martes, julio 22, 2008

Soy idéntico a mí mismo hasta rayar en la idiotez

"...No quiero poner a la vista mis sentimientos tal como se hace en una película o en la televisión o en el teatro, donde uno lo escenifica de manera que los demás vean lo que a uno le pasa.
...Para mi no es simple, ni primario. Requeriría un esfuerzo que me destruiría el sentimiento. Yo percibo el contento de los demás exactamente igual que el mío. No me lo tienen que explicar.

... Cuando alguien cree tener que decir siempre en las comidas 'Vaya buen pedazo de carne' o 'La salsa está tremendamente buena', tengo la vaga sensación de que por los misteriosos motivos que sea cree tener que convencerse de ello. O si doy un paseo y el otro dice constantemente lo bonito que es dar un paseo conmigo y contemplar la caída del sol. Entonces digo: 'Ni hablar, muchas gracias'. Hasta aquí y nada más. Porque es alguien que siempre expermienta la necesidad de decir algo de lo que tiene que convencerse, aunque quizás incluso lo sienta (o no). Sobre esto hay une película maravillosa que vi muy pronto y me influyó mucho, La Felicidad (Le bonheur, 1965), de Agnès Varda. La película trata de que para hacer posible su felicidad, los seres humanos que, siendo objetivamente felices, siempre lo están expresando, también pueden ser tremendamente intercambiables. Un hombre está con una mujer y dos niños y todo lo encuentra siempre bonito. Entonces la mujer se mata, sí, y entonces él se casa con otra y todo sigue igual porque detrás no hay ningún sentimiento. Así es como yo vería el problema a grandes rasgos. No estoy fundamentalmente en contra de que aquí y allá se exprese lo que sea. Al contrario, el lenguaje es al fin y al cabo un vehículo esencial. Sólo que creo que no constantemente. En especial por lo que se refiere a los sentimientos reacciono de modo totalmente crítico.

...Tal como veo las cosas y tal como vivo, no tengo debilidades. Me lo he montado de manera que no tengo ninguna, lo que no quiere decir que objetivamente no las tenga sino solamente que, subjetivamente, vivo mi vida al máximo como me la imagino. Sé que es un privilegio. Quizás hacerlo sea mi debilidad. Pero yo contestaría a su pregunta así: no tengo debilidades en la medida en que aún trabajo en las cosas que me parecen equivocadas. Sólo serán debilidades cuando se paralicen, cuando se conviertan en estados terminales.

...La vida sólo está a mano y a dispocisión de uno cuando acepta la muerte como lo propio de la existencia. Mientras la muerte es tabú la vida no tiene interés. Una sociedad que se basa en la explotación de los seres humanos, tiene que convertir la muerte en tabú. En mi vida ha habido realmente momentos importantes en que mi cuerpo ha comprendido repentinamente que era mortal. Desde entonces, la vida es para mí mucho más divertida. Aunque no siempre lo parezca, como habrá observado alguna vez. Tuve esa historia de los dolores del corazón. Llegó un punto en que faltaba el aire y me dije okay, trágate todas las pastillas. Y cuando después de explorarme, el médico me dijo que orgánicamente estaba sano, cesó la obsesión. En el plazo de tres días. El cuerpo es realmente algo cruel.

Esta diferencia entre el cuerpo, al que en definitiva estamos sometidos, y el espíritu, que es verdaderamente inmortal, es una discrepancia terrible. Un espíritu que, hablando existencialmente, puede moverse libremente por el aire y un cuerpo con tripas, ¡puff..!

...Tengo una relación muy afectuosa con las posibilidades de placer, con el deseo, con todo lo que mi cuerpo es capaz de producir. Eso sí. Sin embargo, ni por un segundo deja de tener la contrariedad de que puede sustraerse a las necesidades de mi espíritu. El espíritu está ahí y seguramente sería diferente en otro cuerpo. Naturalmente el espíritu también tiene que realizarse con el cuerpo específico con el que lleva a cabo sus experiencias..."

Dijo Rainer Werner Fassbinder a Hella Schlumberger en 1977... y yo no hago sino asentir.

3 comentarios:

La Fran dijo...

oyee que lindooo esta ese texto...wow!!!

Manuel dijo...

Lindo es lo de menos, amiga. Revelador e iluminador sería decir lo menos.

Saludos por allá :)

paola dijo...

verdad?

i-lu-mi-na-dor (si aprendí a separar sílabas en la primaria)