jueves, octubre 30, 2008
Uno de esos días
Hay días peores que otros. Y otros peores. Y otros como ayer, que ni el playlist del iPod me daba por el lado y la estupidez propia, pero sobre todo la ajena, se amontonaba como en convención o marcha masiva confabulando contra el reino de mi placidez. No recuerdo con cual pié me levanté, ni si crucé por debajo de una escalera o si se me atrevezó un gato negro, pero ah, cómo chingó a su madre el día de ayer cuando a punto de terminar la cena horrenda del Vips, se me derrama el vaso de jamaica que me estaba tomando. La mesera, mi amor ella, se dio cuenta de mi estado y solita sin hacer ruido ni comentario alguno limpió la mesa, me cambió el mantel y me trajo otra jarra de jamaica y yo antes de decir gracias le pedí la cuenta. En lugar de las gracias le dejé buena propina: sólo por el hecho de soportarme porque la comida apestaba.
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4 comentarios:
Eso te pasa por ir al VIPS... en cualquier puestito de la esquina cenas mejor y más barato!
No hay canciones tristes, hay días como esos.
Uy! esos días... :s
Repórtate el fin... Saludos,
Rafa
A las 12 de la noche no hay muchos "puestitos" por las esquinas de donde vivo. Sólo travestis sobre expuestos y ruidosos como pa'canción de Arjona y hartos coches en procesión febril.
Leonco, tienes la boca retacada de razón. ¡Saludos!
Rafa, te llamo el domingo a ver que tal pinta.
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