jueves, diciembre 30, 2004

Casarse está en Yaqui

Please don't make my wedding dress
I'm too young to marry yet

PJH
La última boda a la que fui fue una probadita de lo que me esperaba.
Ayer se casó mi sobrina y la experiencia no pudo ser más cliché.
Toneladas de dinero (la mayoría de mi hermano mayor) para anunciarle a la sociedad obregonense que el virus de la familia sigue tan fuerte como el del dengue.
La novia (guapísima eso sí, porque es mi pariente) ni por enterada del paquete que se echa encima. Como si estuviera drogada, con una sonrisa constante y una aparente coolnez que sería la envidia de muchas, iba del peinador a la casa, de la casa a la iglesia y de la iglesia al salón. Seguida como tiburón madre de un pequeño alguate de 5 años, hija de su hermano mayor, lo que viene siendo mi sobrina nieta (se oye horrible se tío-abuelo a los 30's, pero ese es otro tema).
La madre de la novia (mi hermana mayor), secuestrada por el peinador empeñado en hacerle una fuente de greñas en la cabeza y tironeándole la cara como albañil que se cree haciendo un bajorrelieve del medioevo.
Las mujeres de la casa fueron víctimas propiciatorias de la cultura de belleza. Los salones boicotearon su presunta beldad efímera y se tomaron su tiempo para no hacerles nada. Una de mis sobrinas ahorita está en la Profeco denunciando la negligencia de una estilista que no la maquilló a tiempo.
Lo bueno de todo ésto es que llegamos tarde a la misa. Mi madre furiosa, porque esas cosas no las perdona el altísimo (como ella, que parecía la novia sin necesidad de ir al salón y con su traje blanco con destellos brillantes, estuvo lista puntualmente no desaprovechó la oportunidad de restregarles en la cara a todas su ineptitud).
-Relájate, Enriqueta. Es una boda y no es la tuya. No se acaba el mundo, Le dije.
La liturgia católica es de lo más kitsh. Por un lado un estadarte que decía algo así como Bienvenido al Reino de la Felicidad, a un lado de un cuadro de la virgen de Guadalupe y en el centro un joven clavado en una cruz con las manos y los piés sangrantes.
Los del coro creían que estaban en una audición de la Nacademia, porque cantaron el Avermaría con las mismas pésimas inflexiones vocales del orgullo local, Yahir (que por ahí me enteré días antes quería merendarse a la novia, How Proud!).
Mi hermano divertidísmo con la liturgia, sobre todo la cantada. Me recordó cuando estabamos chicos y nos obligaban a ir a misa. Nuestra vengaza era satirizar todo lo que sucedía (Lo tenemos levantada hacia el señor et al), pero mi madre, más lista que bonita, empezaba a cantar más alto que el coro y la vergüenza nos ponía un estatequieto hasta que terminaba la misa.
-Vayan con Dios, la misa ha terminado...Demos gracias a Dios, suspirábamos aliviados en un arranque espontáneo de fé.
La fiesta poblada de metrosexuales (la palabra del año, sinónimo de ridículo autoengaño) y de familiares (no muchos, para mi placer) fue de día y hubo lo de siempre. Baile, alchohol, tragadera de prójimo (uno que otro que con gusto me hubiera comido, pero no era mi fiesta), tanda de los novios, tanda húngara, lanzado de ramo y liga (ahí si no le entré porque no iba a resistir ponerme la liga y no combinaba con mi outfit).
No bailé mucho porque andaba muy cansado, pero justo a la hora que me decidí a bailar ponen "El sinaloense", que es una canción de alto grado de dificultad y que no termina nuuuuunca. ¿Porqué no me levanté cuando pusieron "La yaquecita"? No termino de arrepentirme.
Todo terminó temprano y antes que me jalaran al after-wedding preparé mis cosas para huir despavorido a Hermosillo, bálsamo emergente.
No sabía que poner en al álbum de los deseos a los novios, sólo alcancé a escribir tímidamente un felicidades con letra manuscrita y con muy poco convencimiento... No sé, tal vez debí escribir:
Suerte, Anabella, supongo que todo ésto es una deuda moral que estás pagando sin necesidad, un ajuste de cuentas con el destino de tu madre, una mujer que no ha dejado de pedir disculpas por una boda que nadie le exigía y que estoy seguro no hacía ni hace ninguna falta. Ni en un rancho bicicletero como Ciudad Obregón ni en ninguna parte.
Atte. Yo, tu tío.




martes, diciembre 28, 2004

Suddenly Susan

To me, literature is a calling, even a kind of salvation. It connects me with an enterprise that is over 2,000 years old.
Susan Sontag

