Comparar lo que hizo Britney Spears en los Premios MTV con lo que hicieron los extremistas islámicos que destruyeron las torres gemelas de NY es tan irrespetuoso como preciso. Guardando las proporciones raciales y las motivaciones ideológicas, la Spears se convirtió en rehén de su propia secta, de su popularidad alguna vez ligeramente basada en su producción “artística” y convertida luego en el bufón, maestro de ceremonias, equilibrista ebria y chica del pastel (comiéndoselo antes de la fiesta) de su propio circo.
Seis años atrás, Britney comentaba, entre masticadas de chicle, lo importante que era apoyar al Presidente Bush, convertido en la Libertad Lamarque de la política internacional. Seis años atrás Britney tenía una carrera y no se le podía pedir mayor responsabilidad que cuidar su cuerpo de la celulitis.
Hoy es el día en que Bush debería retribuirle el favor y hablar en apoyo de la catástrofe en cámara lenta que es la vida de esta joven madre de dos pequeños errores, como bien comentó la bocona Sarah Silverman. Bush debería decir que así como el pueblo norteamericano es fuerte (y que la Sontag precisó debía ser más que eso), su heroína favorita, la que potenció el gusto paidófilo con su faldita a cuadros y sus trencitas decoloradas, también es fuerte y se recuperará de esa lucha contra el terror invasivo de las estrías, de la oligofrenia mezclada con depresión pos parto y de las extensiones mal puestas.
Fellow Americans -debería decir Bush- We have a strong Britney. No one, not even stand-up comedians, are going to stop our Britney from accomplish her mission of becoming the next Queen of Pop, once Madonna finally acknowledges her age and decides to retire to her villa to take care of her adopted grand children. Support our alcoholic whore! Be a patriot! We owe her!
Se lo deben, Sr. Bush. Así como le debemos a usted y su camarilla de ratas que huyen despavoridas mientras el barco se hunde, el desastre que es Irak, que si antes no pintaba en sus noticieros, ahora que se acercan las elecciones -que su partido perderá- sólo será carne de campaña, carne fresca una vez olvidada esa copia de "Saló" que fue أبو غريب.
Las lonjas de Britney Spears darán paso a los reportajes cínicos sobre el crimen cometido contra los iraquíes, con esas imágenes que tienen seis años negándose a mostrar y que ahora competirán en raiting con la rubia emblemática que no es más que la vergüenza negándose a decir su nombre.
2 comentarios:
¿Luego nos das avances de la perlita republicana de John McCain las tres texanas? ¡Saludos!
Me da como penita ajena, Juan. Me parece muy aburrido eso de la crisis gay de mediana edad. Los aeropuertos siempre me han parecido sexys, pero es como ir al drive thru de Carls. Jr. 5 minutos antes de que cierren.
Nunca me imaginé a un senador gringo-republicano haciendo fila para una six dollar burger, porque justo me los imagino comiendo carne cruda.
Publicar un comentario