Lo escucho dominando encabezados en las noticias internacionales, la bandada de celebridades sintiéndose cool porque apoyan el derecho de sus peinadores, estilistas y asistentes a tener un matrimonio de verdad. Quienes no han adoptado aún a un niño africano se sienten obligados a verse progresistas por compartir con un grupo minoritario de ciudadanos una institución por demás devaluada y decadente, pero resguardada por los ultras como el último bastión cristiano que realmente nadie debiera envidiarles.
Independientemente de lo condescendiente de toda esta alharaca Prop8 en Estados Unidos, que piensa que redefinir una figura legal en nombre de la democracia significa acabar con la homofobia, o que ponerle apellido a un crimen cometido contra un miembro de una minoría racial o sexual sirve para algo más que para fines estadísticos, lo que más me llama la atención del activismo gay gringo es esa arrogancia clasista a la hora de exigirle a su presidente - empeñado, por cierto, en comportarse como celebridad y no como funcionario público- que reorganice sus agendas y priorice en sus políticas a favor de un sector de la sociedad al que le urge el papelito del registro civil para sentirse ciudadanos de primera. Y que de paso les de chance a aquellos militares atormentados por el Don't Ask, Don't Tell (que equivale al mexicano que no te cache tu superior, a menos que te esté cachando tu superior) que usen cinturones D&G (Hello!, Bruno dixit) y bungalows decorados con velas aromáticas en Afganistán, porque ya de por sí la guerra es estresante pues al menos un jacuzzi colectivo para matar el tiempo entre bombardeos (Queer Eye for The Stressed Out Army). Y todo esto con el argumento rebatible y cansón del así nacimos: el gen de la inocencia y el culo de la impaciencia elevado a mantra exculpatorio, como si en realidad ese fuera el punto.
Cuando deberíamos levantar la voz por el derecho a la diferencia, exigimos una igualdad de postín, una estrellita en la frente por bien portados, como en el kinder. Amancebados por adelantado con el supuesto enemigo sin reconocer nunca que dicha obsesión acarrea el gen de la propia intolerancia, el bouquet perfecto de la boda de sus sueños, la oportunidad de levantar el dedo para señalar al otro, al que no, a ese que un día se fue y del que hay que alejarse porque para eso existen las categorías, para pintar una línea y no dejar pasar a quien afee el retrato.
La ventaja de vivir en México, gobernados por panistas que piensan que están haciendo un favor a la sociedad poniéndola en fuego cruzado ante las mafias diversas, peleándose ambas el derecho a enriquecerse a costillas del ciudadano que aun no ha encontrado lugar en alguna de esas vertientes de la burocracia, es que una discusión acerca del origen de la homosexualidad y el supuesto derecho universal al matrimonio no tiene lugar ni siquiera en parodia, porque para banalizar así un tema se necesita mucho tiempo libre y eso significaría que las cosas no están tan color de hormiga como ahorita. Sería divertido de tan aburrido pues.
PS: Si alguien vio la película "Gomorra", desmiéntame cuando digo que todos los caminos llevan a Nápoles, no necesariamente a Roma.
4 comentarios:
y lo q es más como buen gayciudadano gringo se supone que uno debería estar enojado porque el obama no ha legalizado el matrimonio gay yayayaya. o sea q ya tiene 7 meses como presidente y todavía nada. como si las guerras, la crisis, etc. no ha sido bastante chamba. ayayay. por lo menos no le han arrestado en su casa todavía. pero todavía falta tiempo.
JA! Right! Estan peor que los Weight watchers pues. Pero en buena onda, hacia afuera, Obama se ve demasiado tibio y demasiado agusto con los reflectores. Lo cual es algo muy gay.
Este tema me recuerda el derecho a hacer el servicio militar de las mujeres... yo puede que no esté de acuerdo con el matrimonio (que si estoy, digamos, de hecho, ya que llevo 20 del susodicho) pero al final creo que tener el derecho a cometer los mismos errores, también es un derecho digno de alcanzar y desear.
Por otro lado, lindo tu discurso, pero es que lo que se quiere es tener el seguro de vida, heredar la pensión, adoptar niños y el derecho a ser definido como familiar y una serie de privilegios materiales que tienen los casados por este opulento y desvergonzado primer mundo.
Digo yo.
(Bórrame sin asco. Por lo menos lo intente. En la más Obama. Jejejeje)
Yo no estoy en contra de esos derechos, al contrario. De hecho creo que ya en varios estados de USA ya estan contemplados, pero eso no es suficiente para los activistas. Para ellos, el matrimonio es como el Everest para los alpinistas. Lo cual creo que ess un desproposito.
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