Dice Capote que la vida es una obra con un principio prometedor, un medio tiempo interesante y un final que apesta.
Y ahora que leí "Plegarias Atendidas", un trabajo inconcluso que se publicó después de su muerte, me di cuenta a qué se refería.
El libro no tiene piés ni cabeza y sólo es una versión witty de la revista HOLA.
El prostituto que narra las crónicas desde su actitud de asumido perdedor no puede ser más alter-ego del autor, pasando por la peor época de su vida sin siquiera poder sacar provecho artístico de ella.
Después de ser toda una celebridad y que los círculos privilegiados se lo pelearan como helado del mes, la Capote fue ignorada olímpicamente por los mismos que la adulaban.
Eso al ego le ha de hacer mucho daño. Sobre todo si te pasa cuando ya no eres ni tan joven, ni tan guapo y -¡horror!- ni tan talentoso.
Los ochentas se encargaron de Truman como se encarga el recolector de basura de nuestros desechos cada semana.
Drogas, sexo y música disco: Studio 54, televisión y el mundo es testigo de la debacle de uno de los escritores más prometedores de Norteamérica.
La maldición de Sunset Boulevard cayó sobre el enfant-terrible, que estuvo siempre listo para su close-up.
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