lunes, diciembre 20, 2004

Yo, el "Grinch"

El otro día me encontré en el diario local una nota alarmante: se refería al fenómeno "grinch" en estas temporadas navideñas. No la leí completa pero el balazo y la cabeza me lo dejaban todo claro.
El "grinch" es una sociópata, un paria social que no tolera la felicidad de los demás.
Considerando que la felicidad de los demás depende de su poder adquisitivo, alguien que se incomoda por el consumismo desmedido y las sonrisas de catálogo que abundan en estas fechas -sin mencionar el gorrito rojo- viene en realidad siendo un ciudadano medianamente informado y escéptico, por no llamarlo cínico y amargado.
He sido llamado "grinch" muchas veces y algunas hasta me sentía bien por mi vocación de outsider.
Sin embargo, ese artículo me llamó la atención porque me hizo sentir como Jack, el de "Nightmare before Christmas", solo que no tan delgado ni tan cabezón. Tal vez soy casi tan pálido como él, pero tampoco me encargo de hacerles imposible la navidad a los demás, ni quiero robarles nada. Cada quien envuelve sus mentiras con el celofán que quiere.
No soy verde, no soy un higadito como Jim Carrey (no siempre, por lo menos), pero cada vez me cuesta más trabajo sostener mi solidaridad con la felicidad forzada y la armonía a huevo que significa la navidad.
No espero regalos, creo en Santaclós lo mismo que en la virginidad de María, la madre del so called dios.
Lo único que me causaba cierto placer cuando vivía lejos de mi familia es que generalmente tenía varios días para pasarlos con ellos.
Ahora vivo cerca y no tengo varios días para ir a casa de mi madre, tengo libre con trabajo el 25 y el primero y me dan pereza los viajes relámpagos.
Quisiera tener dinero para pasar el fin de año fuera de México y quitarme este mameluco verde que me he impuesto por mi mala costumbre de decir lo que pienso.
¿Alguien quiere ser mi amigo secreto o intercambiar regalos conmigo?
Yo no.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Aaay Manuel, si tu eres absolutamente tierno y amoroso...la neta

Anónimo dijo...

Se necesita ser muy mamón o muy pendejo o las dos cosas para no darse cuenta que la navidad es intrínsecamente cool.

Manuel dijo...

Pues aquí lo único que queda claro quién es quién, ¿no?
Lo más cool es desdeñar lo que los demás creen cool, no crees, anonymous cool?

Anónimo dijo...

José dice: sólo aquellos que se creen muy posmodernos piensan que la navidad es "cool"...y tambiém aquellos que adoptan el consumo como una buena terapia de autoayuda