miércoles, febrero 27, 2008

in a bottle

txt. msg: como estas?
respuesta: bien y tu?
txt. msg: Mejor. recomiendame un libro
respuesta: que no hay nada en la tele?
txt. msg: ya leíste el fuego secreto, de F Vallejo?
respuesta: ya, me gusta más los dias azules, pero ese tambien aguanta.
txt. msg: es de temita?
respuesta: es vallejo, todo lo suyo es autobiografia
txt. msg: y suskind? nunca lo he leido, vale la pena?
respuesta: me gustó el contrabajo, pero es mejor el perfume
txt. msg: es buena?
respuesta: es sobre la ausencia total de amor y la venganza del arte
txt. msg: ... algo más ligero?
respuesta: vallejo esta bien. de lo suyo es lo menos oscuro. es sobre su adolescencia en antioquia.
txt. msg: OK, gracias
respuesta: deja el perfume para cuando estés de animo
txt. msg: repórtate más seguido, escríbeme, sigues escribiendo en el blog?
respuesta: (leer desde el principio)

Cuando no se tienen noticias de los amigos, se asume que todo está bien, que sólo las malas noticias encuentran cauce en la carretera de cuatro carriles de la comunicación.
A mi me pasa que sólo llamo a mis familiares o amigos cuando necesito algo, porque cuando tengo el impulso de tener noticias de ellos o no tengo suficiente saldo en el celular o la dinámica cotidiana va aplazando esas minucias.
Me da por pensar -de pronto- que soy una persona de pocas palabras, pero luego me sorprendo con una verborrea que por alguna extraña coincidencia rima con gonorrea.
En realidad, para mi las cosas importantes son las más difíciles de decir, las que menos permutaciones de palabras te permiten cuando quieres escapar del lugar común o de la cursilería. Me cosquillea el discurso de las emociones, me hacen carraspear la garganta y asumo que al darle nombre, uno las trivializa. Como si el lenguaje les hiciera poca justicia o la simple idea de compartirlo con el resto del mundo lo hace a uno retraerse.
Creo que en el fondo, mi renuencia a hablar ese idioma es el temor a don´t really mean it.

martes, febrero 26, 2008

Mi rey...

Dice un libro que me encontré por ahí que debo desayunar como rey y cenar como pauper (no confundir con Lauper), evitar la cafeína y hacer hatha yoga para equilibrar mis niveles de estrés. Yo, tan obediente cuando nadie me lo pide y siguiendo las recomendaciones de ese gurú emergente de papel, llegué hoy al burger king y me compré un croissant con huevo y papas harsh browns acompañados de... café. Sorry, yo sin cafeína soy como la Guzmán sin tatuajes y sudor.
Como se trataba de desayunar como rey, me regalaron -gracias a mi compra- un coche rojo que poco hará por mi puntualidad y mi ánimo. Y creánme que lo menos que necesita esta ciudad es un coche más, aunque sea de menos de diez centímetros y tenga que empujarlo uno con la mano.
En ese libro no decía nada de hacer las cosas al contrario de lo que acostumbro, que es lo que he estado haciendo últimamente (con no muy promisorios resultados).
Pasa conmigo como seguro pasa con la realeza. Me aburro fácilmente.

domingo, febrero 24, 2008

as guilty as...

And the best Oscar's acceptance speech goes to… Javier Bardem, the sexiest ugly actor on cinema: showing to Penelope and Antonio that is actually possible to speak English properly. The spaniard hunk (excuse my crappy TV slang) spoke about his hideous haircut in No Country for Old Men (que no he visto) and then switched his words to Spanish, honoring his parents and grannie's achievement on the performing arts in moments when working on theater didn't exactly have a good reputation.

Of course you can read all about this in every newspaper or any TV show that comes across, but it was really a surprise that an unknown French actress beat up names such as Blanchett and Christie (the obvious favorites). There's must be some sort of atonement with France 'cause there were lots of french names in several nominations and awards. It seemed like they are the new latinos.

I was really expecting Daniel Day Lewis to walk up and take his award, since we (I mean his fans) have very few opportunities to see him. Even if his performance was kinda topical, he is way more gifted (and more handsome, allow me to say) than his fellow contenders. There Will Be Blood could actually be a Martin Scorcese's movie -in a good way of course- but I missed PTA's style. I guess giving up that in order to tell the story according it's own necesity must be something good, but I still prefer Magnolia or Boogie Nights (by the way, Paul Dano deserved a nomination for his awesome role as a false prophet... como si hubiera de otros).

What's with the Enchanted musicals… couldn't they be more annoying (just as it was to put up all night long with Beyonce 2 years ago)? I liked John Stewart enough, but I think Chris Rock and Whoopi have done it better (the racial and homophobic remarks are still trendy). The worst of all the Oscar presenters has been Ellen Dykegeneres (lame and silly as a lesbian Adal Ramones). I'm waiting to see Tina Fey conducting the ceremony: She's smart, funny and biatchy, something USA needs more than they're willing to accept (hello there, Miss Clinton! - America seems to be afraid of your pussy).

Wait, what about the army propaganda? Now, besides giving you the opportunity of having an education (and a green card if you're Hispanic and lucky enough to survive Iraq), you can add to that the bonus of presenting an Oscar award if you join the army. Priceless!

Every time I watch the Oscar's makes me remember the night I was on a beach house with my partner at the time and a good friend that was hosting us who told me how painful it was for him to watch that crap. He used the word Pain. Not stupid or useless and at the time I wasn't brave enough to ask him for details, but while watching Gwyneth Paltrow winning over Ellen Burstyn and Cate Blanchett I suddenly feel OK about turning off the TV. They never knew that later night I was hidden under my sheets listening -a bajo volumen- to the hysterical speech of an overrated actress that spoiled my own private guilty pleasure that year.

viernes, febrero 22, 2008

8 Cosas que me gustaria hacer antes de caput...

Pues yo diría que morirse es tan vulgar como desear la inmortalidad. Pero si de memes se trata, prefiero hacer la meme.

Y antes de la meme total...

1. Me gustaría echarme un viaje largo a hartas partes del mundo, con una pequeña mochila y mucho dinero pa no tener que mochilear de nete y eso (no me importa quedarme en hostales, pero que no sea por falta de dinero sino por pose, tipo Anthony Bourdain, pero incluyendo sexo, harto sexo con razas diferentes).
2. Pasar una navidad y año nuevo con toda mi familia en un lugar que no sea la casa familiar... en las montañas sería buena idea. Que mi madre no cocine ni mis hermanas (que lo hacen muy bien cuando quieren, pero esta vez que nos cocine Bourdain).
3. Tener una expo retrospectiva con todo el trabajo plástico que no he hecho. Si no es en la bienal de Venecia, me conformo con el MOMA de SF o ya de perdis el Getty de LA o el chiquito de SD ( el de frente a la estación Santa Fe).
4. Redactar mi testamento donde dejo mi Loft en NY y mi piso en Barcelona a algún sobrino que me caiga bien y tenga talento y sea juicioso (si no hay ninguno que se haga un fideicomiso para dotar de drogas a todos los niños de la calle pa que no tengan que pedir ni prostituirse si no quieren) porque dudo mucho que me de el brangelinazo y adopte niños famélicos.
5. Que ese sobrino tome mis "obras completas" y luego de editarlas como arte objeto de lujo las reediten -20 años después- en edición de bolsillo tipo El Quijote de Cervantes pero menos gordas y con mis propias ilustraciones a un costo razonable. Ya muerto, puedo ser todo lo cheap que quieran y sí, la inmortalidad no sólo me seguirá pareciendo vulgar sino aburridísima, pero una egoteca como ésta no se puede agotar así nomás.
6. Que cuando llegue el momento no haya mucho trámite para que mi madre (porque más le vale estar presente) y mi familia no tengan que lidiar con tanto, de por sí ya el duelo es un pedo (es que los entiendo, imagínenese tenerme y luego perderme -It must be tough).
7. Que todos mis exes vayan en tren a mi entierro y discutan por saber a quién quise más (obvio que nunca entenderán mi apasionada historia de amor conmigo mismo). Ups, esto es después de caput, pero whatever -Ceux qui m'aiment prendront le train .
8. Ver un mundo pacífico, sin hambre y sobre todo, alfabetizado (... y representando al hermoso estado de...ZZZZZZZ )

