martes, enero 08, 2008

Pequeño

Ahora mi cuarto mira a todos hacia abajo. Tiene un cómodo sofá cama, un closet grande y un baño amplio y limpio, pero más importante, me tiene a mi.

Hay que recorrer esas distancias que se convierten en la anécdota de la mayoría de los habitantes de esta ciudad. A diferencia de los gringos, que sólo hablan del clima y generalmente para reconfortarse, tan optimistas y tan miopes. Esa oportunidad no te la da la Ciudad de México, por más que estés embullido en el consumismo feroz que domina la urbe. No se pierde aquí la oportunidad de quejarse, aquí padecer es sinónimo de gozar, gozar es un lujo al que todos aspiran. Algunos se apresuran en la fila, otros se lo toman con calma sólo para llevarle la contraria al mundo, su mundo, su pequeño mundo.

Vivir en una ciudad como ésta es acostumbrarse a sentirse pequeño por más que no quepas en los asientos del transporte público o pases tu brazo por encima de un bonche de gente en el metro preguntándote si no has olvidado ponerte desodorante (una pregunta que se deberían hacer más de dos).

Vivir aquí es una carrera constante, por que las luchas son acá un espectáculo bastante popular.

Vivir acá es encontrarte con un lugar que te regresa al pasado sin hacerte sentir culpable (o tal vez un poco), como el Patrick Miller, un recinto que redefine el término democracia, que tiene a la entrada un letrero anti discriminatorio que -al parecer- respeta en su interior. Un lugar donde no importa como vayas vestido o importa mucho, pero en buen plan. Un lugar para arrojar dejavús y que choquen con el de enseguida, el de enfrente y el de atrás, que es el patio de juegos de la nostalgia atreviéndose a pronunciar su nombre.

7 comentarios:

John Pluecker dijo...

pero no nos dices nada del clima. y me quedé con ganas de saber como está todo. pero seguro que todo va bien.

RBD dijo...

Me gustó mucho lo que resultó de que hayas escrito del Di-eF con una ambigua dualidad de espectador y parte del fenómeno.

Saludos,

Rafa

Anónimo dijo...

... y a mí lo que me gusta del DF es el clima ...

al menos puedo decir, que viví tres meses en el defectuoso, aunque no me tocaron las carreras de la vida diaria allá: estaba buscando trabajo, así que no salía de rutina.

Pero desgraciadamente, uno se enamora de todo eso: el inmenso mar de edificios y gente, el techo de nubes grises que de vez en cuando te deja ver un sol opacado por el smog, las diferentes "culturas" de la gente y maneras de pensar, llegar a una cenaduria y cenar con gente desconocida que te saluda como si fueran conocidos de hace tiempo, el pavimento mojado, el ruido, los sabados en el chopo ...

a ver si no te pasa como a muchos que conozco, que al pasar el tiempo se comienzan a quejar, pero se niegan a salir de ahi ...

Anónimo dijo...

El "estar" (been) primo hermano del confort, se alivia con la esperanza de la que está aquí, que dice ser LA madre. Por eso también se anda "en chinga", por "la chingada". La orfandad de Paz. ¿Que no importa lo que lleves puesto? ¡Ah! Mmmm ¿...en el metro?
:P

Anónimo dijo...

Es viernes y el clima, acá, pronostica heladas... en el tejabán de la Guagua...

Ahí te seguiré extrañando :(

Besísimos

Med

Juan dijo...

Vermú entonces. En el Tom's, este sábado, si para tí está bien. ¿A eso de las diez y media u once?
044 (55) 28624782.

sylvíssima dijo...

Mira nomás, tu blog se convirtió en tu calendario de citas.

un abrazo,
S.