Comenzó a leer a los tres años, se graduó de high school a los 15 y se casó a los 17 con su profesor de sicología. Tuvo un hijo antes de los 20 y a partir de su divorcio comenzó su interesante vida en su ciudad natal, Nueva York. La siguió en Europa, Bosnia, Rusia, Vietman y un largo etcétera.
Su departamento de Nueva York se burla del feng-shui y sólo tiene libros. Miles y miles de libros con apenas muebles para sentarse. Ellos fueron sus amigos de la infancia y sus compañeros hasta la vejez.
En los setenta le dio cáncer de seno y se prestó a los tratamientos más agresivos que en esa época pudieran pensarse hasta que salió airosa de la condena a muerte que sigue siendo en muchos casos el cáncer. Aparte de su salud, lo mejor que salió fue "Illness as Metaphor", que luego mutó en "Aids and its Metaphors".
Su gran orgullo, después de su hijo David, fue "The volcano lover", la historia de un diplomático inglés obsesionado con el besuvio y con su colección de arte, un montón de cosas apiladas en sus bodegas que le gritaban todo el tiempo lo mediocre de su persona.
"Notes on camp", fue el ensayo que le abrió las puertas del mundo intelectual norteamricano. Fue llamada pretenciosa, populista, arribista y un largo etcétera pero nadie le puedo colgar el mote de estúpida. Lo cual en el sexista medio literario es un gran logro.
Amante de los libros y del arte en general, también fue la voz de la conciencia de una América inconsecuente e ignorante. Fustigó a Bush como a otros presidentes y se atrevió a negarse a llamar cobardes a los ejecutantes del atentado a las Torres Gemelas (pueden ser lo que quieran, pero cobardes no eran, dijo), para ganarse más antipatías en su propio país.
Su última novela, "In America", es un relato del viaje sin retorno que es la migración y un agudo retrato de la emergente y puritana sociedad norteamericana.
Hoy, en la mañana murió Susan Sontag y mientras el mundo se duele por miles de muertos en Asia yo me pregunto si ese maremoto no se llevaría entre sus aguas la claridad y la inteligencia de una de las mujeres más admirables que yo haya cococido.
Sí, la conocí de la mejor manera que se puede conocer a alguien, por medio de la palabra, ese maravilloso invento que ella trató siempre de reivindicar y preservar.
Para la Sontag pensar era lo mismo que sentir.
Yo siento mucho que Ella ya no esté con nosotros.
I´ll see you in your books, Susan.

Tu fan.

lunes, diciembre 27, 2004

"La Navidá"....uff! It's over!

Acaba de pasar la navidad y fue un trago amable a pesar de mis expectativas generalmente sombrías.
Familia, gritos. Los victorio se vuelven decembrinamente sordos y hablan a los gritos como si esos improbables genes italianos se hicieran presentes cuando estamos todos juntos y como si fuera la mejor expresión del gusto de estar reunidos como cada año.
Ya no hay niños, así que la abridera de regalos es una prueba a ver quién finge mejor la cara de satisfacción. Esta vez no hubo intercambio y yo no llevé ni un regalo, pero recibí varios que me dejaron en claro que mi familia quiere que me vuelva metrosexual: No es suficiente ser puto, hay que parecerlo, leo entre líneas.
Mi madre, como siempre, queriendo alimentarnos cada 3 horas como si fueramos bebés. Nomás le falta darnos palmaditas en la espalda para sacarnos los gases. Como si esa dieta decembrina no fuera suficiente para un bombardeo gástrico digno de la guerra del golfo.
Mis hermanas, felices cumpliendo el trámite y mis sobrinos, ya crecidos, con una comezón en la planta de los piés, esperando checar tarjeta para seguir la fiesta con los primos de su edad.
Yo, un bostezo continuo, encargado de tomar las fotos que de seguro saldrán desenfocadas por el sueño que traía. Para el otro año espero cambiemos la minolta por una cámara digital que enfoque sola y no haya rollo que se atore.
Este año particularmente me sentí como espectador de una dinámica un tanto ajena.
La Enriqueta me sugirió que me pusiera la camisa anaranjada que perteneció a mi padre, como una manera de hacerlo presente a través de mi. No supe que decirle.
Le compró flores y se las llevó al panteón, uno de sus rituales favoritos.
Yo no he vuelto desde su entierro y creo que en el fondo ella quisiera más cómplices de su viudez. La acaban de hacer un nicho muy bonito según me cuentan, como para hacer más atractiva la visita.
Hay un pequeño altar dedicado al Cuate en el cuarto de mamá. Una foto a color de él en la pared, enseguida del Santo Niño de Atocha, del cual era devoto.

jueves, diciembre 23, 2004

Viaje a la luna

Reinaldo Arenas

Mucho antes de que la Tétrica Mofeta fuera a parar a la prisión del castillo El Morro, fue recogida en La Habana, creo que en la esquina de Coppelia o en la cafetería del Capri o en la playa de la Concha. Junto con siete u ocho mil pájaras más -no recuerdo, pues yo era muy niña-, fue internada en un campo de concentración en Camagüey. Allí pasó tres años arrancando yerba con la mano. Allí fue donde realmente adquirió aquel aire tétrico y huraño. Una vez, algo le conmovió profundamente: una loca salió corriendo del campamento y en fuga desesperada se lanzó contra la cerca electrificada, achicharándose. La Tétrica Mofeta, sabiendo que para el mundo ni ella ni los miles de pájaros confinados contaban para nada -el mundo entonces entonaba loas a la revolución socialista y al hombre nuevo como ahora se las entona al chamán de Uganda-, se olvidó de sí misma, de sus propios deseos sexuales, siguió escribiendo cada vez que podía y arrancando yerba con la mano. Una día una loca que apreciaba a distancia a la Tétrica Mofeta se le acercó y en medio de un gran yerbazal que tenía que arrancar le comunicó la siguiente noticia: "El hombre acaba de llegar a la Luna". La Tétrica no dijo nada, se limitó a mirar a las locas desharrapadas que seguían arrancando yerba con la mano y después sus ojos se detuvieron junto a la inmensa alambrada eléctrica. Inmediatamente prosiguió su trabajo. Pero esa noche hubo luna llena. Todos los forzados pudieron ver a la Tétrica Mofeta en el centro de la explanada del campo de trabajo. Allí, sobre una piedra, como poseída por una extraña ceremonia ritual, la Tétrica Mofeta se desgarraba la ropa, se mesaba el cabello, se arañaba la cara. Luego, desnuda y sangrando le hablaba a la Luna.
--¡Dime que no es cierto! ¡Dime que no es cierto! --le gritaba desesperado y suplicante al inmenso satélite bajo el cual saltaba.

martes, diciembre 21, 2004

Soñador

You may say I´m a dreamer
but I´m not the only one...

