Ellos me voltearon a ver desde un aparador del mall. Yo iba distraído, tratando infructuosamente de convencerme a mis mismo que no tiene nada de malo gastar en cosas que realmente no necesitas, si lo que necesitas no está a la venta ni en oferta.
De pronto, en un descuido volteé y ahí estaban ellos mirándome a través del espejo, igualitos y viendo para el mismo lado en que me encontraba yo. Clarito escuché cómo iniciaba la melodía telenovelera con violines y todo.
Empecé a caminar hacia donde se encontraban, tropezando con mis bolsas llenas de compras de pánico estético y existencial. La gente volteaba molesta por mi falta de cuidado pero yo iba derecho y no me quitaba.
Tomé uno de la lengua y lo acerqué a mi rostro, sintiendo su sensual aliento que casi me desmaya y sin voltear a ver siquiera a la dependienta le pregunto:
--¿Los tendrán en 11 u 11 y medio?
Ella lo toma y se pierde en el pasillo en busca de mi sueño de agujetas y cremallera y yo me siento a esperar con una sonrisa que hacía tiempo no ofrecía (hasta parecía haberme tomado todo el prozac).
(To be continued…)
3 comentarios:
De eso calzas Manuelito...?
Si, Merce, por? Me vas a regalar zapatos?
Ay! cómo me gustan los zapatos... somos un clásico Manu. Qué se le va a hacer...
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