sábado, septiembre 03, 2005

Bareback Mountain


En realidad se llama "Brokeback Mountain", pero tomando en cuenta la época en que se desarrolla la historia, seguro-seguro podría llamarse también de la otra forma, que los condones llegaron -al parecer- para quedarse a finales de los ochentas.
Dice el director (Ang Lee) que Brokeback es ese lugar idílico al que siempre queremos regresar y yo digo que lo otro también es un territorio que siempre está necesitando una re-visitadita.
Ahora que se presentó en la Mostra di Venezia, resulta que todo mundo la aplaudió y elogió su sensibilidad y la manera en que elude los estereotipos, develando un lado de la historia de los vaqueros que el machismo había intentado ocultar.
Cómo se nota que no han vivido en terreno ganadero: si acá el cowboy es el estereotipo gay y machista (al mismo tiempo) por excelencia, un combo muy recurrente y de amplio reconocimiento social.
Para no ir más lejos, ayer saliendo del cine lo primero que veo es un individuo vestido de vaquero, botas de piel, pantalón de mezclilla (jeans) cinto pitiado, camisa a cuadros y rímel en las pestañas. Un primor.
El caso es que luego que los grupos gay bajen de la epifanía de ver una historia de amor entre vaqueros en pantalla grande (sin quitarle el mérito al porno, que se ha nutrido de esa imaginería desde siempre) con dos actores mainstream y de buen ver, los activistas contra el sida van a pegar el grito en el cielo porque caerán en cuente que, en el fondo, esta película podría promover una práctica sexual de alto riesgo (como si hiciera falta) y además, los homosexuales son personificados por dos hombreS heterosexuales!!!...Sí, como se lee, he-te-ro-se-xua-les: esa especie en peligro de extinción, que cada vez se parece más al deseo de pureza racial inalcanzado por Häil Hitler.
Me retuerzo de la risa nomás de recordar el alboroto que hicieron los gringos gay cuando se supo que Tom Hanks haría el papel principal de "Philadelphia", habiendo tanto actor gay desempleado en Hollywood. Con esa lógica podríamos emplear también a tanto serial killer suelto por ahí para ya no ver tanto en pantalla a Anthony Hopkins.

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