1: El mérito al estilo para la versión sonorense de Leonorilda Ochoa, una mujer de edad respetable cuyo mayor esfuerzo, porque para bailar cumbias no se esforzó mucho, fue su concepto bizarro del coordinado playero-ganadero: sombrero para el sol (sí, era de noche) color azul cobalto, blusón de flores azules con camiseta de fondo azul turquesa, jeans deslavados, bolso azul añil y zapatos azul cielo a destono. Hay que esforzarse bastante para usar tantos tonos de un mismo color sin que ninguno combine.
2. El mérito a la valentía: Un par de travestis rodeados por un grupo de cheros imberbes que entre risa nerviosa y carrilla a borbotones sudaban testosterona combinada con Tecate de lata, sin tener claro si lo suyo era fascinación o náuseas. Una de ellas se despidió de alguien con quien al parecer comparte un pedazo de pasado diciendo “...vales verga” mientras avienta el cigarro a su cara.
3. El mérito al desencanto: -Ay, vámonos! Esto parece “Secreto en la montaña”. Dicho por una, de un grupo de mujeres a la salida del lugar.
4. El mérito a la honestidad trasnochada: -Ahora que de verdad me estoy miando, están cerrados los baños. Dicho por quien pensamos tenía la vejiga caída cuando en realidad lo suyo es la caída de ojos.
5. Mérito a la camaradería machín: -¡Qué chiquita se le ve, compadre! Dicho por un chero a otro en el mingitorio mientras el que esto escribe confirma la oración sin que haya un clima frío para justificar el atrevimiento.
1 comentario:
La expo es el mundo del kitsch sonorense, a pero que buenas remesas le deja$$$a la unión ganadera, y por lo pronto el desiérto para la danza a nadie le importó, que va este es pueblo de buñigas y no de parquét.
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