jueves, junio 23, 2005

Marguerite... y no Yourcenar

Se estarán preguntando porqué el autor de este blog no escribe últimamente de su vida personal, como lo había venido haciendo desde un inicio, sin pudor y sin pelos en la lengua.
Se estarán preguntando lo mismo que yo.
¿Acaso se acabaron los acontecimientos interesantes en la vida de este auto referencial personaje? Igual y sí, igual y no.
Igual y justo ahora que están pasando cosas realmente interesantes en su vida no tiene humor de escribir de ellas o son demasiado íntimas y reveladoras para desnudarlas ante los hipotéticos lectores, que hipotéticos o no han mostrado más interés en la vida erótica del que esto escribe que en otras cosas más sustanciales.
Y no es reproche, que para eso es uno superficial y vulgar como se debe en estos tiempos y no se puede andar por ahí desprestigiando la solemnidad y luego quejarse de que no lo tomen a uno en serio.
El caso es que paso por un receso circunstancial, una pereza crónica muy a la Golthier (aunque sin tos ni flemas), pero en plan extremo, con temperaturas que hacen que se sienta uno paleta de vainilla derritiéndose en el asfalto sin que haya lengua samaritana que le haga el paro a uno.
Bueno, la verdad es que samaritanos nunca faltan, pero luego la pickynés hace su aparición y la socialdemocracia se va al carajo con todo y La Internacional, la bondad de los desconocidos le parece a uno puro oportunismo y el rictus de monja diabólica se va instalando sin pedir permiso y de pronto ya todo le da a uno flojera, hasta tener el pié en punta resulta harto dificultoso y la gente...ay, la gente con su autocomplacencia y falta de rigor hace que me pregunte: ¿Cómo pretenden que no se haga uno alcohólico o drogadicto con ese panorama desolador? Yo preferiría ser yonqui sexual, pero evidentemente me equivoqué de ciudad. Una ciudad cuyos habitantes piensan -como Lyz Taylor- que para acostarse con alguien es necesario casarse o vivir juntos or something close to that no es precisamente terreno fértil. Si no, explíquenme porqué una ciudad con poco menos del millón de habitantes tiene entre sus giros comerciales más rentables todo lo relacionado con las bodas: los vestidos de novia (hay más de 6 tiendas que exhiben vestidos blancos en sus aparadores), las fotos de novios, las fiestas de boda, las secciones de sociales de los periódicos locales están inundadas de fotos de boda y creo que hasta hay eventos tipo la semana de la novia son un exitazo.
Yo no tengo nada en contra de las novias o las misses, cada quien se peina como quiere para ir al patíbulo, pero lo que me llama la atención es que pareciera que toda la infraestructura social de la región está en función del matrimonio y no hay prestigio mayor que haber pasado por el circo de tul y turrón, coronado por un niño, o dos o tres para sobrepoblar los kinders y las guarderías.
Ahora, imagínense la legalización del matrimonio gay aquí sería el negociazo del siglo XXI, la autocomplacencia institucionalizada que pálida se quedaría Jolette, esa Lucía Méndez que se merecen las nuevas generaciones.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Debo confesar, que leer tus aventuras intimistas me genera una sensaciòn combinada entre morbo perverso y ansiedad desmedida, lo cual es muuy grato, y adictivo.Pero como no tegusta escuchar alagos desenfrenados, mejor dejemoslo ahì.

La Fran.

Manuel dijo...

Eres una guarra, Fran, pero una guarra con muy buen gusto (que no abundan).

El diablo probablemente dijo...

Se me hace que esa osbsesiòn por las bodas de los hermosillenses esta estrechamente relacionado con la tradiciòn de criadero de ganado que se dà por estos lados. Para el sonorense criar un puñado de vacas es igual que criar un puñado de chamacos y madres de histeria closetera. La costumbre pues...
J.Abril

Anónimo dijo...

no creo que sea obsesion, sino a veces una presion que abundan en las distinguidas familias sonorenses, que aun sabiendo y viendo que un caño podria ser la casa segura de los futuros procreadores, pasan por alto el "concepto" del matrimonio (lo que sea que eso signifique) portando con orgullo la venda de lo "tradicional" y estimulando el marketing de los bodorrios.
aunque la analogia de J.A no deja de ser interesante...

No one dijo...

el matrimonio...mmmmmmm...chale, ojalá salgas de tu "brief hiatus" y comienzas una vez más con tus historias guarras, mamarrachas y vulgares, que la neta es lo que queremos leer todos...

Ojalá pudiera yo compartirles las mías...pero pos no se me da
:)
saluditos

Anónimo dijo...

Pues mira, a mí sí me gusta leer tus aventuras, soy guarro, lo admito, pero me justifico porque tus aventuras además de ser candentes, están muy bien escritas.

Lo que es una pena es que los hermosillenses sean tan apretados, con lo guapos que están muchos norteños y lo bonito que sería que le dieran gusto al gusto sin tanta formalidad.

Miguel dijo...

if i had a vote

i would vote for "continue"

but i don't.

let me know what you decide.

;-)

Anónimo dijo...

Pues una cosa es qué tan leído eres y otra es qué tan comentado eres. Y suelen ser más comentables tus ero-textos, aunque todo tu blog es deliciosamente leíble. Ya sabes: soy una fan de ley.

Anónimo dijo...

Aun en estos tiempos en que ya nadie cree en el matrimonio como institucion, y los que se casan no duran ni 2 o 3 años, pues igual y es el borreguismo y el que diran, o el hecho de vivir como a uno se le da la rechingada gana, presiones, presiones....

sylvíssima dijo...

Ya te dije, tienes a muchos sin fantasías sexuales nomás porque andas de pacífico... ya, túuumbate el rollo!