... Si alguien lo lee y quiere hacer el mismo ejercicio, be my guest. Si no, pudránse sin sus ocho deseos y su lámpara maravillosa fundida.

miércoles, febrero 20, 2008

Okupa

Así como parece haber llegado a su fin la castradura de Castro, Kosovo se declaró país independiente, la Clinton ve cada vez más negro su futuro y la ciudad se estrena -mal, para no variar- en el terrorismo, se acabó también mi tiempo como okupa. Anoche, finalmente y después de una intensa semana, dormí en el que será mi cuarto por tiempo indefinido. Lo que es lejos de decir para siempre, que para siempre no existe nada realmente (y si sí, qué aburrido debe ser).
El lugar que anoche veló mi sueño y escuchó mis épicos ronquidos es de un color amarillo don’t wear it, con duela un poco maltratada, un miniclóset insuficiente para toda mi colección de ropa de diseñador (Hermenegildo Gap, Chiquita-Banana Republic, Lacoste-ña, Zarra, etc) y un espejo redondo que parece tener más fines esotéricos que prácticos.
Tengo dos ventanas que dan al patio y mi puerta tiene una agujero justo arriba de la perilla (peeping tom’s all invited). De esa puerta para afuera hay otro cuarto, que ocupa otro sonorense y que fue el ganón al escoger primero (no me explico aún su fascinación por un clóset de madera de pared a pared y del suelo al techo, tan feo como un aparador de Suburbia, pero pues cada quien sus Tom Cruise’s issues).
En el pasillo que da a la sala está el baño, tiene tina y un espejo con focos tipo camerino de travesti y azulejos bonitos que desentonan con el tono de la pared. Antes de la puerta que da la sala está el mini cuarto del fotógrafo, que ahora me queda claro porqué decidió quedarse con ese, pues lo que es la sala y comedor son ahora su estudio-recámara-oficina. Tan desprendido él.
Para el final dejamos la cocina, que por ahí de los años sesenta debió haber sido modernísima antes de disfrazarse de vintage: sus puertas metálicas abren para lados inimaginables y en lugar de refrigerador, tenemos lavadora y secadora. Supongo que si queremos un trago más nos vale comprarnos hielo molido y prepararnos margaritas, porque no habrá manera de convencer a esos aparatejos de que nos mantengan frías las cervezas. Y miren que yo puedo ser muy persuasivo cuando me lo propongo, pero mi appeal no funciona mucho con los electrodomésticos.
Las ventanas que dan a la calle son filtradas por las ramas de un arbol viejo, pero se alcanza a ver el bulevarcito de la Nuevo León y al fondo, en lo oscurito de una calle se puede ver negociar de calle a coche a esos personajes de tacones y senos enormes, escondidos en pilas de maquillaje y gritándote cosas cuando pasas frente a ellos. Son como pajaritos del amor sobre-producidos, vistosos, ruidosos y cagones, cuya misión en la vida es hacerle la vida agradable a los demás y sus carteras.
Después de vivir a 5 minutos de la zona rosa, a dos horas de mi trabajo (en una Ciudad Satélite tan parecida a Hermosillo que asusta) y frente a Ciudad Universitaria sin pagar renta, compartir departamento cerca del World Trade Center me ofrece un futuro incierto, pero asumo que divertido. Con suerte y no tienen que correr ríos de sangre ni volar cabellos para que la convivencia sea llevadera, porque yo puedo ser hasta fascinante de vez en cuando, pero de diario a veces ni yo me soporto.

