martes, agosto 30, 2005

Crush

Anoche lo vi tan conciente de su belleza y tan displicente como siempre.
Venía de hacer deporte y por primera vez vi sus piernas, que son exactamente como las imaginé: dos.
Me senté detrás de él, saboreándome su nuca y sus brazos al recargarse en el respaldo del asiento y entrelazar sus manos detrás de la cabeza.
Sólo alcanzaba a ver parte de su mejilla izquierda, su oreja y una patilla larga y espesa. Sin embargo, me sé su rostro de memoria, sus ojos negros, su ceja espesa y sus labios que yo no sé si son bembones o piden beso.
Siempre me ve de reojo y yo finjo que no le presto atención.
Al retirarme él continúa sentado y camino con la tentación de mirar atrás... sólo me animo cuando estoy lo bastante lejos como para que no me vea, pero me ve. Sólo para voltear inmediatamente hacia otro lado.
¿Qué es esto: la secundaria?

lunes, agosto 29, 2005

Fan

No uso loción.
Me gustaría conocer a Jean-Baptiste Grenouille, experto en fragancias exóticas (sus métodos son lo de menos, estamos hablando de arte). Al encontrarnos le diría: me llamo Tom Ripley y me interesa conseguir una fragancia como la suya: única e irresistible. Artificial.
¿Cuántas vírgenes hay que matar? A mi el asesinato se me dio de forma circunstancial. No es que disfrute matando, sólo que cuando al jardín de mis sueños le sobran ramas hay que cortarlas. Yo sé que nuestros orígenes no son los mismos, pero compartimos la indiferencia del mundo hacia nosotros.
Yo tuve que aprender que pasar desapercibido tiene sus ventajas y me dolía cuando tenía que hacer uso de mis recursos estudiados para agradar a los demás, cuando lo que en realidad quería era demostrarles que el desprecio se paga con la misma moneda, sólo que a mejor tipo de cambio... Cuando pude sacar provecho de mi situación todo mundo me veía diferente, me hablaba de usted, me trataba con respeto. ¿Es que es necesario matar para que lo tomen en serio a uno?
Usted, Mr. Grenouille, ha matado a mucha más gente que yo y ha logrado crear la fragancia con la que todos se rinden a sus pies. Sin embargo, yo envidio su piel que no despide olor. ¿Sabe porqué? Porque el miedo huele, y yo generalmente tengo mucho miedo.

viernes, agosto 26, 2005

Pozo

Está oscuro, sólo se oyen intermitentemente las ráfagas de metralleta.
Sus manos son sus ojos, sus dedos van apartando lo que le va impidiendo el paso, ven cuerpos, partes mutiladas y huesos aún húmedos.
Cierra los ojos para ver mejor y no olvidar. Al contrario de los demás que intentan convencerse a sí mismos que nada pasó, que la muerte es sólo niebla pasajera, que si la casa está vacía hay más espacio para la esperanza, que si no tienes ya padre o hermanos o hijos, tienes quien vele por ti en el cielo, que es un regalo la vida, que.... y que...
Para él estar vivo es una responsabilidad enorme y la memoria es su alimento. Sus pupilas, sus manos y sus oídos son un pozo profundo al que daría miedo asomarse, la semilla de un futuro certero, de una misión ineludible.
No recuerda la última vez que lloró, el llanto es lo que hace flotar sus recuerdos.

En un claro de luz alcanza a ver un grupo de soldados tan jóvenes como él y no se pregunta qué los hace ser enemigos, a estas alturas no hay preguntas que sean oportunas.
Si hay algo que tiene claro es el siguiente paso que tiene que dar para que el pozo se desborde.

miércoles, agosto 24, 2005

Un año con 234 lunas...

