lunes, enero 16, 2006

BB M Adventure Part I

En diciembre pasado, por puro despecho mal administrado y al ver que no se me cumpliría el antojo de ver en estreno “Brokeback Mountain” me desquité con mi presupuesto y compré como contratado montones de cosas que en realidad no ocupaba. ¿Pero quién dijo que el acto de consumir tenía que ver con la necesidad? El consumismo es la válvula de escape de cualquier cosa y el bálsamo que te mantiene lejos -o en el borde- de la depresión.

Esta vez, parecieran que las voluntades ajenas estaban también interponiéndose para que yo viera la película de la que ya he hablado cansonamente en este espacio. Pero cuando yo me propongo algo (y cómo está cabrón para qué yo me proponga algo) me importan muy poco las voluntades ajenas o la alineación de los astros.

Una de mis condiciones de compañero emergente de viaje fue esa parada obligada en el Loft Cinema de Tucson, AZ y al líder de la excursión se le ocurrió que era más importante comprarle barritas de chocolate a su madre y pastillas para el dolor de cabeza a su padre en alguno de las tiendas departamentales que estaban por cerrar. Obviamente cada quien tiene sus prioridades y como yo para esas cosas soy muy claridoso dejé mi postura más que clara, pasando por encima de promesas futuras e intentos pucheriles de chantaje sentimental.

Pero la odisea no paró ahí: llegando al cinito nos encontramos con una fila que no parecía tan amenazante si no fuera por que el establecimiento es tan pequeño. Nos formamos y en una de esas mi acompañante es abordado por alguien que le vende el boleto. Le digo que lo compre y yo espero mi turno en taquilla sólo para enfrentarme con la noticia que los boletos se han acabado y que sólo podré comprar para la función que empieza dentro de dos horas y media.

-¡Qué verga!, pienso en voz alta y el taquillero me pone cara de what?, seguida por la de apúrate a decidirte, ¿no?

Compro el boleto y me reúno con mi amigo, que pone mi misma cara de ¿y ahora qué pedo? Entre la negociada de quién entra primero y quién después se llega la hora de la función y el afortunado -por decisión unánime- soy yo y justo cuando me dirijo a la sala veo que no hay nadie controlando la entrada, así que lo llamo y le propongo que entremos juntos.

Unos minutos más tarde ahí nos tienen: frescos, sentados en las primeras filas, con sendos vasos con vino tinto en la mano y rodeados de gringos de todos colores y edades (sabores no tuve oportunidad de averiguar, aunque para mi todos ellos saben y huelen igual).

Al final de la función (en medio de ella estuvieron las miradas furtivas a mi entrepierna del gringo de al lado o los ronquidos de su sugar-daddy) se escuchan los aplausos y la voz de Willy Nelson cantando “He was a friend of mine” y yo pensando: ojalá hubiera sido amigo mío también.

En lo que esperamos que pasen por nosotros vendo el boleto que nunca me pidieron agradeciendo con un guiño de ojo al incauto que me sonríe en lo que le doy sus dos dólares de cambio:

-You’re very welcome!

-Very Happy, actually!

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Manuel, como se llama la película donde sale Ewan McGregor, que trata acerca de los libros hechos en humanos, y con piel humana, donde a lo largo y ancho de la anatomía se escribe caligrafía china?
y si la viste ¿que te pareció?...

Manuel dijo...

Se llama "The pillow bock" y la película es muy barroca. A mi me gustó, pero no veo la relación con el post.

sylvíssima dijo...

y ya que esta es la sala de aclaración de dudas, dinos si salió la escena de la camisa colgada en el closet en BB...

Anónimo dijo...

Lo que pasa es que quiero saber más o menos la fecha en que salió, porque no fue muy difundida que digamos ¿verdad?.....

Manuel dijo...

Dale copy pasta a esta (http://www.imdb.com/title/tt0114134/) liga y ahi obtendrás toda la info, anonimo.
Sylvia: esa escena es de las mejores de la película, pero no nos adelantemos, esperemos la segunda parte de la crónica.

Miguel dijo...

OH? It's a serial?

I hate the suspense...

tell me more... tell me more...