jueves, noviembre 17, 2005

Wednesday, Doggy Wednesday

Yo sé que no es la mejor idea ir al cine los miércoles de dos por uno, pero resulta que era el día que tenía tiempo y tampoco pensaba pagar el boleto completo por ver algo probablemente me decepcionara. Este era el turno de “Chicken Little”.
Craso error: no la elección de la película sino que el día coincida con el que las familias telerines aprovechan para fingir una armonía de postín, de mitad de precio.
Le muestro mi boleto a una dependienta de encías enormes que debería tener prohibido sonreír y me dice que tengo que hacer fila para entrar a la sala. Volteo hacia donde termina la fila y todo lo que veo son parejas jóvenes con niños colgando de ellos como tumores que palpitan al ritmo de quiero palomitas. No me queda otra que voltear al suelo y contar los agujeros de mis botas Catherpillar.

Termino el conteo y ningún avance, volteo hacia el final de la fila que ha ido aumentando de tamaño detrás de mi y casi me desmayo cuando entre esa multitud veo una cara conocida. Bueno, de hecho nos conocemos algo más que la cara, pero el caso es que lo tengo de frente, flanqueado por una mujer que carga un niño en los brazos y otro le jala la blusa. Él carga el más pequeño, pero podría jurar que él espera el cuarto con esa barriga que está en lugar de ese vientre plano que yo conocí no hace mucho tiempo... Quiero que la tierra me trague, pero La Tierra -al igual que Dios- no cumple antojos ni endereza homosexuales.
Me dispongo a preparar el Plan B, a checar de memoria la cartelera y ver las otras opciones que tengo pero me interrumpe el avance de la gente hacia la sala. Too late!
“Chicken Little” estuvo bien a secas, pero yo no dejé de pensar durante toda la película que ése pudo ser mi destino.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Eso de ir a Chicken little, no estuvo del todo patético, sino el hecho de encontrarte con un chavo con familia de tapadera, para que nadie sepa quien es en realidad, en realidad el es el patético no necesariamente tú.

Manuel dijo...

Oops! Y a mi que me pareció todo muy simpático.
Pero a eso llamo yo una tapadera: 3 chamacos, una vieja (que estaba buena, para qué voy a mentir) y una vida como las que tanto festejan aquí...
Digo, nunca la simulación sonó como tan buena opción.

Anónimo dijo...

Nomás falta que salgan en la piñata de los niños en la sección de sociales de El imparcial, para hacer más patético el asunto.

La Fran dijo...

No, por favor no me decepciones...tu hubieras sido tan ordinario?

Manuel dijo...

Cuando uno se enamora -Fran- se puede volver de lo más ordinario.

víctorhugo dijo...

ordinario. ja.

¿y el viva la family?

Mercedes dijo...

Eso te pasa por ir en miercoles.

Anónimo dijo...

Pero no hombre, no pudo haber sido tu destino porque por más que lo intentes TU NO TE PUEDES EMBARAZAR! así que calma y síguele dando vuelo a la hilacha (bueno, con latex porque otras cosas sí te pueden pasar)...

Manuel dijo...

Ya veía venir yo este comentario. Si no se entiende que el post está escrito con el más absoluto sarcasmo, ni como ayudarlos lectores.
(Se agradece igual la preocupación por mi salud)

Anónimo dijo...

Se entiende el sarcasmo, se entiende, pero así como tu veías venir el comentario, igual yo tenía que hacerlo... estaba ahí, no había de otra... a man has to do what a man has to do...

Anónimo dijo...

Nomás falta que la familia "engendro", que se encontró Manuel en el cine, vayan el sabado 19 de nov. por la noche al baile Blanco y Negro, junto con otras "familias" de clóset de la región....