martes, diciembre 20, 2005

Egomaniacs

Resulta no sólo paradójico sino hasta sospechoso que una industria como Hollywood, preste tanta atención a un personaje histórico como el Ché Guevara, que representa todo lo opuesto a la ideología norteamericana y particularmente a la hollywoodense. Seteven Soderberg ya prepara una nueva biografía sobre este guerrillero argentino, cuando apenas el año pasado el brasileño Walter Sales hizo lo suyo con “Diarios de Motocicleta”, una especie de decálogo rojillo inofensivo, preciosista y cursi que -según dicen- le cambió la vida su protagonista, el mexicano Gael García Bernal. Siendo honestos, al único que pudo haberle cambiado la vida esta película fue a Jorge Drexler, quien gracias al Oscar por la canción “Al otro lado del río”, ahora vende muchos más discos y es conocido a nivel mundial (en caso de que al mundo le haga falta otro trovador entonado con buenas intenciones).

El turno ahora es para Benicio del Toro, el puertorriqueño que se ganara su estatuilla dorada gracias al mismo Soderberg por “Traffic”. Según reportes de prensa, del Toro deambula por calles latinoamericanas siguiendo el rastro del Ernesto que se convirtió en Ché, continuando la tradición tan arraigada en los actores de método que no creen que sea suficiente un buen guión y la dirección adecuada para hacer un buen papel: tienen que convertirse en todos unos antropólogos o turistas culturales. No es que dudemos de la capacidad histriónica del boricua, pero si hay actores mimados por el mainstream, cómo no van a tener conciencia social y preocupación por la desigualdad social en el tercer mundo con esa clase de privilegios. Así cualquiera puede hacerse de la vista gorda cuando esa desigualdad no es algo tan ajeno, tomando en cuenta los conflictos al interior de Puerto Rico, que bien podría ser el reflejo de aquella Cuba pre-revolucionaria (la de ahora se cuece aparte).

Pero no nos pongamos dogmáticos, si aquí de lo que se trata es de un reflejo de egos artísticos. Si hiciéramos una encuesta acerca de qué personajes quisieran interpretar los actores más ambiciosos, probablemente quedaría así: buen porcentaje de las mujeres quisieran ser Juana de Arco si son lesbianas, la virgen María si son cristianas, Marilyn Monroe si son Madonna o Marie Curie si son snob. Otro tanto de hombres preferirían al Ché Guevara, si son de izquierda, a Jesucristo si son cristianos o a Marilyn Monroe si son gay.

El encanto de esos personajes tiene que ver con un conjunto de elementos que los hacen irresistibles para cualquier actor con ganas de premio: representan momentos coyunturales históricamente, todos ellos parecen llevar sobre sus hombros una misión enorme que los llevará a un final trágico, pero sobre todo y mucho más importante que cualquier ideología progre o retrógrada: su belleza física es tan épica como sus intenciones e invariablemente inundarán al mundo de afiches y camisetas con su imagen.

¿Quién puede resistirse a eso? Y si de paso un Globo de Oro, un Oscar, un Oso de Plata, una Palma de Oro o ya de perdis un Ariel...

4 comentarios:

Sol dijo...

Apartada Marie Curie...

Anónimo dijo...

ese Soderbergh desde hace rato me da una acidez tremenda, Benicio del Toro casi no, pero me acuerdo que es puertoriqueño y mas o menos me empieza... y Hollywood? con eso de que van a hacer el remake de Oldboy (una pelicula del 2003) para el 2006, no hay mas que decir.

pd. palabra del dia: feaxhz

El diablo probablemente dijo...

Y faltarìa agregar aquellos que en el interpretar a un discapacitado (o personas con "capacidades especiales")ven todo un reto y una puerta segura hacia sus 15 minutos de fama del Oscar y su alfombra roja.

pal dijo...

SOY SNOB!!! soy snob!!! la conch... que te parió! Manu, mira por donde en un test tan corto me calaste diúna.
La Curie no era linda, eso si.
Si voy a outearme de snob que sea con tutti.
(Y a la Letty auch)