John Lennon

Ayer vi "The dreamers", la nueva película de Bertolucci y me puso de frente el espejo de la cinefilia y el esnobismo. La fórmula indisoluble que puede crear las criaturas más simpáticas y las más pretenciosas también.
Mis pininos cinéfilos fueron deifinitivamente con la serie B norteamerican (las de cárceles de mujeres eran mis favoritas)y el cine mexicano que nos llagaba por televisión (todo Fernando de Fuentes y El Indio Fernández).
La primera película "de arte" que ví y que pagué por ver fue a los 16 años. Se llamaba Betty Blue, era francesa y tenía un ritmo y una estética muy alejada del tipo de cine que circulaba en los circuitos comerciales.
No inicié mi tour cinéfilo con un manual sino basado enteramente en mi intuición y lo que estaba a mi alcance.
Mientras más crecía más desarrollaba mi criterio para discriminar películas.
En "The dreamers", Mathew, Theo e Isabelle son tres jóvenes ingenuos, infantiles y snobs que pretenden cuestionar al mundo desde la comodidad de un apartamento burgués en el París del 68.
La revuelta popular del 68 les entra por la ventana frustrando un suicidio muy pendejo (seguro hay de otros)y enfrentando a los personajes con una realidad de la que no formaban parte por vivir sumergidos en el mundo de cine, cuestionandose si Chaplin es mejor que Keaton.
Mea culpa: Confieso haber utilizado muchas veces la ventana del cine para alejarme de la realidad y sentir aunque sea por un momento que estoy en otra parte y vivo otra vida a la que elegí.
Pero como el pedo es elegir, generalmente escogía películas que eran una bofetada emocional y que nunca me lo hicieron nada más fácil, pero sí un poco más claro.
Tengo que reconocer que muchas respuestas las he encontrado en los libros y en el cine, pero que nunca han sido tan elocuentes como la vida misma.
La realidad sigue siendo el personaje principal de mi película, no importa cuan cruda ésta sea.
Yo sueño casi todas las noches, pero los sueños se quedan donde deben estar o donde puedan. Los proyectos son otra cosa.
El cine sigue siendo una buena compañía, pero sigo valorando la compañía real por encima de cualquier guión.
Tampoco pretendo cambiar el mundo, pero espero que no me sorprenda dormido cuando tenga las mejores noticias.
Lenon, sí fuiste un soñador y no eres el único. Pero la realidad te convirtió a tí en un sueño de pólvora y a tu legado en una franquicia muy rentable, con una banca de bronce en una Cuba a punto de sumergirse.
¿Era tu sueño un sueño o te faltó valor para enfrentarte a la pesadilla?

lunes, diciembre 20, 2004

Yo, el "Grinch"

El otro día me encontré en el diario local una nota alarmante: se refería al fenómeno "grinch" en estas temporadas navideñas. No la leí completa pero el balazo y la cabeza me lo dejaban todo claro.
El "grinch" es una sociópata, un paria social que no tolera la felicidad de los demás.
Considerando que la felicidad de los demás depende de su poder adquisitivo, alguien que se incomoda por el consumismo desmedido y las sonrisas de catálogo que abundan en estas fechas -sin mencionar el gorrito rojo- viene en realidad siendo un ciudadano medianamente informado y escéptico, por no llamarlo cínico y amargado.
He sido llamado "grinch" muchas veces y algunas hasta me sentía bien por mi vocación de outsider.
Sin embargo, ese artículo me llamó la atención porque me hizo sentir como Jack, el de "Nightmare before Christmas", solo que no tan delgado ni tan cabezón. Tal vez soy casi tan pálido como él, pero tampoco me encargo de hacerles imposible la navidad a los demás, ni quiero robarles nada. Cada quien envuelve sus mentiras con el celofán que quiere.
No soy verde, no soy un higadito como Jim Carrey (no siempre, por lo menos), pero cada vez me cuesta más trabajo sostener mi solidaridad con la felicidad forzada y la armonía a huevo que significa la navidad.
No espero regalos, creo en Santaclós lo mismo que en la virginidad de María, la madre del so called dios.
Lo único que me causaba cierto placer cuando vivía lejos de mi familia es que generalmente tenía varios días para pasarlos con ellos.
Ahora vivo cerca y no tengo varios días para ir a casa de mi madre, tengo libre con trabajo el 25 y el primero y me dan pereza los viajes relámpagos.
Quisiera tener dinero para pasar el fin de año fuera de México y quitarme este mameluco verde que me he impuesto por mi mala costumbre de decir lo que pienso.
¿Alguien quiere ser mi amigo secreto o intercambiar regalos conmigo?
Yo no.

sábado, diciembre 18, 2004

Joaquín

No es que esté en contra yo de la concepción, más bien creo que un control de natalidad no le vendría mal a este mundo.
Pero como en realidad a final de cuentas le viene a uno dando lo mismo porque igual todo eventualmente se joderá, pues resumiendo me da igual.

