lunes, marzo 09, 2009
Pozo
A pesar de vivir en el presente, siempre hay un resquicio del ojo asomándose al futuro, como esos personajes de Murakami que en algún momento de sus vidas se encuentran atrapados en un pozo oscuro, profundo y húmedo donde experimentan un punto de inflexión en su vida, una especie de iluminación espiritual que les cambia el rumbo que ellos pensaban ya diseñado como parte de un engranaje de mediocridad e inercia. El viaje de Ulises compactado, convertido en elipsis oscura, como si el metraje de la película estuviera limitado y ni siquiera el soporte digital diera para historias épicas. ¿Para qué viajar si no hay ya nada que conquistar afuera? Si la idea es encontrarse a uno mismo, ¿tendremos que economizar con la introspección?
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2 comentarios:
ENTONCES LO QUE HAY POR CONQUISTAR SERÍA A NOSOTROS MISMOS, VALDRÍA LA PENA EL VIAJE, NO HAY QUE TEMER A ESTE TIPO DE GASTOS IMPREVISTOS, A VECES EN LO FORTUITO ESTÁ LA CLAVE...
PERO QUE HAGO YO HABLANDO DE ESTO??
QUIZÁ PENSÉ EN VOZ ALTA.
SALUDOS, MANUEL.
Yo por eso leo puras noticias del pasado y de otros.
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