domingo, febrero 17, 2008

disaster relief

"Valentine's day isn't particularly painful for me since it's so stupid."
Jay Brannan
¿Cómo explicarle a la gente lo que para uno es obvio?, que el día de San Valentín es tan estúpido como festejar el día de la depresión o el día de la pérdida de la virginidad. Si el ridículo es el tipo de cambio de la estabilidad emocional, entonces vístanlo de rojo y a ostentar felicidad prefabricada, con fiesta temática para contabilizar éxitos y fracasos amorosos y hacer como que a uno le da gusto lo que en realidad le da igual, pero procurando en el fondo que vayan sólo aquellos que no se salgan de la media catastrófica de la infelicidad urbana (que no se atreve a llamarse por su nombre).
Si alguno de los invitados se ha establecido en pareja y ha cometido el pecado de procrearse, tengan mucho cuidado y piénselo dos veces antes de invitarlos a su fiesta, que el tapete en forma de corazón se vuelve tan resbaladizo como una pista de hielo.
El asunto es que también hablar mal de San Valentín es tan cliché como despotricar contra la navidad, pero lo que detona en la gente es aún más folclórico, pues casi todo mundo dobla las manitas con santaclós y el pavo relleno de vaca y cerdo.

Some friends and i (el mismo del epígrafe) will be evacuating everyone into the Bowery Ballroom shelter for a little V-Day disaster relief... singles and couples both welcome. it'll be like a convention of the single-couple alliance against dumbness. bring everyone you know.
El asunto es que cuando uno piensa que se está hablando el mismo idioma con alguien, luego se quejan de lo caro que son los regalos de SV... ¿Cuánto puede costar un globo de helio y una estúpida caja de chocolates? Tal vez es mejor ahorrarse las explicaciones ideológicas cuando de lo que se trata es de simple y llana tacañería.
Como la señora de los tacos de la esquina, que a todos sus clientes les regala una paleta en forma de corazón y a mi es al único que NO. Dudo mucho que esa señora lea mi blog (o su horóscopo), así que debo asumir que se me nota lo anti-SV en la cara.
Sin embargo, lo cortés no quita lo valiente y lo mío no es activismo. Es sentido común, algo infravalorado por lo visto.

miércoles, febrero 13, 2008

El Barbero

Ver una película como Sweeny Todd y soportar que -de la nada- se pongan a cantar los actores, sólo puede superarse con un mood especial. Y yo lo disfruté como enano en circo de tres pistas, pero sólo después de acostumbrarme al falsete irritante de la Bonham Carter, que está fabulosa como panadera antropófaga. Incluso por encima de Johnny Depp, que se repite deliciosamente y estrena buena voz; su personaje es como un joven manos de tijera amargado por el tiempo, mimetizándose con Cruela DeVil.
Amé esa pareja y -más que otra cosa- la escena onírica de ella imaginándose como una familia perfecta con su Oliver Twist alcohólico completando el cuadro. Sacha Baron Cohen me empieza a parecer atorado en su necedad por fingir acentos, pero me cae bien incluso cuando no hace de misógino.
Esta es uno de los pocos musicales que me gustaría ver en teatro. El primero que se me antojó fue Chicago, pero después de decepcionarme con la ópera de Un tranvía llamado deseo, los escenarios tienen que esforzarse un poquito para ganarme como público. ¡Esfuerzensen!

martes, febrero 12, 2008

Amberes

Tengo meses sentado en esta ventana. Veo montones de gente pasar todos los días por esta calle desatendida de la mano de dios. A pesar que soy color naranja chillante, casi nadie depara en mi. Ni la encargada de la limpieza es para pasar su plumero por mi cráneo grisáceo de tanto polvo acumulado.

Mi mayor oportunidad de salir de esta prisión de vidrio es este mes de febrero, donde todas esas parejas trasnochadas que veo noche a noche pasarán su vista del menú con las especiales de la noche al catálogo de afiches simbólicos hechos ex profeso para demostrarle al en turno su afecto de tres pesos. Si no estuviera relleno de borra sucia, me conmovería por el entusiasmo que se estrila en estos escenarios. Si no fuera de este color, tendría cara para burlarme.