Por supuesto que la mayoría que me rodea opina lo contrario a mi, más bien no opina: pare. Así se conjuga el verbo parir, ¿no?
Bueno, el caso es que la gente pare y pare chamacos como contratada, como si el dicho peregrino de la torta bajo el brazo fuera real. No creo que una economía se mantenga a base de tortas con olor a axila, pero tampoco soy economista.

Ayer conocí a Joaquín, un pequeño proyecto de persona de cuatro meses.Es el primogénito de una de mis buenas amigas de la universidad.
Recuerdo la vez que me contó por teléfono su decisión de seguir con su embarazo, resultado de un one-night-stand de sexo sin protección.
Como tampoco soy Conasida, ni la policía de la moral, me limité a escuchar y me sentí rebasado por la elocuencia del discurso de la maternidad emergente.

Ella, una profesional competente con no mucha suerte en el amor, inteligente y guapa, conoce a profesional ex-junior cogeloquesemueva y termina teniendo un acostón con él.
La historia de siempre, pisicorre, el bato más escurridizo que Wanda y la morra con el alma en un hilo por una prueba de embarazo positiva.

-La verdad, Manuel, no soy una chamaca. No tengo 20 años y no sé si más adelante tendré la oportunidad de ser madre. No me quiero arrepentir después y mi familia me apoya.

Lo único que le pude decir fue:

-Pues me parece muy valiente de tu parte y estoy seguro que vas a ser una mamá muy chingona.

A la vieja le soplas y llora, así que en un mar de lágrimas y tal nos despedimos y ayer nos vimos para conocer al retoño.
Le compré un elefente muy suavecito y muy trompudo para que lo use de almohada.
Es, según mamá cuervo, igualito a su padre. Eso no se si sea bueno o malo teniendo en cuenta que el padre no quiere saber de él y está instalado en el papel que mejor les sale a algunos hombres, el de pendejo.

Hoy en día ya nadie se escandaliza por las madres solteras, salvo las madres mismas a la hora de ver el tamaño del paquetote que se echaron encima.

No me queda más que admirar el valor de mi amiga, pero no por el hecho de seguir un patrón tan cuadrado y discutible de reallización femenina, sino por los ovarios de llevar adelante su empresa con la mejor de las actitudes.

Por otro lado, yo la admiraría igual si su decisión hubiera sido otra y se hubiera negado al acto heróico de la maternidad, que en muchos casos son en detrimento de las mujeres mismas.

Creo que más que nada es problema de prerrogativas, pero eso es tema para ensayo y no para post.

El caso es que Joaquín está aquí, es una promesa de casi un metro de altura, unas orejas casi tan grandes como las del peluche que le regalé, dos ojos saltones y curiosos y una sonrisa ancha y desdentada.

Es un momento para el optimismo, ese que hace tanto daño a veces, pero que en estos momentos se vale.

Hace mucho que no me sentía tío.
Bienvenido, lepe, vas a ocupas suerte.

miércoles, diciembre 15, 2004

Callboy

Llegando a mi departamento me dispongo a leer el nuevo número de Altanoche, que tiene unas ilustraciones muy buenas de mi amiga Venecia. Me leo el contenido en menos que canta un gallo y en una de esas suena el timbre mi teléfono celular.

1 mensaje nuevo
Q vas a ser wey
(el mozito me pregunta que si qué voy a hacer)
Contesto: NADA, WEY. ESTOY LEYENDO.
Me dieron ganas de tomar
(no translation needed)
Y LUEGO?
No vas asalir wex
(que si no voy a salir)
NO CREO, TENGO QUE LEVANTARME TEMPRA, COMO TE FUE EL FIN DE SEMANA?
Vien x a ti wex
TAMBIEN, PERO ME RESFRIÉ. QUE HACES?
A costado mirando la tele me duele las anjinas x teng un gripon
QUE MALA ONDA. ESTABAN MUY HELADAS, NO?
Ya andava maliya wex y q ase
TIRADO, LEYENDO COCHINADAS.
Q cochino
Ja.Ja.Ja. endonde estas tirado cochino wex
EN MI CAMA, BICHI.
Xo tamvien estas sin calson x vives solo x estas solo
ESTOY SOLO Y VIVO SOLO
Tamvien estoy solo
Y QUE VES EN LA TELE?
Mirado la chavela
QUE ES ESO?
Es un programa xa senaste x q senaste
NO HE CENADO
Estas endieta oq que das asenar
ESTOY A DIETA, TU QUE VAS A CENAR?
Me diero ganas d un sangui pero meda flo jera de ir al oxo
si estas vien asi wex

NO TE CREAS, ESTOY ENGORDANDO
Osielo cuanto as suvido a divina cuanto peso
90?
No peso 102 kilo
ORALE, Y DONDE LOS TIENES, WEY?
No see estoy gordo
POR TRAGON O BORRACHO?
Las dos cosa
Y QUE NO HACES EJERCICIO?
No agonado el sigara fumo muncho antes pesava mas 120
POS YA ESTARIAS CORRIENDO, DE PERDIS
Q gueva
COGER TAMBIEN ADELGAZA. QUEMAS CALORÍAS
Estaria vien metrer mi vicholita peludita
(carcajada)
ORALE
A blame wex para q oigas algo wex

