lunes, agosto 27, 2007

Bajo el signo del león

Dice mi horóscopo que podré pasar cada prueba que se me imponga estos días, que seré dado más al placer que a las obligaciones. Dígame algo nuevo: en ninguna parte dice que tendré que evadir a la justicia a toda velocidad, ni que tendré que escabullirme de un aspirante a amante que confunde el deseo con las ganas de orinar, ni que tendré que sacarle la vuelta a un transgénero que -con un par de tetas a punto de desbordar su escote- me cuestiona si mi cuerpo es natural: una versión underground del cumplido, I guess.

La semana pasada, aún en el marco de los festejos de mi cumpleaños, me reeoncontré con un amante fortuito que no soporta que se le vea a los ojos mientras coge, me sigue al baño cuando orino o me doy un ragaderazo, me despierta siempre en la madrugada para un segundo round y es el primer besador reflexivo que conozco. Sospecho que no tiene mucho sexo en compañía porque se le dificulta venirse en mi presencia.

Además me topé con la sorpresa de que uno de mis caiditos quiere que sea su novio, pero yo le digo que lo que necesita es un terapeuta no una pareja y con mi comentario le debería quedar en claro mi respuesta, pero hay gente que lo que necesita no es que la escuchen sino aprender a escuchar. Me acusa de sólo quererlo para la cama, como si en realidad fuera bueno para coger y me dice que si fuera más cariñoso con él podría comer de mi mano. Si quisiera eso ya me habría comprado una mascota.

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