Dicen que en alguna parte del mundo hay una réplica exacta de nosotros, alguien que vive tal vez con la idea de que hay una parte de él que se ha perdido, lo difícil es saber si es la parte buena o mala.
No tenemos la certeza -aunque lo intuyamos- de si nos está tocando vivir la parte más interesante de esta dupla o si en ese remoto lugar hay alguien fascinante que hace con nuestro rostro y cuerpo lo que de sólo imaginar nos pone verde envidia.
Tampoco sabemos si somos buscados, echados de menos o tal vez vigilados constantemente, como la réplica hecha para cometer todos los errores, la maquiavélica válvula de escape.
Recuerdo una escena de la película “The Loss of the sexual innocence” que me conmovió: el personaje de Saffron Burrows se topa en el aeropuerto con su hermana gemela (separadas al nacer). Ambas se detienen al verse como en un espejo alterado y no hacen sino llorar copiosamente al reconocerse una en la otra.
Yo no sé si alguna vez me encontraré con mi gemelo, ni siquiera sé si me gustaría develar todos los misterios para irremediablemente aburrirnos juntos.
Tal vez sólo haga falta mirar hacia dentro de nuestros ojos y encontrar al gemelo bueno o malo que se esconde por ahí; hacer las paces, negociar acuerdos, repartir espacios y diseñar horarios para dar lugar al desdoblamiento, la bipolaridad lúdica o la esquizofrenia tan temida.
Soy mi doppelgänger y mi doppelgänger es yo....y juntos cumplimos ayer un año en línea, 234 post en 365 días, cientos de miles de palabras que algo habrán tratado de decir y de ocultar, pero que ahí están. Algunas todavía hacen sonrojar a la parte pudorosa de quien escribe y otras no dejan de dar penita ajena, pero así es esto: una vez dándole "publish post" no hay mucho que hacer. Puedes corregir, borrar, pero lo dicho dicho está. Y Ni modo.

lunes, agosto 22, 2005

Cruda

Eso de cumplir años debería ser materia obligatoria en la escuela.
No hay un manual que te diga la mejor manera de cumplirlos y de -en caso de que se requiera- festejarlos.
Así que está decidido: éste es el último año que cumplo años.
He dicho.

viernes, agosto 19, 2005

Érase que se es...