Marco el número, suena sólo una vez y contesta.
-Bueno?
-Que ondas? Qué querías que oyera?
-Ésto...
Escucho unos ruidos al principio indescriptibles pero luego caigo en cuenta que son gemidos de placer fingido en alguna película porno, de donde se escucha la risa del mozito.
-Orale, estás viendo porno, cochino?
-Si, wey. La trajo un amigo, son dos batos.
-Ya, me lo imaginé.
-Lo tienen de lanchita.
-¿De lanchita?...mmmh, esa cómo es?
-Con las patiras pa arriba y el otro agarrándole de los tobillos.
-Ah, no sabía que tenía ese nombrecito.
-¿Ya lo has hecho?
-Simón, ¿y tú?
-No, pero me gustaría hacerlo contigo.
-... Orale.
-¿No te gustaría, wey?
-Pueque, pero ya te voy a dejar para que te sigas divirtiendo y te la jales agusto.
-Me la voy a jalar a tu favor.
(Me aguanto la risa y finjo no haber escuchado)-¿Cómo, wey?...No te escuché.
-Que me la voy a hacer a tu favor.
-No, pos gracias. Provecho.
-Sobres, wey. Hasta luego.
-Bye.

Cuelgo y me voy a dormir calientito y con una sonrisa.


lunes, diciembre 13, 2004

America is not the world...

Pues no. Y qué suerte tenemos de que esto sea cada vez más cierto.
Mientras más franquicias se abren en todo el mundo, de preferencia frente a lugares arqueológicos, para mayor disgusto de nuestros antespasados. Ahora, cuando vayamos a las ruinas de Teotihuacán aparte del hermoso paisaje de lo que queda del Valle, podremos también ver no tan lejos el letrerito del Wal-Mart, que de seguro significó el buen aguinaldo de algún inefable funcionario público.

En fin. Este fin de semana me fui a Phoenix, Arizona, para ayudar un poco a sanear la pobre economía norteamericana.

Camionazo Hermosillo-Phoenix. Sorry nalgas, les tocó trabajar en lo que menos les gusta pero que igual para eso son también.
Casi ocho horas de camino, con el agregado de que un supremacista ario me negó el permiso porque quería saber cuánto pagaba de luz y no pudo sorportar que le dijera que no cargo nunca efectivo desde que se inventaron las tarjetas. Heeelloooou??!!

El caso es que me valió y me fui sin permiso de internación, con el riesgo de perder mi visa pero conservando íntegra mi dignidad, que cada vez se resiste más a seguir haciendo su trabajo.
Lo primero que hice al llegar fue cambiar un poco de dinero en Western Union!, los atracadores más impunes de las divisas hispanas en Estados Unidos. No mames $700 pesos por 44 dolares. Ni como ayudarlos, comunidad indocumentada: asalto en despoblado a donde quiera que vayan, con la virgencita de testigo: Lupe tiene un marcapasos.
En fin, llegaron por nosotros, desayunamos ligero para no ir sobrecargados a la jornada maratónica de shopping en el Skatedale Fashion Center o algo así: enorme mall que, sin embargo no supera los del DF o Guadalajara, menos los de San Diego.
Yo, como buen previsor, dejé guardada la conciencia social y me sumergí en el consumismo con la misma disposición con la que entro a un dark room... es decir, tanteando pero sin sucumbir al primer jalón.

Lástima de escrúpulos, porque termino siendo siempre cheap-date: que si una chaqueta vintage con 50 por ciento de descuento, el sweter que hace juego, los jeans que te hacen mejor culo, los zapatos que nunca encontraste a tu gusto y al final de la jornada preguntándote en qué momento dejaste de pensar en ti para comprar algún regalo navideño para algun miembro de tu familia. Oops! I did it again!
Como siempre, terminas cargando un montón de bolsas que pesan generalmente más que tu complejo de culpa. Ni como ayudarme.

Comida Mongol, fabulosa porque te conviertes en tu propio chef. Comida árabe, interesante porque te acuerdas de ella tres días seguidos. El humus es riquísimo, pero las pitas no tienen madre y son casi tan buenas como sus homónimos masculinos.

No pisteamos mucho ni salimos de cacería porque el consumismo nos dejó sin energías, otra ocasión será. De lo que se perdieron arizonos, les debemos una.

Llego el domingo en la noche a la casa con un cansancio que parecen dos, y dos bolsas donde cabe todo lo que compré, que en realidad no fue mucho.
No importa el dinero que gastes, el consumismo es un viaje de ida y vuelta que te desgasta por la densidad de un estilo de vida, de un país y una gente que consideras cada vez más amenazante y hueca de la que sólo escuchas estas rubias palabras:

-Did you find everything you need, Sir?
Y yo pensando:
-I just realize that you have nothing, cheap or not, to fill my needs.
Osea, tenkiu-bai!

viernes, diciembre 10, 2004

Narciso masacrado...


-¿A dónde vas guapo?
-A Phoenix.
-¿A buscar qué?
-De consumist freak, ¿a qué otra cosa?
-No te hagas, vas a buscar el amor.
-¿Es una broma?
-No. Hablo en serio.
-Pues que naco. Deja ese lenguaje para los poetas, que de seguro les hace falta un recurso tan original como ese.
-Los poetas solo necesitan un atardecer...
-Alcohol, droga, tiempo, pero sobre todo talento, supongo.
-¿A qué le tienes miedo?
-Al mal gusto...

