Son las 6:50, mi celular-despertador suena como cada día con el ringtone de "hoy no me puedo levantaaaaar...el fin de semana me dejó fataaaal".
Después de caer en cuenta que soñé con la muerte de mi sobrina que se acaba de casar y quejarme de que mis sueños premonitorios vienen con meses de retraso le pongo la opción "seguir durmiendo", para regalarme otros 10 minutos de sueño.
Esos diez minutos se convierten en más de quince porque luego me dí cuenta que en lugar de la opción que pensé le había puesto al celulítico, le puse "parar".
En esos quince minutos soñé lo que en realidad pasaría en una hora más o menos:
Yo caminado por el malecón de La Habana (pregúntenme cuántas veces he ido a Cuba: Ninguna), cerca de mi, vendedores ambulantes y otras personas caminando campechanamente.
Niños, mujeres, viejos, no veo ni un solo muchacho, lo cual me extraña tomando en cuenta el supuesto edén que me han contado es Cuba: forget about Tabasco!
El caso es que camino por la orillita del malecón, que en mis sueño sólo tiene un andén pequeño y sin protección.
A unos metros de mi está Jennifer López (a chingá, pienso yo, que no era puertorriqueña la culona ésta), que pasea como cualquier hija de vecina.
En una de esas me descuido y ya estoy con el agua hasta el cuello, una mujer se acerca a ayudarme y yo meandome en los pantalones del miedo a ser devorado por los tiburones de Fidel.
--No sé nadar, le digo a la señora que me sostiene del brazo.
En eso volteo y unos de los niños que jugaban en la orilla desaparece en el mar.
La Jeilou, como contratada por Spielberg de heroína del bronx exiliada en la Habana por bígama, se echa un clavado que ya lo quisiera Louganis para rescatar al chamaco y la señora que me estaba ayudando sale corriendo como loca desquiciada.
Luego entendí que el morrito era su hijo y le perdoné el abandono.
El caso es que muy a huevo, pero logro subir al malecón por mimismo (¿otra metáfora?)en lo que la Jennifer flota como cisne gracias a su culo sintético y se convierte en la atracción del momento. Yo, en el sobreviviente patético.
Lo bueno es que nadie se dio cuenta que me mié en los pantalones y que de seguro la del block se tragó un poco.
Llego todo mojado a mi casa. Porque resulta que en el sueño vivo en La Habana y soy cubano. Detrás de mi llega la Jennifer, exprimiéndose el culo.
Nos recibe, preocupada, mi mamá y me abraza, me pregunta que pasó, me consuela y bla, bla, bla.
Luego -justicia poética- agarra a la JLo de las greñas y le pone una zarandeada quesque por pendeja, descuidada y hasta por piruja (no se como se dice en cubano).
Resulta que en el sueño somos hermanos y mamá me quiere más a mi.
Your love don´t cost a thing?
Now I get it...
2 comentarios:
tenías que andar caminando (¡ando iendo!) por el malecón "campechanamente". ¿no podrías alguna vez caminar como la gente?
así que el peli y la yeilou son brother and sister. ahora se explica eso de "y yo un culazo". jejeje.
elyeivichu
Que cosas tan mas extrañas sueña uno no?
Recuerdo cuando una vez soñe que me comia 16 tamales de elotes de mi ama,caleintietos todos ellos y despues... a no! sorry, ese no fue sueño.
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