Vio la luz un día como hoy, al inicio de los años setenta. Se supone sería el último miembro de una célebre dinastía, pero la matriz de su madre cambió de opinión cinco años después y decidió despedir su etapa productiva con un retoño más que echó por la borda su sueño guajiro de ser el más peque de la casa.
Hay fotos que testifican el cambio en su rostro y cabello al corroborar sus sospechas: los rizos dorados de su cabeza se fueron convirtiendo, por obra y gracia de la rabia contenida, en rojos alambres que dejaba crecer y caer en su rostro en un arrebato de inútil y prematura elocuencia.
Gozó temporalmente de los mimos de un padre para quien un niño pierde toda su gracia al rebasar la barrera de los cuatro años (tener conciencia de la edad puede resultar estresante para alguien tan pequeño). Desde entonces intenta encontrar la sutil diferencia entre la indiferencia y el rechazo y es hora que no da con ella.
Se dio cuenta que perdió la oportunidad de ser un pequeño gran tirano cuando vio a su hermana menor convertirse en uno: recibiendo la mayor mesada y empleando a las vecinas como asistentas de un reino impenetrable donde el mayor tesoro eran unas golosinas que por más que sumaba y restaba, no daban cuadratura al círculo de la justicia.
Tuvo una madre y varias sustitutas. La mayor siempre tenía las respuestas listas para el montón de interrogantes que le pesaban en los bolsillos y a manera de pago accedía a cepillarle el cabello.
Para otras fue un juguete simpático que recostar en su estómago mientras dormía, pero pasando el tiempo los brazos se fueron alejando y urdía escenarios en los que fingía quedarse dormido para que lo cargaran a la cama: la mesa de la cocina era su favorito, sobre todo después de cenar tortillas de harina recién hechas.
Espiaba sistemáticamente a otra de sus hermanas cuando dibujaba y era reprimido con frecuencia al usar las revistas de moda para trazar rostros y figuras con alguna pluma que había encontrado distraída. A veces sólo recogía una vara en el patio y se ponía a dibujar en la tierra usando las plantas de sus pies descalzos como borrador.
Para sus hermanos mayores pasó de ser punching-bag a cómplice o testigo mudo de travesuras de todos los tonos.
El preescolar (donde otra de sus hermanas era maestra)no aguantó su costumbre de abstraerse en su cuaderno y dibujar animales en lugar de hacer párvulos, por lo que entró a la primaria a los seis, sabiendo leer y escribir.
No tenía ningún problema para relacionarse, pero sus compañeros tendían a aburrirlo. Sus maestros (sobre todo las maestras) lo elegieron varias veces como jefe de grupo y él se sentía muy orgulloso hasta que se dio cuenta que eso no servía para ganar todos los concursos y recibir todas las felicitaciones.
Se enfureció el día que uno de sus amiguitos ganó el primer lugar en ortografía al acentuar una palabra aguda en una “ene”. Su maestra y su amiguito se miraron una al otro en silencio cuando reclamó enconadamente... es hora que no entiende el porqué.
No supera el trauma del mismo concurso en la secundaria técnica (donde estuvo en el taller de contabilidad y su materia favorita era mecanografía: ¡a un paso de ser secretaria!) cuando no supo como escribir escasez, como si en los ochentas no empezara a escasear todo en este país.
Se especializó en extraordinarios, sobre todo de física y español y gracias a ellos tuvo que entrar a la prepa nocturna, donde se convirtió en la mascota de un grupo de divertidísimos trabajadores mayores que él.
Eligió dibujo técnico y no le gustó aunque pasó con diez, repitió trigonometría y no quiso cambiar de turno cuando se lo ofrecieron porque disfrutaba las caminatas nocturnas de regreso a casa, incluso después de ser hostigado por un sátiro en bicicleta ofreciéndole placeres orales que él siempre rechazó entre divertido y asustado.
No estaba seguro porqué, pero tenía clara la idea de que tenía que salir de esa ciudad y lo hizo antes de cumplir dieciocho, estiró su adolescencia lo más que pudo hasta que no le quedó de otra más que irse a perfeccionar su adultez a una ciudad lejana que lo recibió con sorpresas, zancadillas y revelaciones.
Ahí creció, trabajó, conoció, tropezó (con el rosal espinoso de eso que algunos llaman amor y otros co-dependencia) y exprimió de esa ciudad todo lo que podía hasta que la última gota cayó sobre suelo fronterizo y empezó la comezón en la planta de los pies que lo trajo de vuelta a tierras desérticas.

Un día como hoy, empezó a escribirse el cuerpo y hoy cada recoveco, cada pliegue, cada peca tiene una historia escondida, una marca indeleble, un signo de interrogación tatuado con tinta invisible a lo largo (y ancho) de su anatomía.
Lo que no tiene son respuestas, sigue tan asombrado y escéptico como la mañana en que le obligaron a despertar de su sueño amniótico, sus bolsillos llenos de preguntas se rompieron y están regados en el bosque, cual Hänsel camino a la casa de dulces de una vieja diabética y resentida que se llama destino...

jueves, agosto 18, 2005

with whom to dance?










Moons in june I've given up on that stuff
arms have charms but I've no hope of falling in love

The rest of life pales in significance

I'm looking for somebody with whom to dance
with whom to dance? with whom to dance?
I'm looking for somebody with whom to dance.

Rings and strings, what use have I for these things?
bells and carousels I'd just be fooling myself.

The rest of life pales in significance
I'm looking for somebody with whom to dance

And you, you look like heaven
an angel who stepped from a dream
777 times lovelier than anything I've ever seen.

The rest of life pales in significance...


The Magnetic Fields

miércoles, agosto 17, 2005

...