...que turbia el agua.

 Posted by Hello

jueves, diciembre 09, 2004

37°2 le matin


En 1987 estaba en primero de prepa o algo así. Dejé de ser el adolescente rollizo y chaparro que fui toda la secundaria técnica #2. Crecí un año lo que me había negado tres años de una pubertad sin mayores sobresaltos.

Crecí casi hasta el 1.80 y me convertí en un cisne pelirrojo (ja!)
Antes de eso no me hubiera atrevido a presentarme a le entrada del cine en una función que tenía el letrero "SOLO ADULTOS" en la puerta.

Mi nuevo cuerpo y postura me dieron la determinación para hacerlo y ni siquiera me fijé en el título de la película, la promesa de ser prohibida para mi edad era suficiente para que mi morbo me llevara de la mano.

Me sentí como la primera vez que crucé la garita Tijuana-San Ysidro sin llevar pasaporte, e igual pasé sin problemas en el cine diciendo con voz grave "buenas tardes", que en la garita mascullando un "hi!" con actitud de rubia californiana.

Me senté en la parte donde hubiera menos gente. Ya estaban terminando de pasar los créditos iniciales cuando empieza la película con una escena que casi me tumba de mi asiento.

En una cama estrecha, a media luz y apenas cubiertos por una cortina de bambú, estaban un hombre y una mujer enseñándome por primera vez las maravillas del sexo explícito. Una intensa escena erótica que mi mirada no podía abarcar en su totalidad por lo cerca que me había sentado de la pantalla.

Estaba literalmente en shock, con el ojo cuadrado y la boca escurriendo de babosa.

Fue una experiencia reveladora en muchos sentidos, no sólo en el erótico. Mis expectativas a partir de ahí se expandieron y me dí cuenta que así como "Betty Blue" debía haber otras películas, otros lenguajes y otros estilos esperando a que los descubriera.

El fin de semana me compré la versión en DVD, de esa película y anoche la volví a ver. Sentí un poco de nostalgia al descubrir que la escena inicial era sí, hermosa, pero viendola ahora me parece más común, menos intensa a como yo la vi la primera vez.

Sin embargo, el resto me sigue conmoviendo y tal vez de una manera diferente a la primera vez que la vi. Si bien en aquel entonces no tenía tan claro los objetos de mis deseo, me doy cuenta que lo que me deslumbró de Betty por encima de Zorg (ambos aparecen desnudos más de la mitad de la película) es esa manera tan radical de ver la realidad, tan demandante y tan intesa.

Betty es una mujer que busca el placer en todos lados, dueña de su cuerpo y segura de sí misma. Rebelde hasta decir basta, se niega a aceptar sólo lo que la vida le da, quiere siempre más, quiere todo y cuando se da cuenta que no lo puede tener se niega a seguir en un mundo que le dice a todo que no.

Zorg es la figura pasiva de la historia, el que cumple todos los antojos y se deja arrastrar por su amada a las experiencias más suigéneris sin chistar.

Betty y Zorg desmienten esa idea peregrina de Vallejo de que el amor se basta solo.

Ellos son los culpables de que algunos tengamos una idea del amor demasiado arriesgada, anárquica y provocadora.

