miércoles, noviembre 24, 2004

El mozito

Sentado en una banca esperando al amigo que traiga el bote de agua.
Se acerca un muchacho de chamarra negra y mirada profunda.

-¿Tienes la hora?
Yo con las manos en los bolsillos por el frío que hace. En una de ellas sostengo el celular donde puedo ver la hora, pero digo:
-No, no traigo.
Como si hubiera dicho pásele, el muchacho se sienta y me pregunta:
-¿Qué haciendo?
-Descansando, le digo. Espero a un amigo que fue al Oxxo.¿Y tú?
-Aquí nomás. Pasando el tiempo. Estaba aburrido.
-Orale. (mi muletilla)
-¿Cómo te llamas? Pregunto.
-Manuel. Me dice.
-Qué loco. Yo también me llamo así.
Se ríe y me pregunta:
-¿Neta?
-Sí.
-Qué loco.
-Ni tanto, hay muchos manueles por ahí. Yo conozco varios.
-¿Neta?
-Sí... ¿y qué haces?
-Trabajo por la zona hotelera.
-Orale, qué loco. Yo también trabajo por ahí.
Se sonríe y me dice:
-Sí ya sé donde trabajas. Te he visto.
Siento como mi rostro se va convirtiendo en un pálido signo de interrogación.
-La primera vez que te ví traías una camiseta rayada, azul con rojo y un pantalón azul. Te vi en un bar y tu te me quedabas viendo.
-Qué raro que me quedé viéndote y no recuerde tu cara.
-A mi una cara no se me olvida.
(Una breve pausa)
-La segunda vez que te ví traías la misma ropa. Y fué afuera de tu trabajo. Estabas fumando.
-Yo no fumo.
-No te hagas.
-Oh, pues. Sólo fumo cuando pisteo.
-Ajá. Estabas afuera con otros dos muchachos y una muchacha gordita. Eran como las tres de la tarde.
-Es la hora que salimos a fumar después de comer, pero yo los acompaño. No fumo.
Otra pusa y luego pregunto:
-¿Osea que trabajas en un hotel?
-Sí.
-¿Y qué haces?
-Soy mozito.
(Esfuerzo por contener la carcajada)
-¿Mozito? ¡Será mozo, wey!
-No, mozito.
(Sale carcajada contenida)
-Oh, pues. Así le dicen. Será de cariño.
-Sólo que sea por eso. Pero no te dicen mozito, ¿o sí?
-No. Me dicen peludito.
(Plop!)
-No pues tu sabes como me visto, donde trabajo, a qué bares voy y yo todo lo que sé de ti es que eres "mozito" y te dicen "peludito".

El mozito me cuenta que es de Peñasco, pero que se la ha pasado rodando de una ciudad a otra, pero no ha salido de Sonora. Ahora vive aquí, en una colonia de las periferias.
Es un mozito rellenito, de ojos negros y sonrisa ancha de dientes perfectos.

-Sí traigo la hora. Me dice, sacando su celular de su chamarra.
-Nomás quería sacarte plática. Me caiste bien, a quienes no me caen bien les digo que me llamo Antonio.
-Orale.

Me da su teléfono y se despide.


4 comentarios:

Mercedes dijo...

Que padre me gusta ese tipo de encuentros en donde alguien te saca platica y esta resulta entretenida.
Yo tengo rato que nadie se me acerca, mas que las puras doñas e igual les sigo el rollo.
Solo conoci aun tipo el otro dia, no platicamos mucho, bueno el no platico mucho solo me dijo que se llama toño.
Abrazos.

Barro dijo...

mozito peludito, pues le deseo suerte al chaval. Suele pasar que uno se encariña con los "artistas invitados" de los blogs que luego nunca más aparecen.
Es tal vez la mayor diferencia entre la vida y las novelas, la cantidad de personajes superfluos que se nos cruzan.

Manuel dijo...

Pues Ara, parece ser que no le caiste bien al señor, pero no te preocupes. Ya te hará justicia la revolución.
Barro, tienes razón. A veces los personajes más entrañables tienen un capítulo muy pequeño en la telenovela con más bajo raiting que es nuestra vida. Ni modo, a buscar sponsors.

Mercedes dijo...

Si pero es bueno saberlo, ya para la otra saco mi verdadero yo, no me porto decente y escupire mientras platico.