Está duro aguantar hasta estas horas de la madrugada sin meterte algo. Por eso los taxistas le entran duro al grillito cantor, pero luego es un pedo del que está cabrón salir. Yo andaba en chinga, un poco de esa madre y me la pasaba culiando hasta el amanecer y luego seguía trabajando, pero al otro día no me la acababa, no me podía ni levantar de la cama...

Está cabrón este pedo. El otro día andaba buscando un jale por la calle tercera y se me acerca un carro preguntándome qué ondas conmigo y le dije que una lana. El bato dijo cuánto, yo nomás quiero la leche. Se hizo, me subí al carro y el bato me la estaba mamando y luego me preguntó qué cuánto le cobraba por penetrarlo. Le dije, y en eso se levanta y saca una fusca y me la pone en la cabeza...


Valió verga la familia. Me mordí un huevo y dejé el cristal pero igual perdí a mi familia. Ahorita ya tengo otra y no puedo decir que nunca más voy a probar esa madre porque así es esto. La tentación está por todos lados y una cosa te lleva a la otra, pero por lo pronto la estoy llevando tranquilo. Ahora sólo dormí cuatro horas, me levanté a las 11 y le dije a los morros vamos al parque y de ahí me vine a chambear. Sólo comí algo, me cambié y aquí ando dándole.

...Yo andaba que me llevaba la chingada, me acababa de dejar mi vieja, se había llevado a mis hijos y este pinche policía culero me sale con esa mamada. Le dije: dale culero, jálele al gatillo y quédese con los doscientos pesos que se ve te hacen falta más a ti. Me bajé del carro y el bato se queda serio con la pistola en la mano. La neta me valió verga, me hizo encabronar el pinche placa puto.

Ya te había traído a ti, ¿no? Me preguntaste de unos batos, que si qué pedo, que te consiguiera unas movidas... ¿Neta no eres tú?, entonces creo que estoy hablando de más.

Conmigo no hay pedo, vas a ver que no te vas a arrepentir. Hacemos lo que quieras, un jalezón de aquellos, un masaje y un cotorreo chilo, acá a la sorda.

martes, agosto 16, 2005

Out of time

Quien dijo que era una bendición leer la mente de los demás, seguro no sabía lo que decía o leía sólo lo que le convenía.
Cuando eres capaz de adivinar en un gesto apenas perceptible toda una historia que se repite constantemente no hay magia, despreocupación o autengaño que te rescate de: a) la ignominia si te quieres poner melodramático o b) la realidad plana si quieres ser práctico.
Yo, evidentemente me voy por la segunda opción, pero con lagunas de la primera. Sobre todo en soledad, cuando te puedes dar el lujo de jugar a dramma queen sin drama ni corona.
Así es esto, las historias de amor se viven siempre en retrospectiva (como dice Cristina), pero incluso ese resabio tiende a desvanecerse y sólo basta una mirada esquiva o un beso con mal aliento para cerrar un capítulo que se había negado a dar de sí, que ha vivido del recuerdo cada vez más reinventado y resucitado cual ave fénix que se levanta y expira.
Esta vez no hubo primeros auxilios, sólo la muda e inapelable promesa de un después sin interés en sí mismo, una sonrisa apenas sostenida y un apretón de manos cordial, una despedida por teléfono que nunca dice lo que quiere decir porque ya no importa.
Donde haga falta explicación escriba sobre la línea lo que guste o escoja le versión opción múltiple, pero no vaya a la sección de ayuda: está fuera de servicio, fuera de tiempo, desvencijada, rota, respirando por una herida que no fue.

lunes, agosto 15, 2005

Sufjan

Reconozco mi parcialidad cuando un rostro como éste se atraviesa en mi camino, pero por más que quiero separar lo que veo de lo que oigo, no logro encontrar el camino a la objetividad.
Y la verdad... no me interesa.
Take a look & listen, you won't regret.

