viernes, noviembre 05, 2004

Más extraños que el paraíso

de noche... no todos los gatos son pardos

Anoche le ví con otro.
Alcancé a verle pasar y reconocí su figura a contraluz del faro.
Me senté a descansar mis piés adoloridos y le vi abrazar una sombra detrás de un árbol.
Desde mi asiento podía ver lo que hacían y no se diferenciaba mucho de lo que habíamos hecho juntos ya varias veces. Estaba empezando a aburrirme y justo cuando me levanto con la itnención de irme empiezan a besarse en la boca.
Hijo de la chingada, pensé. A mi nunca me ha besado.
Me quedé a ver que más pasaba y me dije: eso ya es romance.
Me levanté antes de que mi curiosidad se convirtiera en indignación y seguí mi camino.
Un poco más tarde me lo encuentro de frente y lo saludo.
Nos sentamos a intercambiar los mismos monosílabos y unos minutos después estoy otra vez recorriendo la geografía de un cuerpo que cada vez resulta nuevo.
De pronto, su mano recorre mi rostro suavemente y le respondo con una sonrisa. Me acerco a su rostro y a punto de llegar a sus labios desvío mi gesto y beso su mejilla.
Él sonríe y me abraza.
Nos despedimos después de un rato con la consigna no pactada de ser los mismos desconocidos de siempre.
Tal vez la próxima vez le pregunte su nombre para romper el encanto.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

con todo respeto, una pregunta, eres gay?

lo que pasa es que escribes como mujer aunque entretenido, y otra cosa no entendi eso de que lo ibas a besar, a el.
bueno, es solo una duda

Manuel dijo...

Un respuesta: Sí...
Una pregunta? Cómo escriben las mujeres? Acaso pueden escribir entretenido?
Lo del beso fue una intención que no se dio.

Anónimo dijo...

crei que era asunto de hormonas, pero creo que es psicologico o algo relacionado, lo que pasa que las mujeres escriben mas, mmm... sentimental, creo que por eso fue