viernes, diciembre 16, 2005

Fiction (todo parecido con...es pura)

Tengo que hacer una lista de mínimo cinco libros para un intercambio librero entre varios compañeros de trabajo. De repente pienso en los autores que me gustaría leer, me llega el nombre de Guillaume Dustan (bateador emergente de Cyril Collard), lo último de Pedro Lemebel o algo de la Jelinek, pero luego me quedo pensando... (...) ... (...) ...

En realidad lo que quiero es un libro que hable de mi como si mi vida fuera una historia épica escrita por Dumas (el padre, claro), con tintes de Margherite Yourcenar pero más digerible, a lo Olivier Debrois en Crónica de las Destrucciones: mi amor se lo pelearían entre El Conde de Montecristo y el elegido guerrero Yaqui recién llegado del Tibet, defendiendo batallas que no le corresponden cuando los terratenientes están dejando a los de su raza sin tierras (aquí Dumas se encuentra con Mariano Azuela con todas las licencias históricas de por medio, que lo mío es ficción psicológica y por tanto historia del absurdo). Luego, el ganador se dará cuenta que la batalla fue inútil y que el pretexto revolucionario de nada sirvió pues mi amor no sólo es imposible de conseguir sino simple y sencillamente no existe.

Al final, a punto de suicidarse El Conde y El Yaqui se topan en la madrugada en el mismo precipicio y con las mismas intenciones, lo que los hace concluir que lo mejor será un duelo, pero de espadas, resultando de esto un encuentro sexual interracial del que nacerá un romance épico que me dejará amargadísimo porque el hecho de ser incapaz de amar no significa que no conozca el sentimiento más genuino y energizante de todos: la envidia.

En un epílogo, estaré en el mismo precipicio donde iban a suicidarse mis pretendientes, pero lo que parecería a simple vista un intento de poner fin a mi existencia se convierte en todo un gag prestado de El Correcaminos: aviento una roca encima de la pareja enamorada y terminan hechos un amasijo de vísceras y sangre, todo muy romántico y muy conveniente para el primer heroíno de novela convertido en la primera bruja de cuento que no termina en una olla de cocimiento lento sino en un castillo acechando a cada pareja de enamorados que se atreva a aparecerse por la tierra narniesca donde cualquier sentimiento positivo debe guardarse en el armario y los leones se han extinguido para siempre (C.S. Lewis pero al revés).

5 comentarios:

La Fran dijo...

Guau!! ese bien podría ser el inicio de un buen guiòn.

Manuel dijo...

Fran, ESA es la historia de MI vida (claro, con sus debidas omisiones y reelaboraciones)

sylvíssima dijo...

doppelanger autobiography, is there ANYTHING as good?

we know there isnt.

Anónimo dijo...

Ay mana ¿ora que fumaste?

Oye, el chavito de Narnia está super bombón y acaba de cumplir 18, osea que ya es cancha reglamentaria... pido primeras.

pal dijo...

Impresionante.
Tu debes tener alma de escritor, porque yo ni por respeto a la historia ni a los personajes me perdía que terminara en trio. Qué tanto!
Debe ser que las heteros somos más románticas. jejeje