miércoles, enero 23, 2008
Suburbia trip
Me escabullo por el centro comercial. Volteo a ver si alguien me reconoce o si hay algún paparazzi oculto en algún macetero. Nada. Entro a una cafetería para hacer tiempo. Lo pido mediano. Le pongo azúcar mascabado en honor a Celia. Me quemo la lengua al primer sorbo (la vida no es un carnaval) y me dispongo a esperar que abran la tienda y las rebajas me den la bienvenida. Una buena noticia de pocos ceros. Una prenda con que presentarme a trabajar sin repetir el modelito del día anterior. Me entero que la tienda abre a la misma hora que debo estar yo checando entrada en la oficina. Me entra el pánico y empiezo a caminar a toda prisa por ese jardín laberíntico, monumento al consumismo irracional (si es que existe de otro). La mayoría de las tiendas aún están cerradas y un poncho de lana del Sanborns es lo más lejano a una opción (Slim no es infalible). Estoy a punto de darme por vencido cuando aparece ante mí una puerta abierta, una tienda a la que nunca he entrado pero que a juzgar por su publicidad es lo que sigue de debajo de lo peor y me como el coco pensando qué puedo comprar que no se le vea el cobre. No hay pierde: cero marcas visibles, estampados o logos que reconozca un miope. Nunca el café había sido tan neutro ni el estilo polo tan salvador. Me dirijo al probador con una talla L, dejo mi café en el mostrador y me entero que esa talla ha dejado de ser la mía. Salgo del vestidor con la camiseta puesta y tomo una M, me la mido (ni mandada hacer) y me dirijo al cajero: la mejor compra en mucho tiempo, barato, funcional, vestidor y salvador del prestigo social-laboral. Salgo con la bosa de esa tienda innombrable y me meto al baño más cercano con todo y mi café. Quito etiquetas, tiro la bolsa, elimino las pistas y me dirijo a la oficina con una cara de inocente que ya la quisiera Linda Blair antes de la quija y después del exorcismo. Misión Cumplida. Púdrete Tom Cruise y tu scientology. Fiu!
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
3 comentarios:
Jajaja, très bien Manuel, hay que saberle dar la vuelta a este "mundo" (constructo social de dimensiones muy elásticas), para seguirle la corriente a su frivolidad pero a la vez burlarse de ella, cuando haga falta... o sea, casi siempre. Saludos,
Rafa
oye, si ya usas una talla menor, cuidado que dostres(cientos) se enteran y salen corriendo pallá.
saludos
Yo voy a revelar la dieta secreta del Manuel: comer garnachas todas picantes, en el DF y a largo plazo agarrar una solitaria como lo hizo la María Callas para estar siempre esbelta.
Publicar un comentario