sábado, junio 04, 2005
La Maldición de Dorothy
No puedo dejar de bailar, estos zapatos en su vida anterior debieron haber sido rojos. Me los he puesto y me han hecho moverme al ritmo que me pongan sin importar mis convicciones ideológicas (as if..), desde Paulina Rubio hasta Manú Chao.
Platico y no dejo de bailar: estoy maldito. Trato sin éxito de desatar las agujetas y éstas bailan al mismo ritmo que mis piés. Trato de asirlas y dan un paso atrás, otro adelante y otro más hacia un lado. Mis tenis y yo hacemos piruetas para diversión de los demás, que se preguntan qué me habré metido para bailar de esta manera y yo sólo sudo cerveza, mi camiseta es una segunda piel, húmeda y viscosa....Que no pare la música o la maldición será pública.
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