Es curioso decir querer salvar la tierra cuando lo que se busca es preservar la raza humana. No es que vea yo algo malo en eso, pues si las cucarachas tienen sentido de supervivencia no veo porque nosotros no debamos, pero tal parece que una de las principales funciones de ese maravilloso invento llamado lenguaje, es engañarse uno mismo u ocultar bajo su manto las verdaderas intenciones inexplicablemente inconfesables.
En el Zócalo, unos minutos antes de "bajar el switch" por una hora, la poca gente convocada deambula como en romería, se atraviesan grupos de jóvenes cargando cartulinas con leyendas conmiserativas hacia el planeta, muy al estilo Caló ahora te lo dice, no todo el rap es para reírse (y ese verso tampoco?), con una caligrafía de kindergarten, muy en congruencia con su contenido (o ausencia del mismo). Se alcanzan a ver muchachos apuestos con camisetas moradas y el logo de yahoo impreso, que reparten tubitos de plástico con liquido fluorescente que los niños arrebatan como dulces en fiesta infantil, solo que aquí la piñata es el fotogénico globo terráqueo. Tomo una y me la cuelgo al chaleco justo cuando la cuenta regresiva comienza y me decepciono al ver que solo unas cuantas luces alrededor del lugar se apagan, no las suficientes como para no ver a aquellos que festejaban el triunfo de la selección sobre un equipo centroamericano cuyo país cuenta con menos habitantes que el estado mas pequeño de México.
No vale la pena mencionar la cantidad de energía derrochada durante esa hora bienintencionada para tomar fotos mal iluminadas o registrar reacciones con cámaras de video digital o mandar mensajes de texto para recomendarle a tu lista de contactos que apaguen la luz, pero jamás el teléfono celular (how rude!). Tampoco que las pilas de esos celulares se hacen con un material extraído en minas de África por niños famélicos cobrando un dólar la jornada diaria laboral... La verdad es inútil señalar esa clase de incongruencias en un país cuyo único partido ecologista gasta una ofensiva cantidad de dinero en spots televisivos y espectaculares tapizando camiones y marquesinas donde invita a la población a apoyar la instauración de la pena de muerte en México. Justo lo que necesitamos: si no está bien visto matar ballenas, creemos un sistema que elimine seres humanos y apacigüe nuestras ansias homicidas.
2 comentarios:
No hay salvación
No.
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