Yo en mi siguiente vida –porque casi juraría, de puro pesimista que soy, que habrá una versión beta, igual o peor de jodida que ésta- lo que más quiero es ser pendejo.
No se si se habrán dado cuenta, pero la gente pendeja se la pasa tan bien, como que nada les afecta, ni que uno les haga ver lo pendejo que son ni que vayan por la calle y una palomilla les vaya gritando todo el camino: pendejo, pendejo, pendejo, lo cual es lo más pendejo y ocioso que puede hacer alguien que no lo es, pero que está en el borde y con un deseo subterráneo de convertirse en un auténtico pendejo, no en uno posado como cuando se hace uno el pendejo y el tautológico y el cacofónico ... y así.
1 comentario:
�Hay algo m�s tonto que declarar --con franca ansiedad-- no querer serlo? �O desearlo, siquiera? Declararlo, sin embargo, es como el fantasma de una t�cita admisi�n... Tr�s chic: esta es la temporada en que la reciedumbre, aunque tonta, es fantasmag�ricamente aut�ntica. El honor, finalmente, es un patrimonio social, moral y... positivo �Salud!
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