lunes, agosto 08, 2005

Volver

Y así, en este puente termino de desandar mis caminos, he vuelto sobre mis pasos y con una escoba imaginaria borro los que ya no quiero y dejo los que valen la pena.
Con un disco de Belle & Sebastian y un libro de Ann Patchett (ambos encargos) en una bolsa de plástico me pregunto cómo será la próxima vez que ande por este rumbo, sin llevar a cuestas lo que antes...

sábado, agosto 06, 2005

Guiños

Hay cierto encanto en la decadencia…cuando la noche se acaba es la mejor y más luminosa de las decadencias y estar presente cuando esto pasa es un espectáculo que no siempre tenemos oportunidad de presenciar.
Cuando la luz se hace en el horizonte por obra y gracia de un acomodo astral es el momento en que en nuestra mirada nace una luz, un chispazo que apaga lo sombrío y que dura lo que la somnolencia.
Me sirvo un frapuccino y un burrito del bol corona y el de enfrente se come lo que parece una hamburguesa con un jugo de naranja.
Es de esas personas que comen sonriendo, que se embarran las manos de mayonesa y se chupan sin pudor los dedos de las manos y se agachan para cachar el bocado.
Tiene ojos pequeños, hinchados por la desvelada y por un golpe que parece de la noche anterior, una marca morada y un lóbulo enrojecido.
El cabello lacio engomado le cae en la cara y lo aparta haciendo la cara hacia atrás mostrando en el gesto una cicatriz en el codo.
Dos señales, una reciente y una antigua, de una vida vivida sin remilgos ni disculpas y sin embargo conserva una mirada amable y coqueta de norteño.
Sus manos regordetas juegan con el celular y fingen jugar con él en lo que le pregunto la hora…tengo el pretexto que mi teléfono está descargado y no tengo reloj.
Se acomoda el cabello con ambas manos en señal de cansancio y alcanzo a ver el nacimiento de unas oscuras y deliciosas axilas, debajo de unos bíceps moldeados a base de trabajo rudo, que contrasta con la limpieza y delicadeza de sus manos y uñas bien cuidadas.
-¿Te dolió?, le pregunto señalando su ojo morado.
-Creo que al bato le dolió más la mano, me contesta sonriendo y apretando el puño imitando el golpe en su ojo.

…Nos despedimos con un guiño entre descarado y tímido, en lo que la gente que pasa interrumpe la danza de las miradas. Miradas que no da pánico soñar.

viernes, agosto 05, 2005

Terror frentre al espejo

Hoy me levanté con la horrorosa noticia que mi cutis no se ha enterado que tengo la edad de Cristo cuando murió. Digo, si yo fuera Cristo en lo último en que me preocuparía –y ahí mi ventaja sobre él- sería en el estado de mi piel. Pero cuando uno no es él y no va a ser crucificado para resucitar al tercer día, la presencia de acné en el rostro siempre es una mala noticia.
Supongo que si remordimientos no tiene uno, tampoco debemos tener granos.
Ya se me hacía todo muy miel sobre hojuelas, sentir que la ciudad lo extraña a uno más que uno a ella, que el tiempo es insuficiente para convivir con aquello que dejaste en el pasado y tiene episodios especiales esporádicos en el presente, terminar de conocer los hoteles que en su tiempo te pasaron de largo, sentir que eres dueño de tu tiempo y darte el lujo de dormir hasta mediodía… tenía que haber un grano, o dos o tres, en el arroz.
Eso le pasa a uno por usar Lancome…

miércoles, agosto 03, 2005

I see dead people...

...y no dejan dormir.

