...en un cine cerca de usted
La historia de tres náufragos mexicanos (en realidad eran cinco pero al parecer 2 murieron, sospechosamente, por falta de fe), a la deriva en una panga por más de nueve meses. Zarparon un día en busca de tiburones para cazar y se perdieron en el inmenso mar (la lírica, la lírica...) hasta ser rescatados en aguas australianas por un barco atunero asiático. Dicen que comieron sushi (supongo que ellos no saben que se le llama así al pescado crudo) todo el trayecto y que sólo les faltaron las coronas para prepararse micheladas. Claro, luego todo cobra matices bíblicos y la tempestad y el novenario y el pueblo rezando y los días pasando y el cuerpo resistiendo y las tormentas y las y los y él, sobre todo Él. Dios hizo el milagro, porque nada es más grande que el creador. ¿Ni la necedad humana? Están vivos, y eso es lo que importa: que se han convertido en todos unos triunfadores del reality Survivor por accidente (al parecer por necedad del capitán que no quería perder su equipo de caza, pero pues eso es mero detalle si de lo que se trata es de moralejas, pero como aquí el tinte es épico demos espacio a las parábolas).
Las versiones cinematográficas están ya en proceso. He aquí los pronósticos:
Versión Spielberg:
1) (Rated G)Los náufragos (interpretados todos por Tom Hanks en otra de sus apuestas para romper record como actor oscareado) son salvados por un extraterrestre de manos largas y ojos melancólicos que en su búsqueda de regreso a casa se encuentra a estos pobres cristianos en la misma situación desesperada.
2) (Rated R) Los pescadores se enteran (al quedarse sin ropa) que uno de ellos es un judío espía del Mosad y llevando una Biblia a bordo se enteran que los judíos mataron a Cristo. Hacen un juicio sumario (en realidad lo que quieren es algo que comer que no sea pescado) y están a punto de ejecutarlo cuando aparece un barco Israelí y les lanza un misil inteligente que mata a todos menos al judío, quien resulta un héroe nacional que, sin embargo, se siente culpable por el destino de sus compañeros y va a visitar a sus familias para hablarles de lo valiente que fueron (hay que llevar hartos Kleenex).
Versión Oliver Stone:
Los náufragos mexicanos, interpretados por Charlie Sheen, Colin Farrell y Benjamin Pratt son en realidad informantes de Fidel Castro con nexos con los Arellano Félix. Cuando se dan cuenta que se perdieron en el océano y que cada uno tiene un secreto que proteger, empiezan a enfrentarse para medir fuerzas. Los vencidos sirven como alimento para los vencedores, quienes los consumen en medio de lágrimas mudas, prometiéndose entre ellos llevar el secreto a la tumba... Años después, los falsos pescadores viven atormentados por los remordimientos, uno perdido por las drogas, otro trabajando en Wall Street y el último, ordenado sacerdote, ayudando a la insurrección oaxaqueña.
Nota: Si no le hubiera ido tan mal con Alexander, hubiera incluido sexo entre ellos, así que decidió que no hay nada más inmaculado que el ano de un varón con convicciones.
Versión Farrely Brothers:
Protagonizada por Ben Stiller, Matt Dillon y Jim Carrey (con cameo de Cher como La Virgen): Aquí la historia es lo de menos, hay tres tristes tigres que terminan después de una borrachera en medio del océano y compiten a ver quien cuenta el chiste más malo, quién sobreactúa más o quien se tira el pedo más ruidoso. Gracias a los Pedos, llegan a Sydney, donde se filma la secuela.
Nota: Quien pregunte qué pedo con La virgen de Cher, no entendió el chiste.
Versión Arturo Ripstein, guión de Paz Alicia García Diego (protagonizada por Alberto Estrella, Luis Felipe Tovar y Daniel Giménez Cacho o cualquier ingenuo actor español invitado): los náufragos son unos pescadores alcohólicos, lúmpenes hasta la náusea (no hay de otros para esta dupla), resentidos, pero eso sí: muy calientes. Ya en alta mar, después de haberse cogido todos contra todos hasta desgarrarse las esfínteres y llenar el bote de mierda (de la que se alimentan), los sobrevivientes se enteran al pisar tierra que son hijos de la misma madre: la puta del pueblo (osea, Patricia Reyes Spíndola). Todos se suicidan con el mismo machete después de sufrir el desprecio de su madre y ser señalados por la gente del pueblo.
Versión Dogma-Von-Trier: Se filma sólo de noche, porque para Lars mientras menos luz mejor (iba a ser musicalizada por Björk, pero se acordó que en el dogma no se utiliza música de fondo, así que la islandesa se quedó con las ganas de utilizar su versión cavernícola de El Sirenito, de nuestro Rigo). La historia no se sabe de qué va, ya que los diálogos son en danés antiguo. Lo único que sabemos es que son tres náufragos enfrentados a las inclemencias de la naturaleza, tan grande y tan malvada ella, que luego son rescatados por un barco gringo, donde los explotan y terminan siendo esclavizados en una planta empacadora de atún (y eso lo sabemos por la voz en off, que esa sí es en inglés).
1 comentario:
Te pasas...
Genial.
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