Anoche obtuve protagonismo por unos momentos. Un hombre grande, de manos enormes y callosas me tomó por el pescuezo y me llevó a la mesa que compartía con otro hombre, menos maltratado por la vida pero con una mirada tan fría como mis ojos-canica.
Mirando hacia todos lados (menos directamente al otro), el deshilachado gigante de pelo ridículamente engomado contaba la hitoria –seguramente falsa- de como en Nuevo Laredo le esperaba una casa vacía y unos recuerdos donde aparecía el fantasma de algún familiar lejano, probablemente también inventado.

Por ese relato se coló un muñeco igual a mi, que el gigante mantenía junto a su cama y que ocasionalmente usaba el hueco de su boca de trapo para masturbarse. El tipo contaba eso con una sonrisa que mostraba sus dientes cubiertos de sarro y metiendo su dedo en mi hocico, imitando su graciosa precocidad sexual.
También comentaba su intención de llevarme consigo al tiempo que arrancaba la etiqueta que colgaba de mi cuello. Al escuchar la amenaza de su acompañante de retirarse, el gigante aclaró que no tenía a quién regalárselo y decidió pasarme a la mesa de atrás, donde una mujer histérica relataba su drama sentimental a un silencioso amigo sumergido en su tasa de café. La mujer, exageradamente conmovida por el gesto, saluda al gigante, quien responde como perro acariciado, patéticamente infantil.

Unos minutos después, alcanzo a ver desde lejos cómo el hombre paga la cuenta y el gigante -detrás de él- agrega un paquete de condones y unas pastillas de menta. Salen rumbo a un hotel, donde uno de ellos eyacula antes de cualquier contacto, en la antesala de lo que anhela como su esenario de muerte, mientras el otro penetra un cuerpo frío, que no se queja ni gime como la mayoría de sus clientes, sino que se pone en pié y saca unos billetes aún con los pantalones abajo, los entrega al gigante, quien los toma con una mano mientras con la otra se quita el condón manchado de heces y sangre. Lo tira en la alfombra y pide al otro que se quede el resto de la noche o regrese en la mañana.
El hombre se va.

Eso no lo vi con mis ojos de canica, pero tampoco lo inventó mi imaginación de trapo.

jueves, febrero 07, 2008

minusvalía

"Es normal que pienses que soy un monstruo
porque no he llorado y estoy tan entero,
y me dio más pena el último episodio
de Friends que lo nuestro, más pena que lo nuestro"
--¿Y por qué lo haces, entonces?
--Porque es algo que nunca he hecho.

En ese breve diálogo se resumen mis experiencias recientes. Abriéndome a posibilidades que en otro momento y otro lugar hubiera dado la espalda ipso facto o habría pasado como sin ver.
Me siento a esperar la cuenta en un restaurante y espero ansioso la galleta de la suerte. La abro esperando encontrarme con esa buena noticia que ocupe la silla de enfrente, pero si me topo con una Cosmopolitan no leo mi horóscopo. Al menos la fortune cookie no tiene idea del día y el año que nací, y si voy a confiar en la buena voluntad de algo tiene que ser sin ninguna condicionante (si damos por descontado el dinero que invierto en un servicio tan básico como la alimentación chic).
Me ha dado por guardar los papelitos y me los topo cada vez que saco la billetera. De entre credenciales, tarjetas y –escasos- billetes me encuentro con esas obviedades bilingües bienintencionadas, al lado de una moneda de a dólar y un euro (que en alguna parte me dieron confundiéndolo con una moneda de cinco pesos).
Amuletos incidentales que cada que los veo me entra una risita cínica: que uno no crea en nada no quiere decir que no pueda colgarse encima un relicario por puro afán provocador. Después de todo, el wishful thinking parece ser un accesorio que nunca pasa de moda.
Escucho de camino a la oficina una canción de Astrud que me da miedo de lo mucho que me le parezco y no sé por qué, pero no dejo de reir.

lunes, febrero 04, 2008

Doña Cho

Uno reconoce la soledad donde la ve. La soledad lo reconoce a uno. La diferencia está en qué cara ponerle, porque la soledad es un espejo.