Dejé claro que la tarde era corta, el deseo largo y es mejor ahorrar preámbulos. Para esas cosas suelo evitar la retórica (para verbalizar hay otras oportunidades) y por suerte fui totalmente correspondido en esa vertiente pagana del mutismo donde pierde protagonismo el lenguaje hablado y el cuerpo se vuelve una tarabilla.
1 comentario:
Para que hablar habiendo tanto demadre verbal, haces bien en callar manuel, pero que no sea por mucho tiempo eh.....
Publicar un comentario