Anoche que me venció el sueño y me dirigí a mi antigua cama a dormir, pasando la medianoche, y me topé con que mi cama ya no me quiere o tiene otro dueño. Uno que no es amigable.
Me recuesto boca abajo, recargado en la almohada y en cuanto intento navegar en mis sueños la cama empieza a moverse, a little bit como en “El Exorcista”.
Yo, descreído que soy de todo (en lo único en que realmente creo es en la capacidad del ser humano de hacerse pendejo para pasarla bien o peor) me pregunto si estará temblando y maldigo a la Falla de San Andrés por hacer acto de presencia en medio de mis vacaciones que se supone serán de máximo relax. Sin embargo, compruebo entre asombrado y enojado que lo único que se mueve es mi ex cama (me disculparán el prefijo ex, pero todo lo que tengo aquí es más bien ex casa, ex trabajo, ex es, ex …trañeces, pues) y entreabro los ojos y siento una presencia extraña en la esquina derecha del cuarto, justo al borde de la cama.
No mames, pensé yo, o ya me empezó a pasar factura la Breillat con su fábula abstracta convertida en la venganza de las puchas asesinas, o de plano el higadito del Haley Joel Osment se está vengando de todo lo que he despotricado en contra suya y me está exigiendo reconocimiento por esa cursilería llamada “The Sixth Sense”, que hizo reír al propio Gasparín.
El caso es que intenté ignorar esa presencia pero fue imposible, porque al rato se me ocurre alcanzar al fantasma de mi cuarto y darle un coscorrón pero me doy cuenta que son dos (de seguro la otra ha de ser la Dakota, pero ya me reconcilié con ella en “War of the Worlds”, donde dejó en ridículo al higadito mayor, Tom Cruise). Sin embargo, mi brazo no me responde y las dos extrañas presencias agotan mi paciencia. Tomo la almohada, la cobija y me voy a dormir a la sala, a sentir la siempre comprensiva compañía de mi ex tele, la incondicional, la siempreviva, la cálida cajita feliz que me recibe con un Conan O’Brian repitiendo por enésima vez el chiste sobre sí mismo y su peinado de librito frente a uno de los ex “American Pie”, tan gringos ellos, tan autosuficientes con su republicana cabecita hueca.
Así que veo por segunda vez “L’Anatomie del’enfer”, cuya moraleja, si me permiten, es: si no puedes con el enemigo cógetelo, enfréntalo con lo que más lo asquea y descubrirá para asombro suyo que aquello que más le disgusta a uno es la génesis de nuestro propio incomprensible deseo.
Yo deseo dormir, el miedo puede esperar... las puchas también.

lunes, agosto 01, 2005

Reporte vacacional I

Tendría que decir: first score of the game, pero no tengo que hacer un diario de mi vida sexual vacacional... pero por si acaso hay algún curioso que se conforme con saber que me acaba de ir muy bien, siento que mi cabeza pesa lo que un mapa mundi relleno de piedras, mi ropa huele a sexo, alcohol y cigarro, aunque no se si precisamente en ese orden, mi rostro se miró al espejo sin vergüenza y sonreí como señal de despedida al incauto de la noche, que más bien fue bateador emergente pero igual se agradece el desempeño que no desentonó en ningún momento con mi sonata sexual. Bien por él, por mi y por todos mis amigos.
By the way, ahorita que me despedí me di cuenta de que, además de no ser una historia de amor que empezaba al decirnos adios desde un taxi, era una cartita repetida. Una accidental segunda oportunidad de la que nadie quedó arrepentido y mermó en gran medida mi presupuesto estimado de preservativos.

En San Diego, decidí no pagar mi entrada al Street Scene, que se volvió una feria familiar de hueva y no la noche bohemía y desmadrosa que era en el pasado. Con ese dinero me compré dos películas que hace rato quería agregar a mi colección: “Chill Out”, del alemán Andreas Struck y “Anatomie del’enfer”, de la francesa Catherine Breillat, con su majestad Rocco Siffreddi como protagonista. Promete…pro-mete.
Disculparán mi sintaxis, pero después de una noche de copas una noche de esas no estoy en la mejor forma y tengo que partir a recuperar las energías gastadas. Llenar el tanque pues.
Au revoir…