martes, junio 07, 2005

Dedazo


Recuerdo que cuando era niño, me gustaba sentarme en una hamaca que teníamos en el patio de mi casa, agarraba una vara de madera del árbol donde estaba amarrada y empezaba a dibujar lo primero que se me ocurría en la tierra, me mecía y bajaba el pié para borrar el dibujo como quien pasa la hoja de un cuaderno. Me podía pasar horas así y aquellas figuras eran fantasmas que se iban anidando en mi memoria justo en el momento en que pasaba mis pies descalzos sobre ella.
Luego el piso de tierra fue cediendo su lugar a las revistas de mis hermanas que rayaba como poseído para después ser regañado por ellas. Después tuve cuadernos en el kínder en los que en lugar de hacer mis párbulos hacía dibujos y ya en la primaria, sabiendo leer y escribir, las clases me aburrían constantemente y la historia más divertida sucedía en las franjas laterales de mis cuadernos Polito o Scribe, figuras geométricas que se unían en un punto con otras curvas que formaban perfiles humanos, ojos y bocas tratando de decir algo que mi mente infantil no alcanzaba a descifrar, pero que se dejaba llevar por el voluntarismo del lápiz o la pluma.
O sigo siendo un niño o el voluntarismo del lápiz se ha convertido en tiranía y cuando todo me aburre, de ladito estoy dibujando historias, apartando la vista de lo que tengo enfrente y haciendo anotaciones al borde de la página de los días.
Si alguna vez ven que mi mirada se desvía y no precisamente para ver un buen trasero o unos ojos grandes y oscuros arriba de una sonrisa, sospechen de mi, cuestiónense si la anécdota que están contando tiene algún valor para alguien más que no sean ustedes mismos, pregúntense si no están siendo monotemáticos, obsesivos o repetitivos...
Eso sí, no volteen debajo de la mesa porque verán mis pies descalzos dibujando con el dedo gordo una boca grande y abierta, la representación gráfica de un bostezo.
 Posted by Hello

No hay comentarios.: