miércoles, julio 12, 2006

Arameo

¿No te diste cuenta cuánto te amaba por la manera tan evidente como te ignoraba?
El amor tiene su idioma particular: casi casi se habla al revés, como hablar arameo sin que te dirija Mel Gibson.
Yo, si alguna vez mostré mi interés en alguien fue ignorándolo olímpicamente, excluyéndolo de mi ángulo visual y mirando una o dos veces por el rabillo del ojo su hipotética reacción indignada, la cual de ser inexistente era precisamente porque estaba siendo correspondido.
Así no hay manera de perder, es una especie de anorexia que no desnutre: cada vez que recuerdes una displicencia de mi parte, conviértela en un acto de amor, en una carta perfumada, en una caída de ojos o en un apretón de genitales, dependiendo de tu mood for love.
Sólo entiende una cosa, cualquier demostración de cariño es engañosa, no la tomes literalmente, sólo la indiferencia tiene verdadera carga amorosa.
Recuerda siempre la decepción de Marlene hacia Petra von Kant cuando la arrogante tirana muestra interés en su vida, rompiendo con una sola palabra el hechizo.

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