miércoles, noviembre 03, 2004

Presagio

Anoche me entró una ansiedad muy extraña. Un presagio se instaló en mi cuarto y no me dejaba estar quieto. Intenté leer, dibujar, escuchar música y nada me calmaba.
Daban casi las diez y salí a caminar. La noche tranquila, un poco fría y el viento me golpeaba de frente.
Caminé hasta llegar a la Prebo y me senté en una banca frente al IMSS. La ciudad quieta, sólo unos cuantos carros atravesando sin mucha prisa el bulevar.
Me di cuenta que no era la soledad sino la incertidumbre.
Hoy en la mañana até cabos. Mi pesimismo crónico me dio la razón muy a mi pesar. Bush se ha reelegido, Arizona aprobó una ley anti-inmigrante y si le sigo buscando de seguro econtraré más malas noticias, pero hasta mi morbidez tiene sus límites.
El hueco en mi estómago era una urna que mientras más se llenaba de votos idiotas más grande se hacía el agujero de ozono de mi cuerpo.
Soñé por un momento que era aire, cantaba Mecano en los ochentas. Yo quisiera ser el personaje de esa canción y con una carcajada infinita despedirme de tanta insensatez y tanta indolencia.
Me quedaría un consuelo, que ellos van a padecer su decisión y yo no. Pero sigo aquí y este hueco no entiende de consuelos. Es la boca negra de "El Grito", de Munch.

Antes de regreasar a casa, llegé a una librería abierta extrañamente a esa hora y me compré el cómic donde Supergirl le salva la vida a Resurrection Man y el de Hiedra Venenosa. A lo mejor ellas pueden salvar al mundo.

1 comentario:

sylvíssima dijo...

¿Será que realmente no lo vayamos a padecer? Lo vamos a padecer todos, todos a fin de cuentas. Algunos no diremos nada nunca. Algunos diremos hasta que nos demos cuenta de que el decir a veces no lleva a nada.

Otros más nos quedaremos pensando si no es también una chingadera la muerte de Theo Van Gogh, en Holanda.

Ay, abrir la boca es riesgoso nowadays... or has always been, ahora que lo pienso...