Sin uvas...

No pensaba escribir de ésto pero como yo me debo a mi público lo tengo que hacer. Eso de ser cronista pop es muy demandante.
Fuera de bromas, eso de no tener mayores expectativas de las cosas es la mejor de las estrategias.
La noche de año viejo fue más divertida de lo que esperaba. Hubo lo de siempre y lo que tu pensabas que nunca o más bien ni te pasaba por la mente.
Y no me refiero a las drogas que a pesar de no frecuentarnos seguido, seguimos siendo buenos amigos. Con decirles que estoy reordenando mi lista de favoritos. Pero cálmate Manuel, que si en tus cinco tienes la manga tan ancha, alterado por los químicos puedes ser un peligro social.
El caso es que me divertí, comí rico, pistié como contratado, me reí como recién nacido que le hacen consquillas, ví a gente que hacía rato no veía, bailé toda la noche. De hecho me sentí como el cuento de las zapatillas rojas (No, no andaba de drag)pues no podía hacer que mis piés me obedecieran y para cuando le pegaba a una rodilla para que se calmara la otra ya estaba en un frenesí.
No pude pegar ojo en dos días por más que lo intenté.
Pensé hacer un recuento de lo bien que me fue el 2004 pero mejor me concentré en disfrutarlo hasta el último momento y reseñarlo sería traicionarlo. Fuiste bueno conmigo año viejo y espero que este 2005 me trate mejor.
Gracias a quienes contribuyeron a que así fuera, no quiero desaprovechar la oportunidad de agradecerlo sinceramente.

No hice ninguno de los rituales acostumbrados ni me compré calzones rojos porque ya no había. Me decidí por unos blancos, una página en blanco que ya escribió su primer inusitada historia y que pronostica un año con menos prejuicios que el anterior. Bienvenido sea el presente, que el pasado sólo es para guardalo con naftalina y cuando te estorbe deshacerte de él sin ningún sentimiento de culpa.