miércoles, octubre 31, 2007

iHope

Uno tiene que comer en un iHop para enterarse que no es fan de los hot cakes, y que los huevos mexicanos tienen más sabor que los gringos, que el tocino es igual donde sea y que el café descafeinado y el que no se diferencían tan solo por un recipiente que no toma en cuenta tu opinión.
Uno tiene que escuchar de líricas y poéticas y fonéticas cuando viaja con académicos y proyectos de, y podría hacer uno como que no entiende y disimular el bostezo y conectarse groseramente al iPod y roncar como trailero sin su crystal meth, pero uno trata de ser educado piernitasjuntas y participa en la plática y se entera de que hay gente com maestría y doctorado que apenas sabe escribir su nombre correctamente, o que fulanito que godknows es un pendejo tiene una tesis que es ejemplo de perfección y se cuestiona la reputación de lo perfecto.
Uno ve la aparente armonía de las univerdidades gringas y entiende películas como Elephant, se entiende que estar rodeado de tanta diversidad racial no es el paraíso de la tolerancia y el avant gard democrático sino un campo de batalla en constante cuenta regresiva.
Uno tiene rato entendiendo que el hi con sonrisa nomás cruzando la frontera es una advertencia, un te estoy viendo y te reconozco como extraño y potencial enemigo. Entiende también que no hay inocentes, sólo culpables por pecado, obra u omisión y que no hay nada más opresivo que el suspenso.
Uno extraña el hi con sonrisa acompañado con el can i help you with something? de los empleados del mall, donde al menos la hipocresía tiene valor mercantil. Entiende que el mundo perfecto es un centro comercial donde nada nunca se acaba, ni las mercancías inútiles, los gadgets garrapatas, los alimentos con cero valor nutricional y el dinero para adquirir todo continuamente reciclándose, así como los desperdicios del inodoro; la constante transformación de la mierda, la venganza de la física y química, la falacia de las ciencias sociales y un etcétera muy inquietante.
Uno quisiera pensar que todo es diferente cruzando la frontera de regreso, pero algo siempre desmiente el peregrino qué verde es mi valle. Quisiera también que cuando en la plática de carretera, apenas cruzado un bache que tambalea el auto a toda velocidad y uno comente “nomás falta que creas en dios”, el silencio no se vuelva el invitado incómodo.

PD: Quiero mi Nutella.

1 comentario:

David Temper dijo...

De ahi que se hagan profecías del fin del mundo... para agregar interés a la vida requieren ponerle límite de tiempo.

El karma aplica.

Saludos