) me dirigí a seguir con The L Word, que me deparaba más sopresas y mucho drama. Nomás adelanto a quien no la haya visto que una de ellas se muere.
-Desayuno-comida: Restaurante vegetariano ligeramente desabrido. Lo mejor fueron unos tacos de champiñones que ni eran míos.
-Shopping: Mix-Up me está perdiendo como cliente con esos precios y con tanta piratería de calidad. Sencillos de Fangoria encargo del fan fatal, librería Ghandi, libros de Auster y Capote para mi, de Zizek para la Miller.
Me compré las temporadas que me faltaban de Oz, Notes on a Scandal, The Queen, Maria Antoniette y Shortbus, todas piratas, aunque unas más que otras. También compré porno nacional y porno extremo: Jeff Palmer en camino a la cumbre por su asombroso talento rectal y sus ideas por demás polémicas en relación al sexo sin protección, sobre todo cuando esas extravagancias vienen de un argentino-americano con educación cristiana (el numerito de que su familia acepta y se siente orgullosa de su calidad de celebridad del porno bareback se lo creo si él considera su familia cercana a su colección de dildos).
-Noche de copas: de vuelta por el primer bar gay que conocí en la ciudad, con bastante concurrencia y en pantalla otra estrella latina del porno: Ricky Martínez, famoso por su pintoresco autofelattio. En la parte de arriba había un espectáculo travesti al que le saqué la vuelta. A estas alturas y que no hayan superado el travestismo me parece preocupante. Y así como el mundo es un pañuelo, aquí también me encontré gente conocida, ¿así cómo va uno -con todo ese provincialismo- a soltarse el chongo?
La venida: aquí.
PS: Se me olvidaba comentar la verdadera razón de mi viaje. El concierto de Placebo, de esos conciertos en que puedes ir por más cerveza, platicar, ir al baño y regresar con la sensación de que no te perdiste de mucho. Sonido uniforme, muy guitarrero, el mini Molko parece chilango bien alimentado y se entiende muy bien con su fanaticada (porque esos sí que son fanáticos). Lo mejor de la noche fue Special K y Running Up That Hill, ese cover de la Bush que les quedó tan bien y que en vivo suena mucho mejor. Hubo otras claro, pero con el buzz de la cerveza terminamos la otra et moi como fumigados y no estoy seguro de haberlo registrado al cien (el lugar, ideal para ese tipo de conciertos, ni muy peque ni muy grande, cómodo y hasta agradable).
9 comentarios:
ja,ja no te creo lo del apuro.Más apuro me da a mi hacer algún comentario que pueda ser victima de tu ácida intolerancia a la estupidez
Un saludo
Bueno, lo cortés no quita lo valiente, ¿o sí?
No se que comentar. Leerlo es como si te perdiste del principio y no atas cabos. Como entrar a una conversacion que va a medias.
Sólo hay que empezar con el post anterior y luego ya regresarse a este. Es muy fácil, Jose Luis. No viste "Memento"?
Ja, ja, ja ves lo que te digo.
Ciertamente lo cortés no quita lo valiente, ni lo irónico tampoco.
Compraste porno nacional? Porno gay nacional? Existe?!
Te sorprenderías de series como "Hoteles de Paso I, II, III ....". Claro, que yo soy mucho más tasty y me compré algo filmado en Guadalajara en lo que parece un pretexto para promover un artista plástico de lo más tópico (al lado de sus cuadros, el porno parece "artístico y sublime").
¿la Miller?
Si, yo tengo una revista pornogay creo que esta escondida en la casa del anonimo que pregunta sobre el porno nacional. Alguien me la quiere comprar?.
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