Me siento sucio.Tengo cuatro días sin leer La Jornada y eso hace mucho mal a mi fama de intelectual de izquierda. ¿Qué voy a platicar con mis amigos alternativos y contraculturales?, ¿Cuáles? Esos: los que ahogan su conciencia social en el interior de una caguama Pacífico, como señal inequívoca de una somnolienta trasgresión.
¿El alcoholismo es una trasgresión... o la drogadicción? Mmmh... No sé. Cuando una actitud trasgresora se convierte en la norma pierde su esencia: supongo, pero eso no lo quita su appeal, ¿o sí?
¿La homosexualidad es una trasgresión... o la bisexualidad? Mmmh... Tampoco sé, cuando una orientación sexual te da prestigio -aunque este sea restrictivo a ciertos escenarios- ¿gana o pierde? Tampoco sé, pero supongo que eso depende de cómo manejes esa transitoria fascinación hetero por la sexualidad “disidente”, que tarde o temprano mostrará su verdadero rostro:___________________(llene el espacio en blanco).
El domingo pasado compré La Jornada (algo atípico en mi, pues generalmente la leo en línea) e hice lo que hago generalmente al hojearla: irme directamente a la sección de Espectáculos, buscar la reseña del Bonfil y pasarme a la sección de Cultura, que no traía mucho de interesante. Me gusta más leerla en Internet porque está más ordenada, puedo irme directamente a mis columnistas favoritos o a los temas de mi interés...
¿A quién quiero engañar si cuando hojeo el TvyNovelas en la fila del super siento ese vértigo que no me ofrece La Jornada o El Universal?
De ahora en adelante sólo leeré The New York Times... es que como nunca he estado en NY, lo amo.
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