miércoles, noviembre 12, 2008

Farmacia

-Quiero algo para el dolor.
No sé, lo que sea, lo más fuerte que tenga que no requiera receta médica... No le podría especificar. Me duele por ejemplo que me cuestione mi dolor, me duele el pájaro haciendo equilibrios en el alambrado, el viento golpeando mi cara agrietada de por sí. Las miradas posadas en mi duelen más que un golpe, me duele la indolencia generalizada, la sensación de andar entre zombies y que mi dolor sea como la sangre para los tiburones. Me duele también no tenerle miedo al daño que me puedan causar, la certeza de poder inglingir más daño en los demás que el que ellos puedan siquiera desearme. Debería de dolerme el utilizar la palabra deseo entre un mar de dolencias, pero la posibilidad de placer es lo único que no me duele.
-¿Sabe qué? Déme unas aspirinas... Sí, con cafeína o lo que sea pero apúrese y deje de llorar.

2 comentarios:

Luisa dijo...

soy tu fans..que lo sepas.

Manuel dijo...

Gracias, Luisa. Nunca son suficientes :D. Saludos.