Esa que pareciera existir sólo en la literatura y el buen cine.
 Posted by Hello

martes, diciembre 07, 2004

En la palma de mi mano

Me estoy lavando los dientes frente al espejo roto que me regaló mi hermana.
En realidad no me lo regaló roto sino que al moverlo a mi departamento hace dos semanas lo recargué mal en la pared de mi recámara, resbaló y cayó.
Ibamos de salida cuando escuchamos el golpe. Yo me asomé y vi que se había roto de un extremo.
Nada que un crazy-glue no arregle, pensé yo. Ora que si eso es el presagio de varios años de mala suerte no hay quien me ampare. Descreído como soy por convicción estrábica.
La parte dañada la puse abajo, así que sólo cuando me quiero ver de cuerpo completo me acuerdo de ella.
Entretenido cepillando mi lengua me encuentro más canas en mi cabello. Una que otra se asoma por entre la mata rojiza que crece como la maleza y que ahora que decidí dejar de rapármelo se rebela con más invitados níveos que te recuerdan que el tiempo no perdona.
Desde pequeño tuve canas, pero ahora asoman sin necesidad de fijarse mucho y tomando en cuenta que ya pasé los treinta era de esperarse. Para la vejez nunca está listo uno.
Me acuerdo de hace unos tres o cuatro años. En la casa de la playa de Ietza había una reunión de “intelectuales”, donde eramos nosotros los invitados exóticos, papel reservado a los gay cuando los geeks dominan el panorama.
Esa vez estaba la madre de Ietza, una hematóloga consumada y el resto eran investigadores del Colegio de la Frontera Norte, casi todos trabajando rollos demográficos.
Había uno que además de geek y homosexual, era pitonisa. Empezó a leer las manos del que se atravesara y mi entonces novio se emocionó.
A mi siempre me ha inspirado cierta desconfianza esos rollos quirománticos, pero a insistencia del novio accedí a regañadientes.
-Primero tú. Le dije.
La pitonisa con PhD le tomó la mano y le miró a los ojos de una manera que me despertó unos celos que me costó trabajo disimular.
-¡Qué cosas tan bonitas tienes dentro! Dijo
Querrás decir debajo de la ropa, pensé yo en voz baja.
-Tus sueños y tus pensamientos son de una dulzura inusual. ¿Quieres preguntarme algo del futuro?
-Sí. Dijo el novio. Quiero saber si me voy a volver a enamorar.
Me estaba viendo de reojo y no sabía cómo reaccionar ante tal pregunta cuando escuché:
-Sí, con ese corazón te vas a enamorar varias veces y sufrirás alfunos desamores.
-Ahora tú. Me dijo el novio y yo accedí dudoso. Extendí mi mano izquierda y después de un rato de examinar mi palma me dijo:
-Eres muy sexual, te riges por el deseo y eres muy determinante. Pero te entregas y lo das todo sin reservas cuando te enamoras.
Mucho gusto Barbara Cartland, pensé fingiendo una despreocupación que no existía.
-Pregúntale si te vas a volver a enamorar. Me dijo el entonces novio y por lo visto urgido en dejar de serlo después de casi dos años de estiras y aflojes.
No ocupé preguntar nada. La Yesenia express parecía tan eficiente como las fortune cookies de la comida china:
-Tal vez a los 31, pero debes tener cuidado.
Aparté mi mano, ahora sí sin disimular mi enfado y me dirigí a hacerme otra bebida.
El resto de la noche fuimos ostentosamente cariñosos uno con el otro. Incomodando un poco al resto de la concurrencia, permanecimos en la alfombra abrazados, besándonos a cada intervención de uno de nosotros en la plática, con el riesgo de quedar pegados al piso de tanta miel derramada de emergencia.
Hace unos meses se acabaron mis 31 y lo único que se me atravesó fueron dos proyectos, ambos fallidos. Uno de ellos, sobrevalorado por sí mismo y por los que le rodean y el otro subestimado más por sí mismo que por los demás.
De seguro habrá alguno que esté medianamente completo (por más contrasentido que sea), pero de seguro pasará por mi lado sin siquiera notarme o sin que yo lo note.

Las canas que están en mis sienes las puedo cubrir con Just for Men o Colestone 2000, pero ¿hay algún borrador para las palmas de las manos?

lunes, diciembre 06, 2004

Alexander, "the queer"


Pues quien menos se pudiera uno imaginar hizo justicia y nos vino pagando la dosis de homoerotismo que nos negó "Troya" es te año.
Oliver Stone nos regaló las escenas románticas gay que nunca imaginaríamos estarían en una película holywoodense de gran presupuesto.
Pasaremos de largo que uno de los personajes tenga más maquillaje que el otro, para continuar con la tradición heterosexista.
Colin Farrel y Jared Leto se conviertieron en la pareja gay de la temporada a pesar que ni siquiera se besan en pantalla.
Los diálogos en los que se declaran su amor vestidos como Alejandro y Hefestio están entre lo más conmovedor y más "camp", del cine reciente y de seguro no tardarán en satirizarlos en Saturday Night Live y yo seré el primero en carcajearme.
Pero no dejo de reconocer que se me puso la carne chinita cuando H. le dice a A. cómo lo excita la manera en que ladea su cabeza para decirle cuánto lo quiere.
La que se lleva las palmas de "campy" es la higadito hecha mujer. Angelina Jolie sobreactuando más que nunca, con un acento de risa y un look de bailarina de Shakira que no mames.
 Posted by Hello

viernes, diciembre 03, 2004

Memorias de mis nobel tristes...

Ay, García Márquez
Eso último que escribiste, que ha rompido record de ventas y que cayó en mis manos por puritita casualidad, porque desde aquellos cuentos peregrinos me cuestioné mi hipotético respeto por tu trabajo literario, está no sólo malito, cursilito, chochito, retrogradito sino ofensivito, soporíferito, jodidito para acabar prontito.
Recuerdo haber leído de morro tus cien años de soledad y tu crónica de una muerte anunciada y sentirme fascinado por esas historias de la provincia y de las trampas del destino que en ese entonces no me sonaban tan reaccionarias como ahora.
Antes era tienes que leer a García Márquez, ahora es casi como comprar un libro de la Loaeza (la Lupe, no la Chole), puro guilty pleasure.
"Memorias de mis putas tristes", debía llamarse "Memorias tristes de mis putas telarañas mentales".
Su mayor provocación es presentar la sexualidad hipotética (tomando en cuenta los hábitos alimenticios y los servicios de salud en Latinoamérica) de un anciano de 90 años que por única gracia del señor tiene un vergón y una vida gris.
Para celebrar su cumpleaños decide regarlarse una mujer virgen, que en este caso no tiene ni 14 años.
El señor se enamora de ella y de manera sublime decide no quitarle la virginidad para que su amor permanezca incólume...uf!
¿Qué es lo que el señor ve en ese fiambre que ve dormir en la cama de un prostíbulo y al que decide perdonarle la desvirgada?
Que no habla, no hace ruido, es una santa de carne y hueso, la virgen de la macarena desnuda en tu cama. La virginidad es la negación hecha mujer y este señor ha sido incapaz de amar a ninguna mujer en su vida que no haya sido su madre. La única que merece el perdón por no ser virgen por haberle dado la vida.
El amigo de Shakira y Fidel toma un tema tan polémico hoy en día como la paidofilia para poner el día todos los anacromismos de una sociedad que se niega a crecer ideológicamente.
Ni como ayudarte, Gabriel, a tu edad.

jueves, diciembre 02, 2004

Spank me!

Ayer me sentía tan pero tan culpable que decidí inflingirme la peor de las torturas: ir a ver una nueva película mexicana.
Estaba por decidirme si entregarme a una sesión de sexo sadomasoquista o ir a pedir dinero para el Teletón, pero en una de esas y me gustaba el asunto y eso no se valía.
Opté por entrar a ver "Desnudos", una película mexicana denostada por la crítica nacional, llena de figuritas de telenovelas cuyo mayor sacrificio para entrar con el pié derecho al estatus de estrellas cinematográficas fué quitarse más ropa de la acostumbrada.
Hola, Lin May y Sasha Montenegro vda. de López Portillo han hecho escuela. Benditas sean.
Para aumentar el grado de degradación me compré un hot-dog y le puse mucha mayonesa (que odio) y una jumbo-coca (roja, no light).
Mi sorpresa fue encontrarme la sala medio llena. Uy, dije yo: la culpa ha venido junto con el espíritu navideño. ¿Porqué esta gente no se guarda sus remordimientos para semana santa y me deja disfrutar mi castigo a solas?
Anyway, me siento lo más alejado de la gente y empiezan a llegar más peregrinos.
Qué la chingada, pienso yo: me hubiera quedado con el botecito del Teletón.
Entré a tiempo para echarme todos los comerciales de cocacola y mamadas de esas porque eran parte del castigo. Son interminables.
Empieza la película con una secuencia de créditos deudora total de la estética televisiva, hasta en video digital estaba hecha y con un rap a la mexicana de fondo. Promete.
Inicio: una vieja haciendo una versión moderna del macramé ochentero, un pendejo corriendo en lo que parece la Roma o la Condesa defeña que luego entra al departamento donde está la del macramé, se quita la ropa y empieza a hacer lagartijas con el único propósito de que veamos su verga pegando en el piso.
En el mismo departamento, está un ex-garibaldi sin camisa pintando lo que a su entender o del director es arte astracto (la omisión de la "b" es a propósito, ok?)
Luego aparece una especie de Niurka con menos kilos y más marcas de acné, pero igual de malactriz.
Lo que alcancé a entender es que son cuatro personajes que viven en el mismo depa. Dos parejas cuyo mayor dilema es coger o no coger y que tienen, sobre todo los hombres, alergia a la ropa. Ellas son muy sensibles, una alcohólica la otra atribulada por su complejo de marilyn monroe: sólo la ven como un pedazo de carne, no como el ser humano tan conmovedor que ella es (Cuba en metáfora).
Ellos son el extremo, uno el pintor sensible que deja su trabajo de publicista para decidarse a su arte (todavía no eran las audiciones para Garibaldi supongo), el otro un vividor drug-dealer cuyo única cualidad es saberse buenísimo y dizque ser bueno para coger (obviamente viene de una familia disfuncional, como si hubiera de otras).
Ustedes, pensarán qué clase de castigo es ese si se la pasa viendo gente desnuda y teniendo sexo en su propia idioma. A quines piensen esto echen un vistazo (más bien escuchazo) al rock en tu idioma y se darán cuenta a lo que me refiero.
Mis arcadas empezaron con los diálogos trascendentales:
¿qué tenemos en común?, nada, por eso seguimos juntos.
¿Porqué nunca me dices que me amas?
Para mi sorpresa, el resto del público parecía disfrutar, sobre todo con los desplantes misóginos del vividor. La gente se reía a cada comentario machista o al recurso infalible de las groserías: pendejo, a la chingada et al.
Me quedó más claro, tenemos el cine que nos merecemos.

Sonó mi teléfono. Era el Memo. El pretexo perfecto para buscarmen un mejor castigo.
-Te veo en quince minutos. Dije y fui directamente al baño a continuar mi viacrusis con una sesión bulímica pero me di cuenta que eso tampoco es lo mío, por más de moda que esté.

miércoles, diciembre 01, 2004

Duelo

Vengo a estarme de luto por aquellos
que han muerto a desabasto,
por los que, rútilos o famélicos,
procurando saciar su corazón o su hambre,
cayeron en la trampa,

Eran flores de arena, papirolas,
artificios de bubble gum, almas de azogue,
veletas de discotheque, aleteos, dispendio

Pero eran también un alma, una palabra,
un esqueleto de pan y sal,
con rincones amables
como el tuyo o el mío, compañero,

Vengo a estarme de luto
por aquellos
que recibieron prematuramente
su funeral de escándalo,
su ración, su camastro, su obituario velado,

Pero más por aquellos
que, desde que nacieron,
son confiados, etiquetados, muertos
en sus propios rediles,
herrados, engrillados a un escritorio oculto,
a un cubículo negro.

Ah!, caravana de las carcajadas,
carne desamparada de la arcaica matanza,
paredón de la pública vela,
arrimaditos, amontonaditos
en el muro del asco.

Vengo a estarme de luto
porque puedo.
Porque si no lo digo yo,
poeta de mi hora y de mi tiempo,
se me vendría abajo el alma de vergüenza
por haberme callado.

(Abigael Bohórquez, Sonora 1936-1995)